«Black Swan Records» y Harry Pace: El Primer Sello Negro.

Harry Pace
W.E.B. DuBois
Ethel Waters
Alberta Hunter
Fletcher Henderson
Trixie Smith
Lucille Hegamin
Harry Yerkes’ Orchestra
Harry Pace
Octoroons en Nueva Orleans
«Black Swan Records» y Harry Pace: El Primer Sello Negro

Allá en los albores del Renacimiento de Harlem, a principios de los años veinte, la ciudad de Nueva York rebosaba música. Artistas negros como Eubie Blake, Florence Mills o Fats Waller actuaban en salones de baile y clubes nocturnos, como el Edmond’s Cellar y The Lincoln Theatre. Pero a pesar de esa rebosante energía sonora, los músicos negros tenían limitadas oportunidades para grabar y vender su música. Los sellos discográficos de propiedad blanca – Columbia, Victor, Aeolian, Edison, Paramount – grababan a muy pocos afroamericanos por aquel entonces, y cuando lo hacían, a menudo se limitaban a canciones del momento o a éxitos del vodevil.

Okeh Records, un pequeño sello fundado en 1918 por Otto Heinemann, de origen alemán, fue uno de los primeros en romper el molde. El compositor afroamericano, Perry Bradford, consiguió que Okeh grabara a Mamie Smith interpretando una de sus canciones titulada «Crazy Blues» en 1920. Cuando el sencillo de 78 rpm llegó a las tiendas en un par de semanas vendió más de 78.000 copias en Harlem alcanzando la cifra del millón al cabo de un año y dentro de la comunidad afroamericana. (La historia de este importante evento dentro de la música afroamericana está reflejada en mi artículo titulado: «Race Records: Crazy Blues (Mamie Smith)».

Harry Pace nació el 6 de enero de 1884 en la ciudad de Covington, Georgia. Muy poco se sabe de su familia excepto que su padre poseía una herrería y murió siendo Harry un niño. Este terminó con doce años la escuela secundaria y siete años más tarde se graduó en la Atlanta University, siendo su profesor al sociólogo e historiador W. E. B. DuBois, uno de los personajes más importantes del Renacimiento de Harlem.

El primer trabajo que Harry encontró fue precisamente en una imprenta propiedad de DuBois. Dos años más tarde, ambos editaron un magazine que tuvo una corta vida (34 ejemplares) que llevaba el nombre de «The Moon Illustrated Weekly». Se publicaba en Memphis y se convirtió en la primera revista ilustrada a nivel nacional producida por y para los afroamericanos.

En 1912, Harry Pace y el compositor de blues W. C. Handy constituyeron una editorial musical en Memphis a la que le pusieron el nombre de «Pace and Handy Music Company». La compañía alcanzó su primer gran éxito en 1914, con la publicación de la partitura de «St. Louis Blues» de Handy. Para 1918, con un flujo constante de éxitos en su haber, la editorial se trasladó a Nueva York

El éxito de «Crazy Blues» no le pasó desapercibido a Harry Pace y pensó que él podría obtener ganancias produciendo y distribuyendo música para la comunidad negra. Le habló de ese negocio a su socio Handy, pero él no quiso embarcarse en esa aventura. Así que Harry vendió su parte de la editorial musical y se marchó.

El 27 de diciembre de 1920, Pace escribió una carta a W. E. B. Du Bois comunicándole que había formado una empresa para fabricar discos fonográficos. Mantuvo abierta la posibilidad de contar con más asociados, tal como le explicó a Du Bois: “Logré que el capital social fuera lo suficientemente flexible como para aceptar a otros si la idea resultaba muy favorable”. La misiva también revela que fue Du Bois quien sugirió el nombre «Black Swan» (Cisne Negro) para el sello, en honor a la pionera concertista afroamericana Elizabeth Taylor Greenfield.

Elizabeth Taylor Greenfield nació como esclava en la ciudad de Natchez, Mississippi, alrededor de 1820. Siendo muy joven fue llevada a Philadelphia donde un abolicionista se hizo cargo de ella. Aprendió a cantar de forma autodidacta y comenzó su carrera como concertista en Nueva York bajo los auspicios de la Buffalo Musical Association y fue esta corporación la que le puso el apodo de «Black Swan».
En aquella época los periodistas se quedaban un tanto confusos al ver a una negra cantando música clásica: “Fue sorprendente contemplar la sorpresa absoluta y el intenso placer reflejados en los rostros de sus oyentes que parecían expresar: “¿Por qué vemos el rostro de una mujer negra, pero oímos la voz de un ángel? ¿Qué es lo que significa?”.
Lo que sí puedo decir es que a Greenfield le resultó mucho más sencillo y agradable cantar ante la reina Victoria en el palacio de Buckingham que ante el público blanco que llenó las butacas del Metropolitan Hall neoyorquino en su debut de 1853.

En la primavera de 1921, Pace lanzó oficialmente «Black Swan Records». Nombró al pianista, compositor y líder de banda, Fletcher Henderson, como director de grabación mientras que el compositor y director de orquesta de corte clásica, William Grant Still, se encargó de los arreglos y la dirección musical.
Harry Pace organizó un plan de marketing para el nuevo sello publicando anuncios en todos los periódicos negros del país con este lema: “Cada cantante y cada músico que ha participado en todos nuestros discos es “colored”.

Los primeros lanzamientos de «Black Swan» fueron recibidos con bastante cordialidad por parte de la prensa y el público. El cantante y banjoísta, Carroll Clark, consiguió un éxito notable a tenor de las copias vendidas. Sin embargo, los primeros discos no generaron el entusiasmo suficiente para que «Black Swan» fuera rentable. Solamente necesitaban a una artista y una canción de éxito. Y lo lograron.

La cantante, Ethel Waters, una artista curtida en el circuito negro de vodevil, estaba tratando de labrarse un nombre en los clubs y teatros de Harlem. Apodada «Sweet Mama Stringbean», era alta y delgada, una elegante bailarina con una voz suave y sofisticada. En esos momentos estaba actuando en el Edmond’s Cellar, un famoso club dirigido por el exboxeador Edmond «Mule» Johnson. Allí fue donde la “descubrió” Fletcher Henderson o Harry Pace – el tema no está claro – y sea quien fuera, la invitó a que se pasara por las oficinas de «Black Swan Records», sitas en el sótano de la calle 138 en Harlem:
“El día que fui, me encontré a Fletcher Henderson sentado tras un escritorio, con aspecto remilgado e importante… discutimos mucho sobre si debía cantar temas populares o «culturales». Finalmente se decidieron por los populares, y pedí cien dólares por grabar el disco. El Sr. Pace me pagó los cien dólares…”

El 22 de marzo de 1921, Ethel Waters, acompañada por los Cordy Williams’ Jazz Masters (aunque de esto último no tenían demasiado), dirigida por el violinista, Cordy Williams, grabó el tema compuesto por el pianista y cantante, Tom Delaney, titulado «Down Home Blues». A los seis meses de salir el 78 rpm, Ethel ya había vendido más de 100.000 copias. En noviembre, Pace preparó una gira promocional que eventualmente visitaría veintiún estados y puso como cabeza de cartel a Ethel Waters acompañada de la orquesta recién creada con el nombre de «Black Swan Troubadours» dirigida por Fletcher Henderson.

Ethel Waters permaneció bajo contrato de «Black Swan» desde julio de 1921 a junio de 1923. En esta última fecha, ella regresaba de una gira internacional y descubrió que el sello estaba apenas operativo.
En esos dos años, Harry Pace la convirtió en la artista afroamericana mejor pagada de su tiempo. Realizó cerca de una docena de sesiones de grabación dejando su voz en una veintena de canciones. Canciones como «Midnight Blues» compuesta por Spencer Williams con letra de Harlam Thompson. Ethel Waters and the Jazz Masters la grabaron   el 26 de mayo de 1923: Fletcher Henderson, piano; John Mitchell, banjo; Elmer Chambers, corneta; George Brashear, trombón; Edgar Campbell, clarinete.

Los “spotlights” del escenario del Dreamland Café, el cabaret más importante de Chicago se mantuvieron iluminando a la figura de la cantante, Alberta Hunter, durante cinco años. Durante ese período de tiempo, la prensa especializada acuñó, para referirse a ella, el término de «Sweetheart of Dreamland» a la vez que reconocía que tenía bien ganado el título de la mejor cantante de blues de la ciudad. Ella compartió escenario con los mejores músicos de jazz del momento. Alberta tenía por costumbre, una vez terminada su performance en el Dreamland, tomar un tren junto a su pianista y dirigirse a diferentes clubs para terminar la jornada. En uno de ellos mataron a tiros a su compañero mientras ambos estaban actuando sobre el escenario.
Alberta abandonó Chicago ese mismo año de 1921 y se mudó a Nueva York. Estas fueron sus palabras: “Si tú has trabajado en Chicago y allí has sido admitida, tú eres alguien. Por lo tanto, Nueva York no me intimida”.

Una vez que llegó a Nueva York, Fletcher Henderson se puso en contacto con ella y consiguió que grabase dos canciones para el sello «Black Swan». A la banda de la casa esta vez le pusieron el nombre de Henderson Novelty Orchestra. En mayo, entraron en un estudio y grabaron los dos temas. Uno de ellos fue el titulado «How long sweet daddy, how long» compuesto por el saxofonista y director de banda Isham Jones con letra de Tell Taylor. Para la cantante esta fue la primera vez que pisaba un estudio.
Una vez que el disco salió al mercado, Alberta Hunter, al parecer descontenta con la mediocre comercialización de su primer 78 rpm, decidió al cabo de unos meses firmar con el sello «Paramount» y abandonar a «Black Swan».
Esta vez, Harry Pace no supo confeccionar un bonito lazo con el que retener, a una de las mejores cantantes del momento, para que no se escapara de su sello discográfico.

Trixie Smith, conocida como «The Southern Nightingale» (El Ruiseñor del Sur), posiblemente nació como Teresa Ames, Atlanta y asistió a la Universidad de Selma en Alabama. En 1915 y con 20 años se mudó a Nueva York y realizó varias giras a través de la T.O.B.A., un circuito de teatros que se extendía desde la Costa Este hasta Kansas City donde actuaban artistas afroamericanos.
Sin embargo, la noche del 20 de enero de 1922, Trixie Smith se convirtió en una estrella. En parte gracias a Bob Slater, columnista de teatro del New York Age. Como Trixie no era conocida en la ciudad, la influencia de Slater le aseguró un puesto en el famoso y reputado «Fifteenth Regiment Blues Contest» en Harlem (llamado de esta manera en reconocimiento del director de banda, Jim Europe). Sobre los resultados del concurso, el Chicago Whip declaró: “La señorita Smith obtuvo una victoria tan contundente como inesperada… su popularidad se disparó”. El Billboard informó: “Entre las participantes se encontraban Daisy Martin, Lucille Hagemann y Alice Leslie Carter, todas famosas por sus interpretaciones de melodías sincopadas. Sin embargo, fue Trixie Smith, una cantante desconocida para las discográficas y el público metropolitano, quien recibió el premio a la mejor, entregado por la señorita Irene Castle… La recién aclamada campeona pasó los siguientes días esquivando ofertas de compañías discográficas que le ofrecían cifras asombrosas. No hay duda de que brilla una nueva estrella en el firmamento del blues”.

Esta vez fue Harry Pace el que consiguió que Trixie Smith firmara con su sello. A las pocas semanas de haber salido vencedora en el concurso antes mencionado, Pace le preparó la primera sesión para sacar al mercado un 78 rpm. La fecha fue el 15 de febrero. La banda está sin acreditar (aunque Fletcher Henderson andaría de por medio) y una de las canciones que grabó fue su composición titulada «Trixie’s Blues».
Trixie Smith permaneció ligada a «Black Swan» durante catorce meses. En ese período de tiempo se convirtió en uno de los pesos pesados del sello dejando una decena de canciones grabadas que consiguieron que se vendieran una importante cantidad de copias. Una de ellas fue la titulada «Take It Daddy, It’s All Yours» escrita por Perry Bradford y grabada el 15 de diciembre de 1922. Trixie aparecía en el disco como Trixie Smith and her Down Home Syncopaters.

Ethel Waters y Trixie Smith fueron, cada una en su momento, un potente sostén en la viabilidad de «Black Swan». Su marcha produjo un gran agujero en el negocio. El sello grababa a cantantes de blues como Katie Crippen, Lulu Whidby, Lucille Hegamin, Georgia Gorham, Inez Richardson… o de música clásica como Revella Hughes (soprano), C. Carroll Clark (barítono), Marianna Johnson (contralto)… o de gospel como Nettie Moore, Helen Woodruff… pero el éxito se escabullía entre ellos.
Las grandes compañías discográficas habían aprendido muy rápido que existía una comunidad de varios millones, y prácticamente virgen, que demandaba su música y crearon apartados en sus empresas para satisfacerlos. El blues, el jazz, el gospel, entraban como Pedro por su casa en sus estudios.
El auge de la radio tuvo como consecuencia de que se vendieran menos discos. Cualquier persona sentada cómodamente en su casa podía escuchar los éxitos del momento, incluso demandar sus preferidos en ciertos programas. Todo ello creó un problema en las importantes empresas discográficas, que se convirtió en un gran problema en las pequeñas.
En estos tiempos turbulentos apareció un personaje en la vida de Harry Pace llamado, John Fletcher.

John Fletcher era el secretario de la «Olympic Disc Record Corp.», un sello subsidiario de la «Remington Phonograh Corp.». Cuando en diciembre de 1921, ambas corporaciones se declararon en quiebra, John Fletcher, su socio, Michael Naughton y Harry Pace compraron «Olympic Disc Record Corp.». A la sociedad que se constituyó la denominaron «Fletcher Record Company».
La empresa adquirió en propiedad todos los masters de «Olympic Recordings», pero para Pace y «Black Swan» fue todavía más importante ya que se convirtió en copropietario del estudio y de todas las instalaciones de producción del sello, que permanecían inactivos en Long Island City, Nueva York. Y así mismo, de la planta de prensando de los discos, lo que lo liberaba de su dependencia de fabricantes externos. 
Harry Pace controlaba quién y qué aparecía en su sello por lo que para él todo eran ventajas, aunque ese oasis de paz y prosperidad se iba a quedar sin agua en un corto plazo.

Desde el principio, Pace proclamó con orgullo que «Black Swan» empleaba únicamente a artistas negros y esto iba a terminar drásticamente, ya que el sello comenzó a distribuir discos de artistas blancos de «Olympic Recordings» camuflándolos con seudónimos para que pareciese que se trataba de músicos negros. No se ha encontrado una documentación lo suficientemente precisa que pueda revelar si Pace estaba a favor de este acuerdo esperpéntico (que ampliaría enormemente el catálogo de «Black Swan» a un coste mínimo o nulo) o si se vio presionado a aceptarlo, ya que Fletcher y Naughton poseían una participación mayoritaria en la «Fletcher Record Company».
Estos son algunos ejemplos: Harry Yerkes’ Orchestra (blanca) se publicó bajo el nombre de Sammy Swift’s Jazz Band y Joe Brown’s Alabama Band. Rudy Wiedeoft’s Californians (blanca) se convirtieron en los Haynes’ Harlem Syncopators, mientras que la Irving Weiss’ Ritz-Carton Orchestra, Fred Van Eps’ Quarter y Rudy Wiedoeft’s Palace Trio (todas blancas) terminarían llamándose Ethel Waters’ Jazz Masters (sin el permiso de la cantante).
A las bandas de baile blancas se las denominó Henderson’s Dance Orchestra o Henderson’s Novelty Orchestra, no aparecía ningún nombre de pila en las galletas, ya que la intención era insinuar la participación de Fletcher Henderson, incluso después de que este abandonara «Black Swan» (lo hizo en otoño de 1922), para crear la mejor orquesta que abrió las puertas a la Época del Swing.

En YouTube podemos encontrar varios ejemplos de canciones piratas: La titulada «Sal-O-May» “interpretada” por la Joe Brown’s Alabama Band. «Royal Garden Blues» y «Who belive in you» bajo el seudónimo de Ethel Waters’s Jazz Masters.

Lo que había comenzado como un flujo de grabaciones discontinuas de “Olympic Recordings”, en «Black Swan» se convirtió en un torrente a mediados de 1922.
A finales de ese mismo año, Harry Pace tuvo claro que necesitaba desvincularse de John Fletcher. La escisión oficial se produjo el 20 de enero de 1923. Pace reorganizó «Black Swan Record Company», poniendo fin a lo que se había convertido en una relación poco rentable con Fletcher. Desafortunadamente, el daño a sus finanzas (y probablemente, en cierta medida, a su reputación) ya estaba hecho.

«Black Swan» celebró su segundo aniversario en junio de 1923, en medio de una caída en picado de las ventas y un alarmante número de deserciones de artistas. Solo unos pocos lanzamientos se publicarían después de julio. Para el otoño de 1923, personas allegadas como W. E. B. DuBois (uno de los primeros inversores y de los más fervientes defensores del sello) buscaba liquidar sus deudas.
El 2 de abril de 1924, The Port Washington Herald informó que Pace había firmado un acuerdo con la productora de discos «Paramount» que se haría cargo del nombre comercial y la marca registrada de «Black Swan» y continuaría fabricando y distribuyendo algunas grabaciones existentes. «Paramount» alquilaría los masters a Pace, en lugar de comprarlos directamente y le pagaría una regalía mensual sobre las ventas.

Hay que reconocer a Harry Pace que, en esos dos años en los que estuvo activo «Black Swan Records» dejó un modelo que otros sellos discográficos más tarde utilizarían: «Motown Records», «Stax Records», «Philadelphia International Records». Estas discográficas crearon un negocio musical cuya propiedad y gestión era llevada por afroamericanos para crear arte afroamericano.

En 1925, Harry Pace le dio la espalda a la industria discográfica y fundó una compañía de seguros con el nombre de Northeastern Life Insurance Company en Nueva Jersey que se convirtió en la mayor empresa afroamericana del Norte del país. Seguidamente se mudó a Chicago para asistir a la Chicago-Kent College of Law recibiendo el título de abogado en 1933. En los diez años en los que ejerció la abogacía estuvo involucrado en casos importantes, sobre todo en aquellos en los que se dirimían aspectos relacionados con los Derechos Civiles. Además, fue un miembro activo de la NAACD (La Asociación Para el Progreso de las Personas de Color).
En 1943, Harry Pace dejó este mundo y fue enterrado en una total intimidad (dejaba mujer y dos hijos), ya que ni sus más íntimos amigos supieron que había muerto.

Hay un aspecto de la vida de Harry Pace, después de su época de «Black Swan», que sigue siendo un misterio. El censo de Chicago de 1930 muestra que Pace y su familia se identificaban como «negros», pero el censo de 1940 los identifica como «blancos». Para sus descendientes, Harry era su abuelo blanco. Creían que era italiano, aunque los detalles eran escasos. En 2007, más de 60 años después de la muerte de Pace, sus descendientes descubrieron la verdadera historia por primera vez.
El nieto de Pace, Peter, tenía 62 años cuando descubrió que su abuelo era negro: “De niño, me identificaba como blanco. Nunca me dijeron que era otra cosa que blanco. Mi abuelo fue un exitoso hombre de negocios, tenía una carrera en seguros y era socio de un bufete de abogados. Nunca supimos nada sobre «Black Swan Records».
Da la sensación de que Harry Pace, en su vida privada, se distanciaba de la comunidad afroamericana. Él y su familia vivieron en River Forest un barrio predominantemente blanco de Chicago. Sus hijos fueron a la universidad, se enamoraron y se casaron con personas blancas.
El caso de Harry Pace me recuerda a las «octoroon» (jóvenes con un octavo de sangre negra recorriendo por sus venas) de Nueva Orleans y a sus famosos bailes. Todas ellas podían pasar por blancas. (Tenéis a vuestra disposición mi artículo titulado «Historias de Nueva Orleans (I): The Quadroon Balls»).

Subscribe