Mezz Mezzrow: El Músico Blanco Que Quiso Ser Negro

Reformatorio de Pontiac
Mezz Mezzrow
Dave Tough
Hugues Panassié
Rosetta Howard
Mezz Mezzrow
Mezz Mezzrow
Mezz Mezzrow: El Músico Blanco Que Quiso Ser Negro

Milton Mesirow nació el año 1899 en Chicago en el seno de una respetable familia de emigrantes judíos procedentes de Rusia. Durante su adolescencia estuvo mucho más tiempo recorriendo las calles buscando camorra junto a su cuadrilla que asistiendo a clase. Con diecisiete años, la policía le pilló con un coche robado y el juez le envió a un reformatorio para jóvenes ubicado en la ciudad de Pontiac, Illinois.

«A Pontiac lo llamaban “La Escuela” porque estaba lleno de chavales. He estado en una pila de escuelas como ésa, escuelas que no encontraréis en ninguna lista aprobada por asociaciones de padres y maestros. Calculo que allí aprendí más trucos que los que hace un mono araña en un trapecio. Mi formación básica la adquirí en tres cárceles y varios salones de billar, hice el bachillerato en una serie de fumaderos de marihuana, me gradué en filosofía en más tugurios y tabernas clandestinas y salas de baile que los jueces creen que existen. Pontiac fue apenas el parvulario”.

 Milton aprendió, durante su estancia en Pontiac, a tocar el saxofón y el clarinete. También se cambió el nombre por el de Mezz Mezzrow porque sonaba más “hípster” y tuvo meritadamente claro que se iba a dedicar de por vida a tocar la música de Nueva Orleans, de los negros de Nueva Orleans. Además, decidió adoptar la cultura afroamericana como la suya propia.

Durante los años veinte, Mezz consiguió trabajo en varios clubs de jazz repartidos por la ciudad de Chicago y sus alrededores. También tuvo la oportunidad de ver y escuchar a los mejores músicos de Nueva Orleans ya que la mayoría de ellos se había trasladado a Chicago. En clubs como el “Sunset Café”, el “Café de Paris” o el “Plantation Club”, Mezz tuvo la oportunidad de aprender de sus ídolos: King Oliver, Louis Armstrong, Jimmy Noone, Freddie Keppard, Sidney Bechet…

A comienzos de 1928, Mezz formaba parte de una banda que fue contratada para actuar en una preciosa hostería de estilo español de nombre “Purple Grackle” situada a unas treinta millas de Chicago. Durante los meses que permaneció en este club se fijó en ella personal del sello Brunswick y le propuso grabar cuatro temas. Este hecho fue importante para Mezz ya que por primera vez iba a entrar en un estudio de grabación. Los músicos de la banda, a la que pusieron el nombre de “Chicago Rhythm Kings” fueron los siguientes: Joe Sulivan, piano; Jim Lannigan, contrabajo, Gene Krupa, batería; Eddie Condón, banjo; Muggsy Spanier, corneta; Frank Teschmachmer, clarinete; Mezz Mezzrow, saxo tenor. Uno de los temas que grabaron fue “I’ve found a new baby” compuesta por Spencer Williams y Jack Palmer, música y letra en 1926.

El 23 de enero de 1929, Mezz Mezzrow recibió un telegrama de su amigo el baterista Dave Tough donde le pedía que se reuniera con él en Paris y que trajera muchos discos. Mezz se embarcó en el “Ile de France” y después de seis días de viaje con un mar embravecido llegó al puerto francés de Le Havre. Una vez en París se enteró de que Dave Tough había partido a los EE.UU. Tuvo la suerte de contactar con su pianista, Jack O’Brian que automáticamente le dio un puesto en su banda que estaba actuando en “Le Grand Hermitage Muscovite” parisino:

«No veáis la plantilla que tenía el “Hermitage”: como “chef d’orchestre” oficiaba Misha Levendov, hijo de un general melómano; el “maître” había sido almirante de la armada del zar, los camareros y bármanes eran todos condes o duques. Hasta las asistentes del lavabo parecían lo bastante amuermadas como para llevar sangre azul en las venas: entregaban las toallas con tal cortesía que uno se veía obligado a hacer tres reverencias. El “Hermitage” se llenaba de gigolós engominados que bailaban el tango o el charleston con viudas americanas y pasaban la cuenta después de cada pieza. En una noche corriente de ese bebedero de vodka uno veía aristócratas franceses codeándose con rusos que exhibían lustrosas condecoraciones del zar, hindúes, chinos, swahilis, envarados ingleses con monóculo, ganaderos argentinos, toreros madrileños y una variedad de pájaros vulgares a quienes la nacionalidad se les había borrado y solo eran ciudadanos del mundo o del submundo”.

Un día apareció por el “Hermitage” un señor que le comentó a Mezz que estaba muy interesado en el jazz y que quería conocer más. Se llamaba Hugues Panassié y vivía en un gran caserón donde tenía un estudio lleno de discos. Mezz le llevó los suyos y tuvieron una larga sesión sonora y hablada. A partir de este primer encuentro, Mezz y Hugues cultivaron una gran amistad que sobrepasó a lo puramente musical y que terminó con el fallecimiento del clarinetista en 1972. El crítico y productor le sobrevivió durante dos años.
Con la perspectiva que nos da el tiempo sabemos que Panassié escribió el libro “Le Jazz Hot” en 1934, el primer tratado importante sobre el jazz. Editó la revista del mismo nombre. Impulsó la creación de los “Hot Clubs de France”. Y supervisó grabaciones tanto en Francia como en EE.UU. Su amor por el jazz clásico fue igual que su odio por el jazz moderno.

Mezz regresó a su país a mediados de 1929. Nada más llegar a su casa en Chicago le regaló a su esposa Johnnie Mae, que era afroamericana y miembro de la Iglesia Baptista, un frasco de Chanel nº5 que lo había comprado en París y le comunicó que se marchaban a vivir a Nueva York, a Harlem.
Mezz, una vez en el barrio, se percató de que para conseguir integrarse como un negro más dentro de la comunidad debía de aprender su “idioma”, esa jerga a la que llamaban “jive”. (Podéis ver mi artículo “Slang, Jive, y Slim Gaillard”). Al cabo de unos meses, Mezz consiguió entender y hacerse entender por los habitantes de Harlem.

Pudiera ser alrededor de 1932 cuando unos traficantes de marihuana mexicanos le propusieron distribuir su droga “entre sus amigos”. Mezz, que en esos momentos no tenía trabajo, aceptó el trato y comenzó a vender los porros mexicanos a todas las personas que conocía y que estuvieran interesadas en el producto, que eran muchas. Se dio la circunstancia de que la “maría” que distribuía fue la mejor que había circulado por el barrio de Harlem. Mezz se convirtió en unas semanas en la persona más popular del barrio. Entre los diversos apodos por los que se le conocía estaban: el rey del porro, el puente entre razas, el filósofo, papá Mezz, el alcalde blanco de Harlem, el que colocó al mundo y varios más. Al canuto que vendía todo el mundo le llamaba: “un mezz”.

El compositor y violinista, Stuff Smith escribió una canción a la que tituló “If you’re a viper” (Si tú fueses un porrero) en 1936. Al año siguiente la grabó la cantante de blues Rosetta Howard. El primer verso lo dejó así:

“Soñé con un porro de dos metros de largo / con un inmenso “mezz” / pero no muy fuerte / volarás alto, pero no por mucho tiempo / si eres un porrero”.

Así mismo, Cab Calloway en su “Hipster’s Dictionary” a la entrada “mezz” la definió como: “algo supremo, genuino”.

Como no podía ser de otra manera, a Mezz Mezzrow después de estar vendiendo marihuana durante más de diez años en Harlem la policía le detuvo. En el subsiguiente juicio fue condenado a dos años de prisión en la penitenciaría de Rikers Island.
Cuando llegó al penal y mientras le estaban tomando las fotos de rigor apareció el alcaide, Mr. Slattery y Mezz logró decirle a toda velocidad:

“Sr. Slattery, puede que no lo parezca, pero yo soy negro y creo que en el bloque de los blancos no me llevaré bien con nadie. Además, tengo unos amigos en el bloque 6. Seguro que si voy allí me evitaré problemas”.

El alcaide debió de quedarse en un principio completamente atónito y después de estudiar al personaje le comentó:

“Creo que podremos arreglarlo. O sea que tú eres Mezzrow. Te conozco por los periódicos y me he estado preguntado cuándo llegarías. Es que necesitamos un buen director de banda y me figuro que tú debes ser el hombre indicado”.

El Sr. Slattery le entregó una tarjeta con un sello que ponía “Bloque 6”. Una vez allí, un tipo negro llamado Harrison le retuvo y le dijo:

“Oye, Mezzrow, Me han hablado mucho de ti. Pareces un tipo espabilado, creo que te las apañarás bien aquí. Solo hay una cosa que quiero insistir y es la limpieza. Nos enorgullece ser el bloque más limpio del penal. Que vengamos de Harlem no significa que seamos unos cerdos. En cuanto se desocupe una celda te pondré en la misma galería que los músicos. Espero que consigas mejorar un poco la banda, ya que hasta el momento es bastante deplorable”.

Durante los más de diez años en los que Mezz ejerció de camello en Harlem, la música no la tuvo olvidada y lo más importante que podemos reseñar en ese período son las dos bandas que formó: “Mezz Mezzrow and His Orchestra” – que fue la primera bajo su nombre – y grabó dieciséis canciones. La primera sesión se realizó el 6 de noviembre de 1933 y los músicos fueron: Max Kaminsky, Freddy Goodman, Ben Gusick, trompetas; Floyd O’Brien, trombón; Mezz Mezzrow, clarinete, saxo alto; Benny Carter, trompeta, saxo alto, voz; Johnny Russell, saxo tenor; Teddy Wilson, piano; Clayton «Sunshine» Duerr, guitarra; Pops Foster, contrabajo; Jack Maisel, batería. Grabaron cuatro canciones entre las que se encontraba la titulada “Love you’re not the one for me”, composición de Benny Carter y Mezzz Mezzrow,
La segunda banda de Mezz Mezzrow se llamó “Mezz Mezzrow and His Swing Band”. Lo único que sabemos de esta formación es que grabó seis temas el 12 de marzo de 1936 y sus componentes fueron: Willie “The Lion” Smith, piano; Wellman Braud, contrabajo; George Stafford, batería; Albert Casey, guitarra; Frank Newton, trompeta; Bud Freeman, saxo tenor; Mezz Mezzrow, clarinete; Lucille Stewart, voz. Una de las canciones fue “A Melody from the sky” escrita por Sidney D. Mitchell y Louis Alter.

Una vez que Mezz Mezzrow salió de prisión encontró trabajo en los clubs de la Calle 52 neoyorquina. Uno de los primeros que le contrató fue Jimmy Ryan que regentaba su propio club. Una noche apareció un joven que se presentó ante Mezz y le dijo que se llamaba John van Beuren y que su profesión era la de ingeniero electrónico. Mas adelante le relató que le encantaba el jazz y que quería crear un sello discográfico junto a su socio Harry Houck y le faltaba la persona que se ocupara de todos los aspectos relacionados con la música. Mezz Meezrow se apuntó al proyecto. Y así nació el sello King Jazz, Inc. con Mezz Mezzrow de presidente. Habló con su amigo y maestro Sidney Bechet y le propuso que ambos formaran quintetos o septetos con diferentes músicos en la órbita de la música de Nueva Orleans para grabar discos que formaran el catálogo del nuevo sello. Bechet aceptó.
Desde marzo de 1945 hasta diciembre de 1947 el sello “King Jazz” registró 117 canciones. Las formaciones que las grabaron fueron quintetos o septetos teniendo en todos los casos a Sidney Bechet y Mezz Mezzrow como cabezas de cártel.
Esas músicas que dejó Mezz Mezzrow para la posteridad en su sello discográfico fueron donde dio lo mejor de sí mismo como clarinetista. Él lo contó así:

“Para mí fue demasiado. Me había pasado la vida buscando esas raíces. Podía ser que finalmente las había encontrado, aunque no sabía cómo llamarlas. Tal vez fuera un músico de verdad. Hay veces, ahora, cuando escucho esos discos con los ojos cerrados, dejando que los lamentos me atraviesen, que se me saltan las lágrimas de los ojos y me digo: Mezz, a lo mejor lo hiciste, no es broma, a lo mejor llegaste a hacerlo”.

Una de las canciones que grabaron fue “The Sheik of Araby” de 1921 compuesta por Ted Snyder con letra de Harry B. Smith y Francis Wheeler. La sesión fue el 30 de julio de 1945 en Nueva York. Los músicos fueron: Sammy Price, piano; Pops Foster, contrabajo; Sid Catlett, batería; Danny Barker, guitarra; Hot Lips Page, trompeta; Sidney Bechet, soprano saxofón; Mezz Mezzrow, clarinete.

En el año 1951, Mezzrow viajó a Francia para visitar a su amigo Hugues Panassié. Al cabo de unas semanas decidió fijar su residencia en Paris junto a su mujer Johnnie Mae y en ella permaneció los veinte años que le restaban de vida. En ese largo período de tiempo actuó junto a la orquesta del clarinetista francés Claude Luter y organizó varias giras con músicos norteamericanos. Poco a poco fue dejando la escena musical para aparecer en contadas ocasiones como artista invitado.
Mezz Mezzrow dejó este mundo el 5 de agosto de 1972 y sus restos reposan en el cementerio Père Lachaise de París.

“Cuando esté muerto meted mi cadáver en un horno, coged las cenizas, mezcladlas con laca y prensad con la pasta un disco. Escribir solo “Aquí yace eternamente Mezz, el presi”. Grabad por un lado “Gone away blues” y por el otro “Out of the Gallion”. Llevadlo a Harlem y regalárselo a cualquier chico harapiento. Que el chaval haga sonar el disco hasta que cruja y se agote, o hasta que se canse. Haced esto y podéis estar seguros de que descansaré feliz”.

 A tenor de los estudiosos, Mezz Mezzrow fue un clarinetista muy irregular, tan capaz de mostrase conmovedor como de revelar grandes lagunas técnicas y una inspiración particularmente limitada. Su amigo Hugues Panassié fue el único que siempre apostó por él.
En lo que sí están de acuerdo todos los estudiosos es que la mayor aportación de Mezz al jazz fue escribir su autobiografía junto al escritor Bernard Wolfe. El libro se tituló “Really the Blues” y se editó en 1946. La obra es una crónica exhaustiva de los músicos y de la música de jazz de los años 20 y 30 y de todo lo que les rodeó: la ley seca, el sórdido ambiente de los bajos fondos, el comienzo del consumo de drogas, la prostitución…  Una nítida radiografía de lo que supuso Harlem en aquellos años, aunque existan algunas anécdotas difíciles de corroborar.
El libro ha vuelto a editarse en España (Acuarela Libros) con su título original en inglés, pero traducido al español.

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