«Jammin’ The Blues» de Gjon Mili (Cortometraje)

Gjon Mili
Foto 1 – Bobby Riggs
Gjon Mili en la oficina que le proporcionó la Warner Brothers durante el rodaje de «Jammin’ The Blues»
Norman Granz
Barney Kessel
Marie Bryant
Lester Young
Jammin’ The Blues
Jammin’ The Blues

«Jammin’ The Blues» de Gjon Mili (cortometraje)

Gjon Mili nació en Albania en 1904 y emigró a los Estados Unidos en 1923 para estudiar ingeniería eléctrica en el «Massachusetts Institute of Technology» graduándose en 1927. Seguidamente, la «Westinghouse Lamp Company» de New Jersey lo contrató como investigador en el campo de la iluminación, permaneciendo en la empresa hasta 1937.
“Tras graduarme, tomé muchas fotografías como aficionado mientras investigaba sobre iluminación para ganarme la vida. Pasaron diez años antes de que pudiera obtener beneficios económicos como fotógrafo. Mi generación surgió en una época en la que la fotografía avanzaba a pasos agigantados, lo que impulsó la experimentación y la búsqueda de nuevos enfoques”.

Gjon se enteró de la existencia del flash estroboscópico por primera vez en 1937 cuando conoció a su creador, el profesor Harold E. Edgerton del MIT. Comenzó a experimentar con el flash en un estudio que instaló en una iglesia abandonada en Montclair, New Jersey y dejó su trabajo en la Westinghouse cuando sus fotografías del tenista Bobby Riggs se publicaron en la revista Life en mayo de 1938. (ver foto 1)

Mili mantuvo una oficina en el edificio de Time & Life hasta su fallecimiento en 1984. Tras el cierre de Life en diciembre de 1972, continuó realizando fotografías para ediciones especiales. Cuando la revista comenzó a publicarse de nuevo en 1978, el fotógrafo continuó ligado a ella. Mili fotografió bailarines, actores, músicos de jazz, atletas…, muchas de ellas con la utilización del flash estroboscópico. Aquí podéis ver unos ejemplos:

Picasso (1949), La bailarina Martha Graham (1941), Mujer bajando las escaleras (1947), Gene Krupa (1941).

Gene Thornton crítico de arte del New York Times, escribió una reseña en retrospectiva de la obra de Mili publicada en 1980, donde afirmó: “Durante su larga colaboración con Life, Mili fue conocido principalmente por sus fotografías en “stop-motion” de gran nitidez, que retrataban a personas y objetos que se movían demasiado rápido para ser percibidos a simple vista. El espectador a menudo sentía que la fotografía de Mili era la imagen definitiva de una acción en particular”.

Todo comenzó en julio de 1944, cuando dirigentes de la empresa cinematográfica Warner Brothers se pusieron en contacto con Gjon Mili – uno de los fotógrafos con mayor proyección estilística en esa época – para que rodara un cortometraje sobre el tema que él eligiera. El fotógrafo, un apasionado del jazz, supo desde el primer instante que su corto estaría dedicado a su música. De hecho, ya había fotografiado a importantes músicos en ese contexto.
En esos mismos momentos, Gjon realizó un viaje a Los Ángeles y un amigo suyo lo invitó a un concierto de jazz, que él aceptó encantado. Aquel concierto fue uno de los que organizaba el productor Norman Granz y que se conocían como «Jazz at the Philharmonic». Mili se quedó tan impresionado que se puso en contacto con Granz para proponerle colaborar en la realización de una película corta de jazz. No existió ni el más mínimo problema.

Norma Granz eligió a los siguientes músicos para recrear una especie de jam-session: Lester Young, saxo tenor; Red Callender, contrabajo; Harry Edison, trompeta; Marlowe Morris, piano; “Big” Sid Catlett, batería; Jo Jones, batería; Barney Kessel, guitarra; John Simmons, contrabajo; Illinois Jacquet, saxo tenor; Marie Bryant, voz y bailarina; Archie Savage, bailarín.

Según todos los indicios, fue un milagro que la película se empezara a rodar, y mucho menos que se terminara. El primer problema fue el de siempre: ¡Barney Kessel era un guitarrista blanco! Warner Brothers no quería arriesgarse a tener un reparto interracial, pues temían que pudiera perjudicarles en términos de un público potencial. Granz, responsable de la contratación de los músicos, se negó a sustituirlo. Insistió en que él era el más indicado para el papel y quería un reparto interracial: se oponía firmemente a la segregación. El acuerdo al que llegaron fue que Kessel permanecería oculto en las sombras, sin mostrar nunca su rostro. El guitarrista recordó más tarde que le oscurecieron los dedos con zumo de bayas para disimular aún más su color de piel, aunque en la película esto no parece evidente.

Warner Brothers quería bailarines (según un informe, en realidad querían “cientos de bailarines de jitterbug en un gigantesco espectáculo rítmico”, lo que hace preguntarse si tenían alguna idea de lo que era una jam-session). Granz no querían bailarines en absoluto. La solución fue incluir a dos de ellos, lo cual fue al final un verdadero acierto ya que podemos admirar el maravilloso talento de Marie Bryant (cantando «On the Sunny Side of the Street» y verla bailando junto a Harold Nicholas).

El rodaje se realizó de la siguiente manera: primero grabaron en directo toda la música y en el momento de la filmación tocaron en “play back” ajustándose lo más fielmente que podían a lo que previamente habían grabado. Warner Brothers no estuvo de acuerdo ya que lo que se hacía por entonces era grabar a los músicos tocando y luego realizar el “play back” sin tocar. Norman Granz consiguió lo que quería.

La mano de Gjon Mili se percibe perfectamente en la película ya que buena parte del minutaje está compuesto por una serie de excelentes “fotos” que se van sucediendo una tras otra. No existió ningún tipo de manipulación ni por parte de Granz ni de Mili posterior a la grabación.
Al cortometraje, que dura 10 minutos, lo titularon «Jammin’ The Blues» e indiscutiblemente captó perfectamente unos bellos y artísticos momentos dentro de la historia del jazz.
Al año siguiente “Jammin’ The Blues” fue nominado a los premios Oscar como mejor corto del año, pero se quedó a las puertas de tan preciado galardón.

A todos aquellos que no hayan visto este corto les invito a que lo hagan ya que se lo van a pasar muy bien y aquellos que lo conocen también.

(Warner Brothers le prohibió a Norman Granz la entrada a sus estudios de por vida, una vez terminada la película).

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