Ella Fitzgerald: La Gran Dama Entre Las Damas De Jazz

Ella Fitzgerald
Ella Fitzgerald
Connee Boswell
Chick Webb
Van Alexander
Chick Webb
Delta Rhythm Boys
Kenny Haggod & Dizzy Gillespie
Ella Fitzgerald
Norman Granz
Ella Fitzgerald
Ella Fitzgerald & Duke Ellington
Billy Strayhorn
Ella Fitzgerald and Duke Ellington
Joe Pass
Ella Fitzgerald: La Gran Dama Entre Las Damas del Jazz

El libro titulado “Verve. The Sound of America” (2013) en el apartado que dedica a ELLA Fitzgerald comienza de esta manera: “Si ELLA Fitzgerald hubiese poseído un “look” más agraciado que hubiese acompañado a su sublime voz entonces ella se habría convertido incuestionablemente en la más conocida, reverenciada y querida cantante del siglo XX. No solamente en la mejor cantante de jazz o de otra clase de música… y una de las más querida por sus fans de todos los puntos del planeta”. 

ELLA nació en Newport Mews, Virginia, el 25 de abril de 1917. Sus padres no estaban casados y se separaron al poco tiempo de su nacimiento. Madre e hija se desplazaron entonces al norte de la ciudad de Nueva York donde su progenitora encontró un nuevo compañero. En el año 1932 dejó este mundo y ELLA se fue a vivir a casa de su padre. A raíz del mal trato que este le dispensó no le quedó otra opción que volver a Nueva York a vivir con su abuela que la recibió de buen grado.  
Con quince años de edad, ELLA comenzó sus estudios en la escuela del barrio, pero esa actividad no iba en absoluto con su carácter y pronto dejó de acudir a clase para unirse a otros jóvenes que se dedicaban a vender lotería ilegal de la mafia. La policía la detuvo y las autoridades la enviaron a una escuela católica, pero esa especie de internamiento no sirvió de nada, ya que al cabo de unas semanas estaba ganándose la vida nuevamente por las calles de Harlem. 

En noviembre de 1934, el Apollo Theater de Harlem institucionalizó “The Amateur Night” un apartado dentro de la programación de los miércoles donde cualquier artista podía demostrar toda su valía. Luego el público presente dictaría sentencia. 

Los compañeros de ELLA la alentaron para que se presentara a ese nuevo evento que acababa de anunciar el Apollo. El teatro tenía previsto comenzar con la “Amateur Night”, el 12 de noviembre, y ELLA decidió presentarse como bailarina. Llegó la ansiada noche y la joven se percató de que la actuación que le iba a preceder incluía bailarines profesionales y eso se convertía en todo un hándicap para ella. Cambió en el último momento el baile por el canto y le pidió a la orquesta de Benny Carter – que era la invitada de esa noche – que le acompañara en la canción “Judy”, compuesta por Hoagy Carmichael, y que ella interpretó al estilo de Connee Boswell, una cantante a quien admiraba y que perteneciente al trío “The Boswell Sisters”. Al público presente le gustó la actuación y le pidió un bis. ELLA eligió entonces el tema “The Object of my Affections” compuesto por el cantante Pinky Tomlin y que en esos momentos era muy popular precisamente en las voces de The Boswell Sisters. ELLA Fitzgerald ganó el primer concurso del Apollo, además de 25$ y un contrato por una semana en el teatro.  

Tres meses después, ELLA tuvo su primera actuación como profesional con la orquesta de Tiny Bradshaw en la Harlem Opera House. En ese local le vio actuar Chick Webb, baterista y director de la formación residente del Savoy Ballroom. Sin dudar ni un solo segundo, se acercó a la joven de diecisiete años y le preguntó si quería convertirse en la vocalista de su orquesta, a pesar de que su físico no le hacía justicia a su voz. 

El 8 de marzo de 1935, ELLA Fitzgerald tuvo su estreno con la banda de Webb y no fue precisamente en el Savoy, sino en la Yale University. Tres meses más tarde, la vocalista entraba por primera vez en un estudio y grabó dos temas con la orquesta. Uno de ellos fue “I’ll chase the blues away”. 

Debemos esperar tres años para que ELLA Fitzgerald, junto a Chick Webb, alcanzara un gran éxito a nivel nacional. A partir de esa fecha su nombre siempre permanecería en la mente de los aficionados al jazz hasta el término de su vida artística. 
Ese éxito fue totalmente atípico ya que lo consiguió con un tema para niños. “A-Tisket, A-Tasket» (sonidos onomatopéyicos) era el nombre de un juego infantil en el cual los niños cantaban una canción que comenzaba con esas dos palabras. El citado divertimento se practicaba en las guarderías y orfanatos ingleses del siglo XIX. Es lógico pensar que el juego y la canción atravesaran el Atlántico en manos de emigrantes ingleses aposentándose en el Nuevo Mundo. (En España debía de existir el mismo juego con el nombre de “Un jardín, un violín”). 

ELLA Fitzgerald nunca olvidó esa canción que cantaba junto a otros niños en una guardería de la ciudad de Yonkers, Nueva York, y que comenzaba con las palabras “A-Tisket, A-Tasket». De ella fue la idea de convertirla en un tema propio de los años 30. Se la mostró al compositor y arreglista, Van Alexander, para que la actualizase.  
El 2 de mayo de 1938, ELLA junto con la banda de Chick Webb grabó “A-Tisket, A-Tasket». El ingeniero de sonido del sello Decca, Bob Stephens, intentó por todos los medios que esa “cancioncilla de críos” no se publicara, pero los ejecutivos de la discográfica pensaron de forma diferente. 

El 18 de junio de 1938, “A-Tisket, A-Tasket» alcanzó el puesto diez en la lista de ventas y dos semanas más tarde llegó al nº1, logrando además permanecer durante 19 semanas en los puestos más altos de la tabla. Alrededor de 1950 llegó a la bonita cifra de un millón de copias vendidas. Hoy en día no es nada inhabitual que aparezca en discos de vocalistas del momento. 

Después de que Chick Webb permaneciera como director de la banda residente del Savoy Ballroom desde 1931 a 1938; después de que sus tambores y platillos abriesen, durante ese período de tiempo, las compuertas del swing logrando que los pies de los danzantes se volvieran totalmente felices; después de que perdiera muy pocos lances en las batallas entre bandas; después de conseguir convertir a ELLA Fitzgerald en una estrella, dejó este mundo a una edad de 34 años, que fue el tiempo que le permitió vivir la tuberculosis congénita de su columna vertebral. 

Los componentes de la banda se quedaron huérfanos y perdidos por la ausencia de su líder y le pidieron a ELLA que se convirtiera en su directora. Ella accedió y con el nombre de “ELLA Fitzgerald and her Famous Orchestra” la banda permaneció activa durante tres años, en los que grabó discos y realizó actuaciones en directo. De ese período rescato la canción “Taking a chance of love” compuesta por Vernon Duke con letra de Ted Fetter y John Latouche. La estrenó Ethel Waters en el musical “Cabin in the Sky” en 1940. 

ELLA Fitzgerald disolvió la antigua banda de Chick Webb, que ahora la dirigía, en 1942 ya que se vio incapaz de realizar los trabajos propios de un director además de actuar como la vocalista de la banda, sobre todo en giras en las que tenían actuaciones todos los días. Ese stress trajo consigo el comienzo de su carrera en solitario. 

El sello Decca, con el que ELLA llevaba grabando desde el año 1935, le comunicó que sus puertas continuaban abiertas en esa nueva etapa como profesional. Entre los años 1942 a 1946, ELLA realizó grabaciones como solista, a dúo con Louis Armstrong, junto a Louis Jordan and his Tympany Five y a los grupos vocales “The Ink Spots” y “Delta Rhythm Boys” que cosecharon éxitos discretos, si exceptuamos la canción “I love you for sentimental reasons” grabada el 29 de agosto de 1946 con el último grupo vocal y de la que se vendieron miles y miles de copias. 

Ese año de 1946 se va a convertir en vital para la formación de ELLA Fitzgerald como improvisadora ya que descubre el be bop y se queda prendada de la forma de armonizar e improvisar de sus músicos. 
El episodio fundamental se produce cuando participa a finales de 1946 en una gira junto a la orquesta de Dizzy Gillespie. Los tempos rápidos asociados con el be bop llevan consigo que las cortas palabras del scat se reduzcan todavía más y su sonoridad sea también diferente. El drástico cambio del scat de ELLA se produjo inspirándose en las articulaciones de Dizzy Gillespie tanto vocales como instrumentales. Durante la gira escuchó temas como “Oo-Pop-A-Da donde el scat de Dizzy y el del cantante Kenny Haggod se convirtieron en los más influyentes ejemplos de a dónde quería llegar ELLA en sus improvisaciones. 

Unos meses después de terminar la gira con Dizzy Gillespie, ELLA nos enseñó lo bien que se había aprendido las lecciones recibidas en el transcurso de la mencionada gira grabando, el 20 de diciembre de 1947, el tema compuesto por Morgan Lewis con letra de Nancy Hamilton para la revista musical “Two for the Show” (1940), titulado “How High the Moon”. Escuchar el scat que improvisa en los tres últimos coros (haciendo guiños a Charlie Parker y a Dizzy Gillespie) es impagable. 

Con la perspectiva que nos dan los años, ELLA Fitzgerald se convirtió a partir de 1947 en una improvisadora sorprendente, capaz de practicar el scat y de competir vocalmente con los mejores solistas del momento. Se necesitaría hilar muy fino para encontrar a una vocalista que le supere. 

El 2 de julio de 1944, Norman Granz organizó y presentó un concierto en Los Ángeles al que denominó “A Jazz Concert at the Philharmonic Auditorium, para quedarse finalmente con el nombre de “Jazz at the Philharmonic” o simplemente “JATP”. El método que utilizó para organizar este concierto fue el siguiente: Granz contrató a quince primeras figuras (interraciales) de jazz de diferentes estilos (entre vocalistas e instrumentistas) y el espectáculo que organizó en el escenario fue el mismo que se utilizaba en las “after hours” “jam sessions” de los clubs de jazz. El público (interracial) que asistió al evento se quedó encantando y Granz consiguió alcanzar el objetivo que estaba buscando. 

De 1945 a 1957, Norman Granz con su “Jazz at the Philharmonic” realizó un total 25 giras repartidas por EE.UU., Europa, Canadá, Australia y Japón. 

ELLA Fitzgerald participó en el año 1949 en una gira por los EE.UU. En 1953, el “JATP” la mantuvo ocupada todo el año viajando por Europa, por su país y por último por Japón. En 1954, volvió al Viejo Continente y acabó recorriendo los EE.UU. 
Norman Granz y ELLA Fitzgerald tuvieron, gracias a “Jazz at the Philharmonic”, tiempo más que de sobra para conocerse mutuamente tanto en el plano personal como en el profesional. Algo que iba a tener sus consecuencias. 
En 1956, Granz fundó el sello Verve y ese mismo año se puso en contacto con ELLA a la que le propuso convertirse en su manager además de pedirle que abandonara al sello Decca y pasase a engrosar la lista de artistas de su nueva discográfica. ELLA aceptó ambas propuestas. 
Ella lo recuerda así: “Yo entonces me di cuenta de que había más música aparte del bop. Norman pensaba que yo debería pensar en hacer otras cosas. Entonces produjo el disco “The Cole Porter Songbook” para mí. Eso significó un punto de inflexión en mi vida artística”. 

El objetivo que perseguía Granz con ELLA era que abriera el rango de su música a personas que no estuvieran especialmente vinculadas con el jazz. El método a seguir consistía en cantar temas standard norteamericanos, a la manera de lo que el sello Capitol había realizado con Nat King Cole, unos años atrás, convirtiéndole en una figura popular y exitosa en todo el país.  

De 1956 a 1969, ELLA grabó 34 álbumes para el sello Verve, consiguiendo cuatro premios Grammy. 
De todos ellos, los trabajos que están mejor considerados son los “songbooks” que grabó con las partituras de Cole Porter (1956), Richard Rodgers y Lorenz Hart (1956), Duke Ellington (1957), Irving Berlin (1958), George y Ira Gershwin (1959), Harold Arlen (1961), Jerome Kern (1963) y con las letras de Johnny Mercer (1964). 

Elegir una canción como representativa de todas las joyas que nos dejaron estos músicos es algo absurdo, pero me voy a decantar por el álbum que grabó dedicado a Duke Ellington (que consiguió uno de los premios Grammy). 
De los cortes que componen el disco titulado “ELLA Fitzgerald Sings the Duke Ellington Songbook” he elegido el titulado “Day Dream” composición de Billy Strayhorn con letra de John La Touche que se grabó en Nueva York el 24 de junio de 1957. La banda de Ellington estaba compuesta por los siguientes músicos: Cat Anderson, Willie Cook, Clark Terry, Ray Nance, trompetas; Quentin Jackson, Britt Woodman, John Sanders, trombones; Jimmy Hamilton, Russell Procope, Johnny Hodges, saxos altos; Paul Gonsalves, Frank Foster, saxos tenores; Harry Carney, saxo barítono; Billy Strayhorn, piano; Jimmy Woode, contrabajo; Sam Woodyard, batería. 

Norman Granz vendió el sello Verve a la MGM en el año 1960. Un hombre inquieto como él consiguió permanecer trece años sin embarcarse en una nueva aventura discográfica de manera que en 1973 fundó Pablo Records (en homenaje a su amigo Pablo Picasso). En un principio el sello iba a convertirse en la casa de sus amigos, de todos aquellos músicos con los que Norman había tenido un trato directo como manager y productor, pero la propia dinámica de la discográfica le llevó a contratar a figuras importantes de jazz del momento. 

ELLA Fitzgerald grabó 21 álbumes con Pablo Records siendo galardonada con seis premios Grammy. He elegido el segundo álbum que grabó con el guitarrista Joe Pass. La conversación que mantienen la voz con la guitarra alcanza cotas de excelencia. Además, nos demuestra que después de su paso por el sello Verve interpretando standards, alejándose por ello un poco del jazz, su nivel de improvisación, su scat, continuaba estando a la altura de sus mejores momentos. También, he optado por este disco ya que fue premiado con un Grammy (grabó cuatro álbumes con Joe Pass). 
El álbum titulado “Fitzgerald and Pass… Again” fue grabado el 29 y 30 de enero y el 8 de febrero de 1976. 
De los cortes del disco he escogido un standard, pero no norteamericano, sino brasileño. “One note samba” compuesto por Tom Jobim y Newton Mendonça en 1960. La letra en inglés la escribió Jon Hendricks. 

Voy a terminar estos apuntes que estoy escribiendo sobre ELLA Fitzgerald con un tema personal. En el X Festival de Jazz de San Sebastián celebrado entre los días 19 al 24 de junio de 1975, ELLA Fitzgerald dio un recital en el Velódromo de Anoeta junto al pianista Tommy Flanagan, el contrabajista Keter Betts y el baterista Bobby Durham. Yo estuve allí, viéndola, escuchándola y tomándole algunas fotos. En los momentos en que me acercaba al escenario estaba a tres metros de ella con su cara dentro del teleobjetivo de mi cámara. Era impresionante darte cuenta del absoluto dominio que poseía de la canción que nos estaba proponiendo. Su repertorio fue amplio: baladas, swing, be bop, bossanova y casi todas ellas bañadas con un precioso scat. Y en todos esos emocionantes momentos, las canciones que nos presentó no pertenecían a sus compositores y letristas, sino que ELLA las había hecho suyas y nos las trasmitía con ese único arte personal conseguido a través de muchos años, de muchos conciertos y que es del todo imposible definirlo con palabras 
Comparto con todos vosotros una de las fotos tomadas durante el concierto como un pequeñísimo homenaje a esa gran dama dentro de las damas de jazz que fue ELLA Fitzgerald. 

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