Strange Fruit & Lady Day

Abel Meeropole
Anne y Abel Meeropole
Barney Josephson
Billie Holiday
Billie Holiday
Billie Holiday
Cassandra Wilson
Strange Fruit & Lady Day

Un hombre, con un pequeño bigote y de ojos saltones mira a la cámara y apunta con el dedo al cuerpo de uno de los dos negros que acaba de ser linchado y cuelga, como su compañero, de una soga que acordona su cuello y permanece asida a la rama de un árbol. El resto de mirones, que rodean al hombre, se muestran impasibles ante la escena que allí se está viviendo.
Este linchamiento se produjo el 7 de agosto de 1930 en la ciudad de Marion en el estado norteamericano de Indiana y el fotógrafo Lawrence Beitler tomó una instantánea del suceso que fue publicada en varios periódicos de ámbito nacional. (No he puesto dicha foto en primer plano acompañando a este artículo, ya que su duro contenido podría herir la sensibilidad de alguna persona. Todo aquel que la quiera ver que pinche aquí).

Esa fotografía le impactó sobremanera a Abel Meeropol que, inspirándose en ella, escribió – bajo el pseudónimo de Lewis Allen – un poema al que en un principio tituló Bitter Fruit (Fruta Amarga) y que fue publicado en enero de 1937 en The New York Teacher (El Profesor de Nueva York), un rotativo que editaba el sindicato de profesores docentes de Nueva York
El poema dice así:

De los árboles sureños pende una fruta extraña / Hay sangre en las hojas y sangre en las raíces / Cuerpos negros que mece la brisa del Sur / Fruta extraña colgada de los álamos.
Escena pastoral del galante Sur / Ojos saltones y bocas torcidas / Olor de magnolias fresco y suave / Y un repentino olor a carne quemada.
Fruta que los cuervos picotearán / que la lluvia atrapará y el viento chupará / que el sol pudrirá y de los árboles caerá / ¡Qué extraña y amarga cosecha!

 Abel Meeropol nació el 10 de febrero de 1903 en el Bronx neoyorquino. Su familia era judía y procedía de Rusia. Se graduó en la DeWitt Clinton High School en 1921 y fue durante 27 años profesor de inglés en ese centro. Aparte de su dedicación a la enseñanza tenía dos vidas paralelas. En una de ellas se convertía en un activista político. Él y su mujer estaban muy cerca del ideario comunista y donaban un porcentaje de sus ganancias al Partido. Según el F.B.I. el matrimonio tuvo carnet del partido hasta 1947 aunque la agencia les mantuvo bajo su radar uno 25 años más. Su otra vida estaba centrada en la literatura. Escribió numerosos poemas, artículos, ensayos, libretos para la televisión, la radio y el cine, historias cortas, críticas, obras de teatro… Sus escritos vieron la luz en más de cincuenta publicaciones entre las que se encontraban periódicos y revistas. Podemos resaltar el libreto que escribió para la ópera del compositor Robert Kurka titulada “The Good Soldier Schweik” que la estrenó la New York City Opera en 1958. Para musicar sus poemas normalmente acudía al compositor Earl Robinson. La canción más conocida que escribieron juntos fue la titulada “The House I live In” que fue interpretada por Frank Sinatra en 1945. Abel Meeropol escribió tanto la música como la letra de una canción titulada “Apples, peaches and cherries” que convirtió en un más que aceptable éxito la cantante Peggy Lee en 1953.
Sin embargo, el matrimonio Meeropol acaparó todas las portadas de los periódicos de los EE.UU. a raíz de adoptar a los dos hijos de Julius y Ethel Rosemberg. Este matrimonio fue encontrado culpable de conspiración y de haber espiado para la Unión Soviética, pasándoles información sobre la bomba atómica y fueron ejecutados en la silla eléctrica en 1953.
Anne y Abel Meeropol son, hoy en día, más conocidos en su pais por esa adopción que por toda una vida dedicada a la enseñanza, a la cultura y al arte, incluida “Strange Fruit”.

Al poema “Strange Fruit”, por los motivos que fueran, Meeropol quiso escribirle también la música. Las personas que primero escucharon la canción fueron amigos del matrimonio, ya que la mujer de Abel la cantaba regularmente en todo tipo de fiestas o acontecimientos sociales que realizaban los miembros del sindicato de profesores.

Robert Gordon fue un productor de espectáculos que en muchos casos los utilizaba para recaudar fondos para diversas causas. Se tiene constancia de que un cuarteto de vocalistas negras interpretó “Strange Fruit” en un show montado para recabar dinero para los norteamericanos que luchaban en la Guerra Civil Española a favor de la República. Y la cantante Laura Duncan la interpretó en el Madison Square Garden por motivos similares.
Robert Gordon fue además el director de espectáculos del Café Society. Él se convirtió en el vínculo que primeramente unió a Billie Holiday con el club de jazz y seguidamente con la canción “Strange Fruit”. (Sobre el Café Society podéis leer mi artículo: «Café Society: Algo Más Que Un Club De Jazz»)

Gordon le habló a Barney Josephson – dueño del Café Society – de la canción “Strange Fruit” y le comentó el plan que tenía en mente. Se trataba de convencer a Abel Meeropol para que le diera el  permiso a Billie Holiday para que pudiera interpretar su composición. Y a ella para que accediese a ello. El Café Society se convertiría en el club donde por primera vez se escuchase a Billie cantando “Strange Fruit”.
Barney estuvo de acuerdo y prepararon una cita en el club con Meeropol y Billie. Esta escuchó la canción interpretada por Abel y en un principio no entendió muy bien de qué iba, además no se sentía cómoda con ella ya que se apartaba bastante de los temas que estaba acostumbrada a cantar. El repertorio de Billie lo componían grandes canciones escritas por los grandes del Tin Pan Alley y, para ser justos, Meeropol era mejor poeta que músico. La cantante le preguntó el significado de algunas palabras de la letra y al final entendió todo el dramatismo que esta encerraba. Ante la insistencia de Barney y de Gordon les dijo que trataría de cantarla.
A los pocos días, Meeropol se pasó por el club ya que le habían llamado para una audición de  “Strange Fruit” interpretada por Billie. Estas solían ser las palabras que utilizaba Meeropol cuando le preguntaban qué sintió al escuchar por primera vez a Billie cantar su canción:
“Billie hizo un interpretación asombrosa, dramática y emocionante de la canción, tan extraordinaria que habría conmovido al público de cualquier rincón del mundo. Eso era exactamente lo que esperaba de la canción y el motivo por el que la escribí. La manera de cantar de Billie Holiday daba cuenta de la amargura y del horror que había querido expresar con la canción”.

Meeropol citó uno de los puntos fuertes de Billie: su manera de frasear. Indiscutiblemente en su época no hubo nadie que logró conectar con el público y trasmitirle toda la sensualidad, tristeza, pasión, dolor, horror… de una canción como ella fue capaz de hacerlo.
El clarinetista Tony Scott dijo lo siguiente acerca de la esa capacidad de Billie Holiday para transmitir emociones: “Cuando una buena cantante como Ella Fitzgerald nos dice “mi hombre me ha dejado”, tú piensas que el tipo se ha ido a la calle a por un trozo de pan. Pero cuando Lady canta lo mismo, tío, lo que tú ves son las maletas ya hechas, que el tipo se ha ido a la calle y sabes que nunca más va a volver.”

 La propia Billie Holiday en su autobiografía “The Lady Sings the Blues” nos relata lo que sucedió en el Café Society la primera vez que interpretó “Strange Fruit”: “Tenía miedo de que la canción no gustara. La primera vez que la canté pensé que había cometido un error y que había acertado en mis temores. No hubo siquiera un amago de aplauso cuando terminé. Luego una persona comenzó a batir palmas, nerviosa. Y de pronto todos estallaron en una salva atronadora de aplausos.”

A partir de entonces “Strange Fruit” se convirtió en uno de los temas estrella del repertorio de Billie Holiday. Con él cerraba sus actuaciones en el Café Society. Cuando iba a comenzar a cantarla, todo el servicio se paraba. Camareros, cajeros, todos permanecían inmóviles. La sala permanecía totalmente a oscuras, salvo un spot de luz que iluminaba la cara de la vocalista.
“Strange Fruit” traspasó las paredes del club y fue objeto de varios artículos en periódicos y revistas que reseñaban que Billie Holiday había incluido una nueva canción en su repertorio que trataba sobre los linchamientos que sucedían en el Sur del país.
Organizaciones dedicadas a la lucha por la igualdad de los derechos civiles de todos los norteamericanos la hicieron suya convirtiéndola en un arma más para conseguir sus objetivos. Walter White líder de la poderosa National Association for the Advancement of Colored People (Asociación por la Promoción de la Gente de Color), NAACP, le escribió una carta personal a Billie felicitándola por cantar una de las canciones más crudas y conmovedoras que él había escuchado en toda su vida.

Por entonces la Billie tenía un contrato con el sello Columbia y cuando trató de grabar “Strange Fruit” se encontró con una negativa por parte de la discográfica, que adujo que sería impensable vender una canción así a sus clientes sudistas. Visto lo visto, la vocalista tuvo que convencer a Milt Gabler, dueño de una pequeña discográfica llamada Commodore Records, para que aceptara la responsabilidad de grabar un tema tan controvertido.
El 20 de abril de 1939 y en un estudio sito entre la Quinta Avenida y la Calle 55, Billie Holiday junto a los músicos, Sonny White, piano; John Williams, contrabajo; Eddie Dougherty, batería; Frank Newton, trompeta; Tab Smith, saxo alto; Kenneth Hollon, saxo tenor; Stanley Payne, saxo tenor; inmortalizaron la primera y más famosa versión de “Strange Fruit”.

Billie cantó durante el resto de su vida “Strange Fruit” tanto en EE.UU. como fuera del país. Llegó a incluir en los contratos una cláusula para poder interpretarla en el caso de que algún club únicamente le pidiese que cantara temas de amor y desamor. En otras palabras, Billie se convirtió en una activista en pro de los derechos civiles de su gente, con la única arma que poseía: su gran capacidad de trasmitir emociones a través de su voz desde un escenario,

Billie Holiday tuvo claro que interpretar la dura y antirracista canción en un país racista iba a tener sus consecuencias, como así sucedió.
Los drogadictos existen en este mundo; algunos son músicos; algunos de jazz; una se llama Billie Holiday. Las autoridades fueron con saña a por la cantante, como llevaban haciéndolo durante años. En una entrevista que Billie realizó para la revista DownBeat en 1947 dijo: “Me he ganado muchos enemigos y cantar aquel tema no me ha ayudado lo más mínimo. Lo canté en el Earle Theatre hasta que me obligaron (la policía) a parar”. No es casualidad que al día siguiente fuera detenida por la Oficina Federal de Estupefacientes y acusada de varios delitos que acabarían llevándole a la cárcel. Por cierto, el F.B.I. le estuvo atosigando a Abel Meeropol para que confesara que el Partido Comunista era el que le había pagado para que escribiera “Strange Fruit”.

En marzo de 2021 se ha estrenado en España la película titulada “Los Estados Unidos contra Billie Holiday” (The United States vs. Billie Holiday) protagonizada por Andra Day (canta sin ningún tipo de doblaje) en el papel de Billie. Está nominada a los Oscar del año que viene como mejor actriz.
No he visto la película. En Wikipedia leo: Sinopsis: En la década de 1940, Billie Holiday es el objetivo del gobierno en un esfuerzo por centrar en la raza negra la guerra contra las drogas, con el objetivo final de evitar que cante su controvertida canción «Strange Fruit«. Aquí está el tráiler oficial.

Billie Holiday dejó este mundo en el año 1959 y en esos veinte años que trascurrieron entre la grabación de “Strange fruit” y su muerte, ningún vocalista con la excepción de Josh White (cantante, guitarrista, compositor, actor y activista en pro de los derechos civiles) la grabó de nuevo (1944). “Strange fruit” se convirtió en una canción incómoda para los cantantes por su contenido políticamente incorrecto para aquellos años. Tenemos que esperar a los revolucionarios años sesenta para encontrarnos con nuevas grabaciones del tema: Carmen McRae (1961) y Nina Simone (1964). Es a partir de los años 80 del siglo pasado cuando comenzó un goteo de versiones de “Strange fruit”. Y hoy en día nadie se rasga las vestiduras por escucharla. Creo.

Cassandra Wilson le rindió tributo a Billie Holiday en el centenario de su nacimiento (2015) grabando un álbum con canciones del repertorio de la cantante excepto la titulada “Lost Song (For Lester)” dedicada al gran amigo de Billie, el saxofonista Lester Young. La compusieron: Cassandra Wilson, Jon Cowherd, Kevin Breit, Martyn Casey, Robby Marshall y Thomas Wydler. Uno de los cortes del álbum fue “Strange Fruit”.

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