La Historia detrás de la Foto: Charlie Parker at Camarillo
Ese señor tan lozano que aparece en la fotografía es (para aquellos que no lo hayan conocido) el saxofonista alto Charlie Parker. Está situado en los jardines del Hospital Psiquiátrico de Camarillo. Nos encontramos en el año 1947 y Parker tiene 27 años.
En marzo de 1946, Charlie Parker estaba en plena forma, musicalmente hablando. Había realizado para el sello Dial grabaciones en las que había desplegado todo su potencial creativo. Al cabo de veinte semanas su condición física se deterioró palpablemente. Aparte de su habitual consumo de drogas empezó a beber mucho.
El trompetista Howard McGhee comentó al respecto lo siguiente: “Creo que Bird todavía estaba algo ansioso, porque alineaba ocho wiskis dobles y se los bebía antes de tocar la primera nota. Después de algo así, un tipo cualquiera estaría por los suelos. De hecho, el camarero convenció en cierta ocasión a Hampton Hawes, nuestro pianista, para que intentara emular aquella proeza. Hawes aceptó y aquella noche tocamos sin pianista, salvo cuando Bird y yo nos alternábamos al piano. Sí, Bird tocaba el piano”.
A pesar de esas peligrosas señales de alarma, Ross Russell (propietario de una tienda de discos de California) programó una sesión de grabación para el 29 de julio. Bird acudió al estudio casi en estado comatoso, y a pesar de las advertencias del doctor Richard Freeman, un psiquiatra de máxima confianza de Russell, según las cuales Parker mostraba síntomas de alcoholismo y desnutrición, decidió comenzar con la grabación.
El 29 de julio de 1946, los siguientes músicos entraban en los C.P. MacGregor Studios sitos en Los Ángeles: Howard McGhee, trompeta; Charlie Parker, saxo alto; Jimmy Bunn, piano; Bob Kesterson, contrabajo; Roy Porter, batería.
El primer tema que grabaron salió mal. Empezaron con el segundo «Lover Man» y Parker necesitó ser sujetado por detrás para no caerse. Los comentarios de cómo tocó Bird son varios y variopintos: “A pesar del estado de Bird el sonido salía perfectamente y no hay notas incorrectas” (Howard McGhee). “El “solo” de Parker en «Lover Man» es de los más poderosos que he escuchado” (Charles Mingus). “El sonido de Parker, habitualmente tan tenso, suena endeble, y su fraseo es dubitativo. El veredicto más llamativo fue el del propio Parker, que se enfureció cuando la grabación de “Lover Man” fue publicada por Dial” (Ted Gioia). “Sus notas, llenas de amargura y frustración, son un eco de una pesadilla que llega desde lo más profundo de su ser” (Ross Russell).
Cuando Bird terminó de tocar «Lover Man» se sintió realmente mal, dejó el estudio y se marchó a su hotel. A los tres días estaba ingresado en el Camarillo State Mental Hospital sito en la ciudad de Camarillo, California.
Julie MacDonald fue una escultora que conoció a Parker durante la estancia de este último en California. Se hicieron amigos y el saxofonista visitaba a menudo su estudio. Julie realizó varios bocetos del musico cuando este se presentaba en su taller que más adelante dieron lugar a varias esculturas que lo retrataron.
Julie, aparte de escultora, era una mujer empática con la que resultaba fácil conversar y sobre todo sabía escuchar: “Charlie observaba el arte. Desde una escultura egipcia hasta Picasso. Escuchaba Sostakovich, a Stravinsky y a Bartók. Poseía una memoria asombrosa. Esa mezcla de percepciones y recuerdos le servía para trasladar todas esas experiencias a su saxo. Le tomó pulso a nuestro tiempo, supo entender la presión, el caos y la complejidad, y muchas otras cosas: la tristeza, la alegría y el amor. Se interesaba por la percepción extrasensorial, la teoría de las vidas pasadas y el misticismo; sin embargo, esas ideas le asustaban. Una vez me dijo que perseguir ese tipo de ideas era lo que le había llevado, en parte, a ingresar en el hospital de Camarillo en 1947. Y entonces me contó cómo había conseguido que lo ingresaran en el Psiquiátrico”.
Cuando Charlie llegó a su hotel el 29 de junio de 1946, subió a su habitación, se tumbó en la cama, encendió un tipillo, se quedó dormido y a duras penas pudo apagar las llamas que empezaron a brotar de las sábanas y el colchón.. Al cabo de unas horas, necesitó hacer una llamada telefónica. Desgraciadamente el artilugio se encontraba en el vestíbulo, y aunque estaba hospedado en un hotel frío y húmedo situado en el centro de Los Ángeles, él ni corto ni perezoso bajó a telefonear en calzoncillos. El recepcionista le miró horrorizado y le pidió que volviera a su habitación, cosa que él hizo. Pero volvió a bajar con un abrigo sobre los hombros y en calzoncillos. Desde recepción le volvieron a recibir a gritos, apareció la policía y se lo llevó detenido.
Charlie pasó la noche en el pabellón psiquiátrico de la cárcel de Los Ángeles y al día siguiente fue llevado ante el tribunal. Los cargos que le imputaron, en un primer momento, fueron los de exhibición indecente, resistencia al arresto y sospecha de incendio. A estos se le añadió en última instancia el de locura.
Sus abogados consiguieron que el juez le sentenciara a permanecer por un período no menor de seis meses en el Hospital Estatal de Camarillo, tras el cual su caso sería revisado a la luz de los resultados médicos. Los demás cargos quedaron en suspenso.
Durante el período de tiempo que Bird pasó en Camarillo, se comportó como un paciente ejemplar. Se apuntó a clases de albañilería, de jardinería y formó parte de un grupo musical que ya existía antes de su llegada. Comida sana, ejercicio sano, nada de drogas ni de alcohol y, como se ve en la fotografía, se quedó hecho un pincel. Le dieron el alta al cabo de seis meses, enero de 1947, bajo la custodia de su novia, Doris Syndor, (que se convertiría al año siguiente en su tercera esposa) y comenzó de nuevo a darle al saxo.
La primera vez que Charlie pisó de nuevo un estudio de grabación, después de su exilio forzoso del universo jazzístico, fue el 19 de febrero de 1947. Ese día los siguientes músicos: Charlie Parker, saxo alto; Erroll Garner, piano; Red Callender, contrabajo; Harold «Doc» West, batería, acompañaron al cantante Earl Coleman. Uno de los temas que interpretaron fue el titulado «This is Always» composición de Harry Warren con letra de Mack Gordon de 1946.
Siete días más tarde, los Charlie Parker’s New Stars entraban nuevamente en los C.P. MacGregor Studios, Los Ángeles: Howard McGhee, trompeta; Charlie Parker, saxo alto; Wardell Gray, saxo tenor; Dodo Marmarosa, piano; Barney Kessel, guitarra; Red Callender, contrabajo; Don Lamond, batería. Grabaron cuatro canciones, la primera de ellas lleva el título de «Relaxin’ at Camarillo».
«Relaxin’ at Camarillo» es una de las mejores composiciones de Parker, un sinuoso blues con un libre carácter rítmico en su línea melódica. En esta sesión, y en sus actuaciones con McGhee en el Hi De Ho Club, Parker dejó claro que su manera de tocar había alcanzado un nuevo nivel, tan cautivador como antes, pero más flexible y menos intenso. El título de este homenaje a Camarillo respondía a una realidad. Su obra reflejaba cada vez más el relajado dominio de un maestro consolidado, no los irreverentes desafíos de un joven revolucionario. Los méritos relativos del primer y segundo Bird han seguido generando controversia en los círculos jazzísticos hasta el día de hoy; la mayoría de los aficionados serios al jazz han mantenido sus dudas sobre la posible adaptación de Charlie Parker al mainstream o corriente principal. Pero pocos pueden cuestionar la verdad subyacente que simbolizaba este cambio: el bebop ya no volvería a ser un movimiento underground. De hecho, estaba siendo cada vez más aceptado como parte del sonido convencional del jazz”. (El Jazz – Ted Gioia)
Volviendo con la escultora Julie MacDonald y con la estancia en Camarillo de Parker, este le confesó: “«Ahí murió el viejo Bird» y parecía contento por aquella «muerte»”. De hecho, el saxofonista estuvo ingresado dos veces más en un hospital antes de su partida de este mundo: En 1951, sufrió una úlcera estomacal de la que se recuperó. En 1954, por un intento de suicidio al conocer el fallecimiento de su hija Pree debido a una neumonía.
El 12 de marzo de 1955, Charlie Parker falleció, mientras veía la televisión, en la suite del neoyorquino hotel Stanhope en la cual se hospedaba Pannonica Rothschild de Koenigswarter. El saxofonista al encontrarse muy enfermo fue a pedirle ayuda a la “aristócrata mecenas del jazz”. Ella llamó inmediatamente al médico que llegó unos minutos después de que el músico emprendiera su último viaje. La subsiguiente autopsia reveló que la causa de la muerte fue una neumonía lobar provocada por una congestión. Bird contaba con una edad de 34 años.