Thomas «Fats» Waller: Un Tipo Irrepetible

Fats Waller
Connie’s Inn;
Nell Carter, Amelia McQuenn, Charleine Woodard
Andy Razaf
Fats Waller
Alberta Hunter
Fats Waller & His Rhythm; Slick Jones; Herman Autrey; Fats Waller; Cedric Wallace; Albert Casey; Eugene Ssedric; 1938
Fats Waller
Fats Waller
Fats Waller
Fats Waller
Joe Williams
Fats Waller
Fats Waller
Thomas «Fats» Waller: Un Tipo Irrepetible

El club de jazz “Connie’s Inn” en Harlem abrió sus puertas en junio de 1923. Sus propietarios fueron los hermanos Connie y George Immerman procedentes de Letonia. Ambos consiguieron su fortuna transportando alcohol de contrabando durante la Ley Seca.
El Connie’s Inn era el rival directo del Cotton Club en cuanto a que atraía a la misma elitista clientela y presentaba en sus escenarios, como su competidor, a las mejores bandas y artistas negros. La política de admisión al club era la misma que el Cotton Club: blanco en la sala y negro en el escenario.
Sin embargo, el Connie’s Inn cambió un apartado de su política racial a finales de los veinte. Barry Singer lo cuenta así en su libro “Black and Blue. The Life and Lyrics of Andy Razaf”:
El Connie’s Inn fue el primer club de élite de Nueva York que presentó sobre sus escenarios un trabajo realizado exclusivamente por gente de color. Los hermanos Immerman les habían dado una gran oportunidad, con una excelente visión, a los compositores y letristas negros para que demostraran que eran capaces de igualar y si es posible de mejorar el trabajo de sus competidores blancos”. (Este cambio no se produjo en el Cotton Club).

A raíz de este nuevo planteamiento el compositor Fats Waller y el letrista Andy Razaf presentaron en febrero de 1929 el musical titulado “Hot Feet” en el Connie’s Inn, que se representó durante tres meses.
El productor y director afroamericano Leonard Harper presentó la obra “Hot Feet” en Broadway con el título de “Hot Chocolates”. Se estrenó el 20 de junio de 1929 y consiguió mantenerse en cartel durante 219 representaciones.
Entre las canciones del musical figuran dos que forman parte de la historia de la música norteamericana: “Ain’t misbehavin’” y “Black and blue”. Exclusivamente por este par de temas, sus autores Fats Waller y Andy Razaf se merecen entrar en selecto club de los mejores músicos norteamericanos.

En el año 1943 se estrenó la película musical “Stormy Weather”. En ella, Fats Waller & His Rhythm interpretaron la canción “Aint misbehavin’”.

La letra que Andy Razaf escribió para “Ain’t misbehavin’” dice así:

No tengo a nadie con quien hablar / únicamente conmigo mismo / A nadie con quien caminar / pero estoy feliz en este impase / No me estoy portando mal / Guardo todo mi amor para ti / Sé con certeza / que tú eres a quien yo amo / Ya he dejado de coquetear / solo pienso en ti / No me estoy portando mal / Guardo todo mi amor para ti / Como Jack Horner / en la esquina / no voy a ninguna parte / ¿Si me importa? / por tus besos vale la pena esperar / Créeme / no me quedo hasta muy tarde / no me importa / Estoy en casa hacia las ocho / yo solo junto a mi radio / No me estoy portando mal / Guardo todo mi amor para ti.

El 9 de mayo de 1978, se estrenó en el Longacre Theatre de Broadway la obra titulada “Ain’t misbehavin’ – The New Fats Waller Musical Show”. Llegó a las 1.604 representaciones. Lo que nos muestra que las músicas de Waller seguían estando de actualidad. Una de las canciones que se interpretaron fue “Black and Blue”. La letra que escribió Andy Razaf fue un duro alegato en contra del racismo que campeaba a sus anchas por su país especialmente en el Sur. La letra dice así:

Cama fría y vacía, muelles duros como el plomo / Siento como si el demonio me quisiera muerto / ¿Qué hice yo para ser negro y estar tan triste? / Incluso los ratones se escapan de mi casa, se ríen de mí y me desprecian / ¿Qué hice yo para ser negro y estar tan triste? / Soy blanco por dentro, pero eso en mi caso no me ayuda / porque no puedo esconder lo que hay en mi cara / ¿Cómo terminará esto?  / Ni siquiera tengo un amigo, mi único pecado está en mi piel / ¿Qué hice yo para ser negro y estar tan triste?

 El sello RCA-Victor grabó un disco del musical “Ain’t misbehavin’ – The New Fats Waller Musical Show” de 1978. Uno de sus cortes fue “Black and Blue”.

Por lo que a mí concierne, Fats Waller nunca grabó su canción “Black and Blue”, ni siquiera de forma instrumental. Con la imagen de cantante gracioso que se había labrado no era la persona más indicada para interpretarla con la carga dramática que encerraba. El músico que la popularizó y la mantuvo en su repertorio a lo largo de su carrera fue Louis Armstrong. La grabó en Nueva York, el 22 de julio de 1929.

Andy Razaf fue el hijo del príncipe de Madagascar, Henri Razafinkareko y de Jennie Waller, hija del cónsul norteamericano en ese país. A raíz de la invasión francesa a la isla de 1894, Henri resultó muerto y Jennie, embarazada, pudo escapar a los EE.UU. Andy nació el 16 de diciembre de 1895 en Washington.
En 1917, comenzó a escribir poemas que fueron publicados en el periódico “New Negro Movement”. En muy poco tiempo, Andy se consagró como uno de los mejores escritores en esa faceta literaria, además de revindicar con su pluma la supresión de las fronteras raciales existentes en su país.
En 1929, Andy Razaf se mudó a Nueva York donde conoció a compositores afroamericanos como Eubie Blake, Fats Waller o Paul Denniker y comenzó su exitosa carrera como uno de los mejores letristas norteamericanos.

Thomas “Fats” Waller nació el 21 de mayo de 1904 en Nueva York. Su padre era predicador en la Iglesia Bautista Abisinia sita en Harlem y su madre era la organista. Thomas ya tocaba el armonio con 6 años y a los 15 se convirtió en el organista del Teatro Lincoln.
A los 16 años entró en contacto con el pianista de “stride”, James P. Johnson que inmediatamente se dio cuenta del talento del joven y lo tomó bajo su tutela. Fats se convirtió en la sombra de Johnson y en poco tiempo devino un digno rival de su maestro en las competiciones de los pianistas de “stride”.

En el año 1926, el sello Victor contrató a Fats Waller. Su primera grabación la realizó el 17 de noviembre interpretando con el órgano el tema de W. C. Handy “St. Louis Blues». Desde el año 1926 a 1934, Fats Waller grabó cientos de canciones como instrumentista bien al órgano o al piano. Dejando aparte esta faceta, en el año 1927, Fats acompañó a la vocalista Alberta Hunter con el órgano. En 1929 lideró un grupo denominado “Fats Waller’s Buddies & The Four Wanderers” del que formaron parte músicos como el baterista Gene Krupa, el trombonista Jack Teagarden, el banjoísta Eddie Condon o el saxofonista Otto Hardwick. Ese mismo año formó parte del grupo “McKinney’s Cotton Pickers” como pianista. Entre sus filas se encontraban músicos de la talla de los saxofonistas Coleman Hawkins, Benny Carter o Don Redman.
En 1931 y 1932 realizó giras por Gran Bretaña y Francia. Una vez que regresó a su país organizó una banda con los siguientes músicos: Billy Taylor, contrabajo; Harry Dial, batería; Al Casey, guitarra; Herman Autrey, trompeta; Ben Whitted, clarinete. Fats Waller se ocupó del piano y por primera vez en su carrera artística asumió el papel de vocalista.  

A principios del año de 1934, el compositor George Gershwin dio una fiesta y contrató a “Fats Waller and His Rhythm”. El destino quiso que Fats se encontrara en el sitio preciso en el momento adecuado. ya que uno de los invitados al festejo era un alto directivo de la discográfica RCA Victor que le entusiasmó la música que allí escuchó. (RCA había comprado el sello Victor en 1929 y se había convertido en RCA Victor). Al cabo de unos días “Fats Waller and His Rhythm” fueron contratados por el importante sello.
Fats Waller hasta el momento en que empezó a grabar discos para la RCA Victor, su nombre no era conocido por el gran público. Había escrito grandes canciones que se habían convertido en grandes éxitos interpretadas por una variedad de músicos, pero son pocos los aficionados que conocen los nombres de los compositores.
“Fats Waller and His Rhythm” realizaron su primera grabación para su flamante sello el 16 de mayo de 1934. El tema fue una composición del pianista James P. Johnson con letra de Andy Razaf titulado “A porter’s love song to a chambermaid”.
Del 1934 a 1942, Fats dejó más de 300 canciones grabadas que le convirtieron en uno de los artistas más populares de su país a la altura del mismísimo Louis Armstrong. La comicidad que exhibía en sus actuaciones en directo hacía las delicias del público presente.

La mayoría de los biógrafos de Fats Waller están de acuerdo en que la discográfica RCA-Victor forzó al músico en bastantes ocasiones a que grabara canciones populares del momento que no eran de su agrado generalmente a causa de su escasa calidad musical. Si bien esto es cierto, algunos de ellos van más lejos y opinan que sus humoradas vocales y gestuales de sus actuaciones en directo fueron actos de protesta contra esa presión a la que fue sometido por parte del sello discográfico. Así mismo, si hubiese gozado de una mayor libertad, sus grabaciones hubiesen alcanzado un nivel superior, el material elegido hubiese sido de mejor calidad y una mayor seriedad hubiera presidido las sesiones en los estudios.

Por el contrario, otros estudiosos señalan que Fats fue una persona eufórica, incontrolable e irreflexivo, que vivía únicamente el momento, nunca hacía planes de cara al futuro, le gustaba conducirse como un niño grande y necesitaba que todo el mundo que estuviera a su alrededor se lo pasara maravillosamente. Estas señas de identidad de su carácter estaban presentes en sus actuaciones cara al público y en los estudios de grabación. Él se comportaba de una manera jovial interpretando una composición suya, un standard inmortal o una “basura” de canción.

El músico e historiador Tex Wyndham opina al respecto: “Si a Fats le hubiesen dejado campar a sus anchas probablemente nos hubiésemos perdido cientos de grabaciones y el legado musical que nos habría dejado estaría compuesto por una veintena de canciones con las que se encontraba feliz. Les hubiera dado vueltas y vueltas cambiando ligeramente los “solos” y también en estos temas hubiese sacado toda su artillería histriónica. Está claro que yo prefiero la rica y variada discografía que nos ha dejado”.

Haciendo un repaso a los cientos de canciones que grabó con “His Rhythm” nos encontramos con algunas que no son totalmente desconocidas y que quizás en su momento fueron flor de un día. Pero también Fats grabó buenos standards y con alguno de ellos su versión es la que prevalece o iguala a la de sus compañeros. Como muestra dos botones:

El 31 de diciembre de 1923 se estrenó el musical “Kid Boots” en el Earl Carroll Theatre de Broadway y llegó a la bonita cifra de 489 representaciones. Las canciones fueron compuestas por Harry Tierney con letra de Joseph McCarty. El productor Florenz Ziegfield decidió a última hora incluir en la obra el tema “Dinah” con música de Harry Akst y letra de Sam M. Lewis y Joseph Young. Como suele suceder en estos casos esta canción fue la que se llevó el mayor favor del público.
“Dinah” la popularizó Ethel Waters en los años veinte y “Fats Waller and His Rhythm” la grabaron el 11 de marzo de 1935 y llegó ese año al puesto siete de las canciones más vendidas. Esta versión es la más conocida y estará para siempre unida al nombre de Fats Waller.

La canción titulada “Lulu’s back in town” fue compuesta por Harry Warren y la letra fue escrita por Al Dubin. Formó parte de la banda sonora de la película titulada “Broadway Gondelier” de 1935. De todos los temas que sonaron en la gran pantalla únicamente “Lulu’s back in town” se ha convertido en un standard.
“Fats Waller and His Rhythm” la grabaron el 8 de mayo de 1935 y como en el caso anterior, a partir de esta versión se convirtió en una canción “de” Fats.

Al comienzo de este artículo he nombrado a “Ain’t misbehavin’” y “Black and blue” como dos de las mejores composiciones de Fats. Me falta una para que esté formado el podio de honor de su música.

El tema titulado “Honeysuckle Rose” lo escribió Fats para el musical del año 1929 titulado “Load of Coal”. Se estrenó en el club “Connie’s Inn” como un número de baile y al cabo de unos meses Andy Razaf le añadió una letra. En el año 1940, la canción fue incluida en la película titulada “Tin Pan Alley” y su director, Walter Land, se sacó de la manga una escena en la que un estrafalario personaje blanco, que está preso en una cárcel, es el compositor de “Honeysuckle Rose” y la interpreta con la harmónica. Esta escena enfureció a Andy Razaf y le conminó a Walter para que tomara las medidas necesarias. Este le contestó: “Toda publicidad es buena publicidad”, con su habitual pachorra. En la película “Thousands Cheer” de 1943 la canción de Walter y Razaf fue incluida en su banda sonora y esta vez sí fue tratada como se merecía por Lena Horne junto a la orquesta de Benny Carter.

“Honeysuckle Rose” será uno de los temas más versionado por los músicos de jazz de todas las épocas y tendencias tanto vocalistas como instrumentistas.
Yo os propongo la versión que realizaron en directo en 1995, en la ciudad alemana de Colonia, el vocalista Joe Williams junto a la alemana “WDR Big Band” reforzada con el pianista Cedar Walton, el contrabajista John Clayton y el baterista Jeff Hamilton.

Fats Waller comentaba a sus amigos que él desayunaba todos los días “huevos con beicon en estado líquido” que era un eufemismo para describir los cuatro dedos de whisky que llenaba en un vaso y que se metía entre pecho y espalda nada más levantarse. A menudo organizaba competiciones de comida con el tuba, Charlie “Fat Man” Turner y el saxo tenor, Gene “Honey Bear” Sedric.

El 14 de diciembre de 1943, Fats se subía a un tren en Los Ángeles con su equipaje en el que reposaban un par de botellas de whisky. El día 15, a las 7:35 el tren entraba en la estación de Kansas City. El revisor fue avisando a los viajeros que ya habían llegado a su destino. Cuando abrió el compartimento de Fats lo encontró medio tirado junto a dos botellas de whisky vacías. Quiso despertarlo, pero se dio cuenta de que algo malo ocurría. Llegó el médico y certificó que la muerte de Fats era debida a una neumonía. Contaba con 39 años de edad. Nadie habló de una avería en el sistema de calefacción del compartimento.

El bajista de jazz Bill Crow comentó:
Fats Waller nunca estuvo dispuesto a reprimir su sentido de humor alegre solo porque fuera casualmente uno de los mejores pianistas y vocalistas de la zona de Nueva York”.

 Thomas “Fats” Waller: Un tipo irrepetible.

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