




















Historias de Nueva Orleans (XI): Oscar «Papa» Celestin (Tuxedo Jazz Band)
Oscar Phillip Celestin nació el 1 de enero de 1884 en la ciudad de Napoleonville, Louisiana y fue el menor de los trece hermanos habidos en la familia. Su padre trabajaba como cortador de caña de azúcar en una plantación ubicada en el área metropolitana. Los Celestin eran una de tantas familias creoles con pobres recursos, de manera que cuando Oscar tuvo la edad suficiente le mandaron a cortar caña como al resto de sus hermanos.
Su interés por la música se manifestó siendo muy joven convirtiéndose en un autodidacta en el aprendizaje de la guitarra y la mandolina. Todo su mundo artístico se expandió cuando su padre le llevó a bordo de un steamboat que surcaba las aguas del Mississippi. En él escuchó las notas que surgían de la banda que tocaba sobre un escenario improvisado sobre la cubierta. Desde el momento en que sus oídos atraparon el sonido de los metales, supo que él quería convertirse en un cornetista. Oscar, empezó a ahorrar cada centavo con el sueño de comprarse una, pero se libró de una larga espera ya que un compañero, que trabajaba junto a él en la plantación, le regaló una vieja y destartalada corneta tras enterarse de que el joven Celestin ansiaba convertirse en un virtuoso del instrumento.
Sus padres consiguieron que el benjamín recibiera clases de Claiborne Williams, un profesor de música que vivía a 10 millas de Napoleonville. Además, le animaron a que se buscara un trabajo para valerse por sí mismo. Lo encontró como cocinero en el Texas-Pacific Railroad.
En 1902, Oscar, con 18 años, encontró su primer empleo como cornetista en la de J.C. Trist Band, nombrada de esta manera por la persona que les compró los instrumentos. A esta le siguió la St. Charles Parish Boys y más adelante The Indiana Brass Band.
En 1906, Celestin, con veintidós años, se mudó a Nueva Orleans, donde la población de trescientos mil habitantes incluía un veinte por ciento de negros. Su primer requisito fue buscarse una ocupación. Él con su metro noventa y tres de estatura y un peso de casi ciento cincuenta kilos, no tuvo problemas para conseguir un trabajo de estibador. Celestin siempre relató los buenos momentos que pasó en el río Mississippi y sus alrededores mientras cargaba y descargaba enseres de los barcos que atracaban en el muelle de la ciudad.
Al poseer un trabajo fijo, se concentró en “descubrir” la villa y en darse a conocer como músico. Nueva Orleans estaba llena de ellos y había muchas oportunidades para un cornetista con talento. Realizó trabajos temporales con músicos que despuntaban en la ciudad: Joe Oliver, Jimmie Noone, Bunk Johnson, Jelly Roll Morton… Fue un miembro habitual de la Crescent Orchestra y ocasionalmente colaboró con la Olympia Orchestra, fundada por Freddie Keppard en 1907. En 1908, un año después de que el legendario Buddy Bolden tocara su corneta por última vez junto a la banda Henry “Red” Allen, él formó parte de esta. Sus performances eran solicitadas para amenizar picnics, acompañar al difunto en los funerales y, en general, animar cualquier acto social.
En 1909, los hermanos Charlie y Harry Parker reconvirtieron un burdel en un salón de baile al que llamaron Tuxedo Dance Hall sito en el 219 de Franklin Street, una de las arterias que formaba Storyville (el barrio de las luces rojas). Además, montaron un bar, que daba directamente a la calle y que ocupaba todo el ancho de la fachada. En el interior y en el salón de baile situaron un estrado a casi cuatro metros de altura donde se ubicaban los músicos. En el momento de la apretura estos fueron los siguientes: Manuel “Fess” Manetta, piano; Peter Bocage, violín, George Fihle, trombón; Arnold Metoyer, trompeta; Luis “Papa” Tio, clarinete, Babb Frank, flauta. Todos ellos leían lo que estaba escrito en la partitura y no improvisaban. Su jornada empezaba a las ocho de la tarde y terminaba a las cuatro de la madrugada. Su repertorio estaba formado, casi exclusivamente, por melodías populares del momento.
Cuando el cornetista Metoyer cayó enfermo, la banda estuvo durante tres semanas buscándole un sustituto ya que era todo un problema encontrar uno bueno y que además supiese leer música. Al final fue el pianista Manetta el que sugirió contratar a Oscar Celestin. Una vez que el cornetista entró en la banda no le fue difícil convertirse en el líder de la misma. El periódico Daily Picayune de Nueva Orlenas comentó en un artículo lo siguiente: “El líder de la banda del Tuxedo era el orgullo de la casa. Ningún otro músico se podía comparar con él ya que poseía toda una suerte de graciosas expresiones faciales o de extraños movimientos de sus piernas. Cuando dirigía la banda, la gente se paraba para ver sus travesuras…”.
Y podemos considerar esos momentos como el embrión de The Tuxedo Jazz Band.
El 24 de marzo de 1913, lunes de Pascua y alrededor de las 4:30 de la madrugada, Billy Phillips, dueño del salón de baile 101 Ranch, se presentó en el Tuxedo para reunirse con Harry Parker, uno de sus dueños. El propósito era intentar resolver una disputa que había surgido entre ellos. Ambos se sentaron en sendos taburetes en la barra del bar, pidieron unas consumiciones y en ese momento Charles Harrison, un delincuente neoyorquino prófugo, que trabajaba como camarero en el Tuxedo, se colocó detrás de Phillips y le disparó por la espalda. En el tiroteo que siguió, Phillips, Parker y otros tres hombres murieron.
The Times Picayune publicó que los domingos por la noche no había baile en el Tuxedo, sin embargo, el bar – que nunca cerraba – fue donde se produjeron los graves incidentes. Lo que no supo el rotativo en su momento fue que cuatro músicos: Manetta, Bocage, Louis “Papa” Tío, junto al baterista, Louis Cotrell.sr estaban tocando por puro placer en el salón de baile y salieron zumbando por la puerta de servicio nada más oír los disparos.
El superintendente James W. Reynolds cerró todos los salones de baile debido a los asesinatos y revocó todos los permisos. El comisionado Newman aprobó con entusiasmo tal resolución ya que entre sus deseos se encontraba el de limpiar la ciudad de ese tipo de locales.
Con el cierre de los salones de baile, los músicos que disfrutaban de un empleo estable haciendo felices los pies del respetable se vieron obligados a competir entre ellos para ser contratados en los pocos locales con música que no les afectó el decreto de James W. Reynolds. Celestin esperó a ver si los salones volvían a abrir, pero pronto se hizo evidente que eso no iba a suceder.
El Villa Café fue un cabaret situado en el mismo edificio que el Tuxedo Dance Hall, pero que no le atañó en modo alguno el cierre de los salones baile. Sus propietarios le ofrecieron un contrato a Oscar Celestin que formó una banda para actuar en sus escenarios.
En 1914, el superintendente Reynolds empezó a abrir la mano y redactó los permisos necesarios para que varios salones de baile pudieran abrir sus puestas. Uno de ellos fue el 101 Ranch, cuyo dueño fue abatido en la barra del Tuxedo. Celestin montó una banda para actuar sobre sus escenarios a la que denominó The Tuxedo Jazz Band. Esta formación adquirió un gran prestigio dentro y fuera de la ciudad de Nueva Orleans.
El todo poderoso Martin Beck, el hombre que movía los hilos del Orpheum Vaudeville Circuit, contrató a la banda de Celestin convirtiéndose en la primera formación negra que entraba en el circuito. Este hecho representaba poder actuar en cuarenta y cinco teatros de vodevil repartidos por treinta y seis ciudades de EE. UU. y Canadá.
Los músicos de la Tuxedo Jazz Band la componían: Oscar Celestin, trompeta; William Ridgely, trombón; Jimmie Noone, clarinete; Armand Piron, violinista; Johnny St. Cyr, banyo; John Lindsay, contrabajo; Clarence Williams, piano; Ernest Trepagnier, batería y Tom Benton, banyo, guitarra y voz.
Paralelamente a la Tuxedo Jazz Band, Oscar Celestin formó y lideró la Tuxedo Brass Band, una marching band que normalmente estaba compuesta por tres trompetas o cornetas, dos trombones, uno o dos clarinetes, un saxo alto, tenor y barítono, una caja y un bombo. La citada Brass Band fue una de las más aclamadas durante las dos primeras décadas del siglo XX en Nueva Orleans participando en toda las parades importantes, los funerales y el carnaval. Desafortunadamente no existe ningún registro sonoro de ella.
Oscar Celestin padeció durante toda su vida serios problemas de salud producidos por sus úlceras de estómago. Cuando estos se agudizaban le era imposible actuar con la banda y en esas crisis el trombonista Williams Ridgley era el encargado de buscar un sustituto.
Sería alrededor de principios de los años veinte cuando a la formación de Celestin le contrataron para actuar en el Spanish Fort, ahora reconvertido en un hotel con un salón de baile, una sala de teatro y un casino, y situado a pocos kilómetros al norte de Nueva Orleans junto al lago Pontchartrain.
Unos días antes de que la Tuxedo Jazz Band se presentase en el fuerte, Celestin sufrió una severa crisis estomacal. Ridgley empezó a buscar un sustituto y en el primero que pensó fue en King Oliver que rechazo la propuesta al estar ya comprometido. Sin embargo, le informó al trombonista que conocía a un muchacho que tocaba la corneta en el reformatorio Colored Waifs Home de Nueva Orleans y que podía servir. Ridgley quiso conocerlo y probarlo.
Un sábado por la mañana, un joven provisto de una gorra que le venía grande por todos lados y envuelto en un viejo abrigo azul se presentó ante Ridgley. Llevaba su corneta en una bolsa pequeña y sucia que la sujetaba en una de sus manos. El trombonista le preguntó si conocía tal o cual canción y al cabo de la semana se percató de que sabía tocar más melodías que sus propios músicos. En el único aspecto que no estaba a la altura era en la lectura de las partituras. Louis Armstrong relata en su biografía que fueron dos músicos de la banda de Celestin los que le enseñaron a leer y escribir música: el melofonista, David Jones y el pianista, Fate Marable.
Louis Armstrong conoció a Celestin y fue él el que le puso el apodo de “papa”. Una vez repuesto este último, Louis siguió participando en la banda, sobre todo en la Brass Band. En julio de 1923, Armstrong recibió una carta en la que King Oliver le pedía que se desplazase a Chicago para formar parte de su banda. James Leslie, de la revista Metronome lo contó así: “Louis se acercó a Celestin después de haber terminado una parade con la Brass Band en Algiers (uno de los distritos de Nueva Orleans), le dijo que se marchaba a Chicago y que iba a ganar $75. Celestin supo en ese mismo momento que no podía retenerlo. Incluso no estuvo seguro si esa cantidad era por una semana o por un mes”. Allí en Chicago conoció a Lil Hardin, se casó con ella. Luego vinieron los Hot Five y los Hot Seven… y el resto es historia.
La oportunidad de grabar le llegó a Oscar Celestin y a sus músicos el 23 de enero de 1925. La discográfica Okeh Records, en su segunda visita a Nueva Orleans y en tres frenéticos días, grabó a nueve formaciones diferentes. La banda de Celestin, bajo el nombre de Original Tuxedo Jazz Orchestra, contaba con estos músicos: Oscar “Papa” Celestin, corneta; Louis “Kid Shots” Madison, corneta; William Ridgley, trombón; (tb), Williard Thoumy, clarinete; Manuel Manetta, piano; John Marrero, banyo; Simon Marrero, contrabajo; Abby Foster, batería. Dejaron para la posteridad cuatro temas, entre los que destaco el tradicional Careless Love
A los dos meses de esta grabación, la discográfica Columbia se interesó por la Tuxedo Band de Celestin y le ofreció un contrato para que formara parte del elenco de artistas del sello. Desde abril de 1926 hasta diciembre de 1928, grabaron doce canciones. Uno de sus mayores éxitos lo obtuvieron con la canción titulada My Josephine que posee una pequeña historia. El tema lo escribieron Papa Celestin con el clarinetista de su banda Paul Barnes y se mantuvo sin título durante bastante tiempo, hasta que una joven se acercó al escenario y les comentó a los músicos que le había gustado mucho la canción y les preguntó cómo se llamaba. Ellos a su vez le dijeron cuál era su nombre y cuando ella dijo Josephine la canción ya adquirió su título oficial.
La Depresión de la década de 1930 golpeó de lleno a Celestin y a su banda, al punto de que se disolvió. El cornetista regresó a su trabajo de estibador, aunque continuó tocando los fines de semana y en eventos privados. Durante la Segunda Guerra Mundial, dirigió a la Tuxedo mientras trabajaba como soldador en un astillero.
En 1944, Celestin fue atropellado por un camión en esas instalaciones produciéndole graves daños en ambas piernas. Necesitó un año de hospitalización y una larga recuperación en su casa para que sus piernas le volvieran a responder medianamente.
El resurgimiento del jazz tradicional de Nueva Orleans comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, como una especie de contrapunto al jazz moderno, que fue denostado por muchos aficionados. Oscar “Papa” Celestin no fue ajeno a este revival y formó una nueva Tuxedo Jazz Orchestra, que consiguió obtener una gran relevancia en Nueva Orleans. Regresó al estudio para grabar con varios sellos desde 1947 hasta 1954. Para la discográfica Columbia realizó una sesión, en noviembre de 1953, bajo el nombre de Oscar “Papa” Celestin and His New Orleans Band: Celestin, trompeta, Eddie Pierson, trombón; Cornbread Thomas, clarinete; Adolphe Alexander Jr., saxo alto; Albert French, banyo; Sidney Brown, contrabajo; Jeanette Kimball, pianista; Louis Barbarin, batería. De los temas que grabaron entresaco el titulado Darktown Strutters’ Ball compuesto en 1917 por Shelton Brooks y que será uno de los primeros standard de jazz.
La última grabación que realizó “Papa” Celestin fue el 24 de abril de 1954. Los músicos son los mismos que los del tema anterior y la canción que he elegido fue compuesta en 1946 por el compositor y letrista Robert Gurley dedicándosela a la reina del voodoo Marie Laveau. Le escribió esta letra:
No ha mucho tiempo, vivía una dama / en Nueva Orleans, Louisiana / por su magia famosa / Marie Laveau llamada. Vendiendo voodoos y leyendo sueños / hizo una fortuna / A lo largo y ancho de todo el país / La conocían como la Reina Voodoo / Gentes de todas partes, a ella acudid / Que ella sí que sabe manejar el voodoo. Todos se acercan a ver a la Reina Voodoo / El rico y el culto, el pobre y el ignorante / Chasca los dedos, mueve la cabeza / Y, vivos o muertos les habla de sus amantes. Una anciana viuda por nombre Brown / Le pregunta por qué su amante no volvió / La voodoo la mira y gruñe y rezonga: / Lo he visto besando a una joven muchacha / Colgados de un roble en Shakespeare’s Park / en la oscuridad. Oh, Marie Laveau, Oh, Marie Laveau / Oh, Marie Laveau, la Reina Voodoo / Allá en los confines de Nueva Orleans. La anciana se duele y hasta pierde el habla / Mientras por su cara lágrimas resbalan / La Voodoo le anima: / Ea, ea, no llores, mujer / Que a tu mismo lado yo le haré volver. Esparce en el suelo este polvo de sierpe / Y volverá a tu vera el próximo viernes / Al romper el día / cuando el gallo cante. Marie Laveau en sus manos a todos los tiene / Nueva Orleans, Louisiana, es su Canaán / Gentes de prestigio de cerca y de lejos / Llegan hasta ella a oír sus salmerios. No quieren ser vistos frente a su cancela / Se acercan a oscuras a escuchar su sino / Cubren sus cabezas con oscuros velos / Oyen a Marie con miedo y recelo. Hace resonar un vetusto cuerno / De hojas de maíz y plumas relleno / Porta una aleta de bagre y una negra vela / A un hombre le hizo volverse creyente / Y muy avergonzado, dejar su pecado. Una mañana, al despuntar el día / Corren por el aire malas noticias / Marie Laveau pasó a mejor vida / En el Cementerio de San Luis llamado / Allí yace su tumba / Fue enterrada una noche al salir la luna. Oh, Marie Laveau, Oh, Marie Laveau / Oh, Marie Laveau, la Reina Voodoo / Allá en los confines de Nueva Orleans.
En este tema podemos admirar la faceta de cantante de Oscar “Papa” Celestin.
Celestin y la Original Tuxedo Jazz Band se convirtieron en la primera banda de jazz de Nueva Orleans que actuó en la Casa Blanca. El evento fue el 8 de mayo de 1953, durante la celebración del banquete anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca: “Como sureño de nacimiento, parece que he dejado una huella maravillosa y gozado de un éxito rotundo para tener la oportunidad de tocar en esta cena».
El presidente Dwight D. Eisenhower estrechó la mano del pionero del jazz después de la actuación de la banda y le comentó: «Señor Celestin, es usted un caballero ejemplar y un orgullo para su raza y nuestro país». Celestin calificó su encuentro con el presidente, repleto de elogios, como el momento en el que se sintió más orgulloso de toda su vida.
El 15 de diciembre de 1954, diecisiete meses después de su triunfo en Washington, D. C., Celestin falleció a los setenta años de cáncer en su casa de la calle France. Se estima que diez mil espectadores presenciaron su cortejo fúnebre en Canal Street, mientras una “second line” de cuatro mil personas seguía a las quince limusinas negras, mientras la Eureka Brass Band y miembros de la Tuxedo Brass Band original interpretaban el espiritual Just a Closer Walk with Thee.
El Dr. Bruce Boyd Raeburn, conservador durante mucho tiempo del Archivo de Jazz Hogan de la Universidad de Tulane comentó lo siguiente:
“La fama de Celestin al final de su carrera eclipsó un legado personal más significativo como el innovador y exitoso líder de las diferentes Tuxedo Jazz Bands que surgieron a la largo de su existencia. Bajo su mandato, la Tuxedo fue una de las primeras bandas de jazz en grabar en Nueva Orleans. Fue fundamental en la organización del Local 496, el Sindicato de la Federación Afroamericana de Músicos de Nueva Orleans. Además, fue una de las primeras bandas de jazz en emplear mujeres regularmente (como pianistas) … y se ganó una base de fieles seguidores que abarcaba las categorías raciales y étnicas convencionales, ofreciendo una música bailable y contagiosa que alcanzó a todos los estratos de la sociedad. Sus logros no fueron tanto producto de una planificación estratégica, sino más bien el resultado de la mentalidad abierta y entrañable que Celestin hacía gala al tratar con la gente que conocía en su día a día».