Robert Johnson: El Fantasma Del Blues

Willie Brown
Robert Johnson
Son House
Robert Johnson
Ike Zimmerman
H.C. Speir
Robert Johnson & Johnny Shines
Robert Johnson: El Fantasma Del Blues

El productor John Hammond se puso en contacto con el folclorista Alan Lomax para comentarle que había descubierto unos masters sin publicar del músico de blues Robert Johnson cuando trabajaba para Columbia Records. Al cabo de un tiempo, en una memorable tarde de 1939, Lomax estaba escuchando los discos del stock del apartado Race Records de la discográfica cuando encontró los masters que le había indicado el productor.
El 28 de noviembre de 1990, Columbia sacó al mercado un c.d. al que tituló Robert Johnson: The Complete Recordings. El disco es una compilación de las 41 canciones (con tomas alternativas) que Johnson había grabado durante el año 1936 y 1937. El álbum alcanzó el número 80 de los discos más vendidos según la revista Billboard llegando a la cifra de algo más de un millón de copias. También, ganó el Grammy al Mejor Álbum Histórico en el año 1991.

Cuando, en el año 1939, Lomax localizó el material de Johnson pocas eran las personas del entorno del blues que conocían al músico por lo que su hallazgo fue de lo más significativo.

Albert Hammond estaba preparando en 1938 el concierto al que llamaría From Spiritual to Swing y uno de los músicos que tenía en mente era Robert Johnson, pero el Sur de país se lo había tragado. El concierto tuvo lugar el 23 de diciembre de 1938.

Alan Lomax se propuso encontrar al músico de blues y se desplazó al Delta del Mississippi donde, en las primeras semanas, nadie le dio pista alguna para poder localizarlo. La fortuna le sonrió cuando se encontró al viejo músico de blues William Brown que le dijo: Vete a Tunica County. Su mamá vive allí, eso me parece…”.

Alan Lomax comenta lo siguiente en su libro The land where the blues began: “La vivienda de la señora Johnson era una casucha de madera que se bamboleaba sobre sus soportes de cedro. En el patio delantero había un mustio capullo de rosa que estaba agonizando entre las malas hierbas y un resbaladizo árbol del paraíso junto a un grupo de bayas que se pudrían al sol. Una pequeña y delgada mujer negra estaba sentada en la galería. Llevaba un vestido negro de algodón, muy gastado, sus pies estaban desnudos, su pelo lleno de pequeñas trenzas grises y su cara permanecía atenta. Ella no dijo nada cuando abrí la puerta, levantó su cabeza, me miró tímidamente y dijo: “Robert era mi pequeño. Pero Little Robert ha muerto. Estoy feliz de que alguien me pregunte sobre Little Robert. Él era un niño débil, pero luego pudo valerse por sí mismo, nadie tuvo el menor problema con él. Siempre estaba escuchando, escuchando al viento o el cloqueo de las gallinas en el corral o a mí, entonces empezaba a cantar alrededor de la casa. No importa cuando fue la última vez que le vi. Nunca tuve problemas con él. Luego se hizo lo suficientemente mayor para salir con muchachos mayores que él y abandonó la casa”.

Es muy posible que la única certeza que exista de la vida de un músico de nombre Robert Johnson es que vino y partió de este mundo.
Todos los “detectives” que estuvieron hurgando en su vida, tanto pública como privada, se percataron de que las leyendas y los mitos tejidos en torno a su persona lo habían convertido en un verdadero fantasma. Lo que era blanco se convertía de repente en negro y en el mejor de los casos en algo gris. Sin embargo, cuando esos sabuesos seguían una pista que los llevaba a pueblos perdidos del Delta del Mississippi y preguntaban a los lugareños si habían oído hablar del músico de blues, la única respuesta que, como un mantra, repetían, era: ¿Robert Johnson? ¿No es ése el tipo que hizo un pacto con el diablo?”.

Robert Johnson nació en Hazlehurst, Mississippi, alrededor del 8 de mayo de 1911. La ciudad contaba entonces con una población de unas 2.000 personas de las cuales el 75% eran afroamericanos que trabajaban en las plantaciones. El matrimonio formado por Charles y Julia Dodds tuvieron diez hijos, sin embargo, Robert nació de una relación que su madre mantuvo con un trabajador de la plantación llamado, Noah Johnson.

Parece que Robert pasó parte de su juventud en Robinsonville, Mississippi, junto a su madre y a su segundo esposo, Dusty Willis. En esa ciudad y en el colegio aprendió a tocar la armónica y el arpa de boca, aunque su instrumento preferido era la guitarra, que le estaba costando dominarla.
Los primeros pinitos que dio Robert como músico de blues fue en los juke joints, en las barrelhouses, en fiestas particulares y en las esquinas de las calles.

Una de las primeras referencias sobre Robert Johnson se la debemos al músico de blues Son House (1902 – 1998). Él vivía en una plantación cercana a la de Robert y su cometido era el de conductor de tractor. Y estas sus palabras sobre Robert:Little Robert aprendía muy rápido, más que ninguno que yo hubiese visto antes. Le solía gustar permanecer junto a nosotros en la barrellhouse mientras tocábamos para que la gente bailara. Cuando hacíamos un descaso él cogía uno de nuestros instrumentos y trataba de tocar. Nosotros nos reíamos y le animábamos. Él se levantaba y se marchaba enfadado. Era orgulloso como un pavo real y terriblemente nervioso. Un día se largó y cuando volvió lo hizo pavoneándose. La guitarra colgada alrededor de sus hombros y cuatro o cinco harmónicas sujetas en un cinturón grande y ancho alrededor de su cintura. Y tocó, ese muchacho tocó mejor el blues que cualquiera de nosotros. Los tíos decían que no podía ser. Pero nosotros, como músicos, sabíamos que era él. Muy poco sabía de quién le había enseñado, pero poseía su propio sonido y cantó con él, cantó toda la noche”.

Las palabras de Son House: “muy poco sabía de quién le había enseñado” u otras de parecido significado dieron lugar a que se creara la leyenda más famosa y fantasiosa de toda la historia del blues. ¿Quién le convirtió a Robert Johnson en el mejor guitarrista de blues?: El diablo.

No se sabe quién fue el autor o el guionista de esta leyenda. Si fue el propio Johnson u otra persona, pero se asentó en todos los rincones del Delta del Mississippi.
El reverendo LeDell Johnson (hermano del también cantante de blues, Tommy Johnson) reprodujo la historia que, según él, Robert Johnson le había contado sobre cómo se había convertido en todo un genio de la guitarra: “Si quieres aprender a tocar lo que sea y hacer tus propias canciones coge tu guitarra y vete a un cruce de carreteras. Ve ahí, e intenta estar un poco antes de las doce para asegurarte de no llegar tarde. Tienes que ir solo y sentarte ahí a tocar un tema. Entonces un gran hombre negro llegará caminando y te cogerá la guitarra y la afinará. Después tocará un tema y te la devolverá. Así es cómo yo aprendí a tocar lo que yo quería”.

Evidentemente, Robert Johnson, echó mucha leña al fuego para avivar ese pacto con el diablo, ya que compuso y grabó canciones con títulos como: Me and the Devil blues, Crossroad blues o Preachin’ blues (Up jumped the Devil), aunque en ninguna de sus letras aparezca explícitamente el citado pacto.

Recientes investigaciones nos indican que el músico de blues, Ike Zimmerman (1907 – 1967) nacido en la ciudad de Grady, Alabama, fue el benefactor que enseñó a Robert Johnson todos los secretos de la guitarra. Así lo atestigua una hija suya en una entrevista realizada por el músico y musicólogo, Bruce Conforth: “Robert era una buena persona y esa fue la razón de que mi padre lo acogiera bajo su tutela. Se convirtió en un miembro más de la familia y vivió en nuestra casa un largo período. Mi padre le enseñó a tocar la guitarra. Me acuerdo de cuando escuchaba aquella música, porque sonaba muy bonita… como si ellos estuvieran compitiendo y entonces mi padre le enseñaba”.

Alrededor de 1936, Johnson se personó en la tienda de discos que regentaba H.C. Speir, que además era un buscador de talentos, en la ciudad de Jackson, Mississippi. Como muchos de sus contemporáneos, Robert deseaba que su música estuviese recogida en discos. Speir conectó con el productor Don Law de ARC Records y este con el músico de blues.
El 23, 26, 27 de noviembre de 1936, Robert Johnson dejó grabadas 17 canciones. Las sesiones tuvieron lugar en la habitación 414 del Gunter Hotel en San Antonio, Texas.
El 19 y 20 de junio de 1937, Johnson grabó 12 temas. Las sesiones se ubicaron en el tercer piso del 508 de Park Avenue, Dallas. Texas. De los 29 temas, ARC Records realizó una selección de 24 que salieron en 12 singles entre 1937 y 1939 y bajo el sello Vocalion perteneciente a ARC. El primer single contenía las canciones Kind heartd woman blues y Terraplane blues y obtuvo un moderado éxito regional algo que no ocurrió con ninguno de los 11 restantes.

Nada más terminar esas grabaciones, Robert Johnson se juntó con el guitarrista y cantante de blues, Johnny Shines (1915 – 1992) nacido en Memphis y estuvieron recorriendo el estado de Texas. Volvieron al Delta del Mississippi y allí se les pierde la pista, aunque algunas fuentes señalan que pasaron un tiempo entre Memphis, Helena y Arkansas.

El 16 de agosto de 1938, Robert Johnson murió en un juke joint cercano a la ciudad de Greenwood, Mississippi. Este fallecimiento añadió más misterio a su ya misteriosa existencia. Contaba con 27 años.
Según los testimonios de los músicos de blues, David “Honeyboy” Edwards y Sonny Boy Williamson, Johnson pasó las últimas semanas de su vida tocando regularmente en el juke joint anexionado al The Three Forks Store. En una fiesta celebrada en el citado local el músico flirteó con una mujer (posiblemente la esposa del dueño del establecimiento) y el celoso marido le echó veneno en su bebida causándole la muerte.
En el año 1968, el periodista Gayle Dean Wardlow descubrió que Johnson había nacido con una sífilis congénita y esta le pudo producir un aneurisma que bien podría haber sido la causa de su fallecimiento. A falta de una autopsia formal todo son especulaciones.

El lugar donde reposan los restos mortales de Johnson también es objeto de controversia. Existe una lápida en el cementerio Payne Chapel cerca de la ciudad de Quito, otra en el cementerio de la Iglesia Little Zion, cerca de Greenwood y la tercera en el cementerio de la Iglesia Bautista Misionera Mount Zion, al lado de la misma ciudad. Las tres están ubicadas en el estado de Mississippi.

Han sido importantes músicos los que han rescatado las canciones de Robert Johnson de sus cenizas, convirtiéndolas en standards de blues y a su autor en un icono de ese estilo musical. Los 29 temas que compuso están ahí y todo el que quiera puede escucharlos, están ahí junto a su voz y su guitarra, sin trampa ni cartón, sin misterios ni leyendas. Como he comentado al principio de este artículo, en 1990 Columbia sacó al mercado un c.d. al que tituló Robert Johnson: The Complete Recordings. Ahí se encuentra la vida entera de un extraordinario músico: compositor, cantante y guitarrista.

Me voy a despedir de él rescatando algunas de sus canciones versionadas por músicos que se enamoraron de su música: Dust my broom, Elmore James (1951); Cross Road, Cream (1968); Sweet Home Chicago, Buddy Guy, Eric Clapton, Robert Cray; 32-20 Blues, Cassandra Wilson (1995); Love in vain, The Rolling Stones (1969).

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