Spotlights Sobre Broadway

Spotlights Sobre Broadway

En el año 1949, el “Actors’ Equity” – el sindicato formado por aquellos que trabajan en representaciones teatrales en vivo – definió los criterios que deberían de cumplir los teatros para que las obras representadas sobre sus escenarios obtuvieran el marchamo (la denominación de origen) de Broadway. Son los siguientes:

– Poseer un aforo al menos para 500 espectadores.
– Producir mayormente obras teatrales.
– Estar ubicados dentro del Manhattan’s Theater District.

Hoy en día, y con esas condiciones, están asentados 41 teatros que forman “The Broadway League”. Así mismo, el “Actors’ Equity” acuñó el término off-Broadway para todos los teatros neoyorquinos con un aforo entre 100 y 499. Y off-off-Broadway para aquellos que poseen menos de 100. Es habitual que una obra se represente primeramente en un teatro off-Broadway
para conocer la respuesta del público y si esta es positiva restrenarse en uno de Broadway.

 El “Theater District” está situado en de Midtown West de Manhattan y a la calle Broadway a su paso por el distrito se la denomina “The Great White Way”. (En la calle Broadway están ubicados tres de los 41 teatros).

Las fechas de construcción de los 41 teatros Broadway son las siguientes: entre 1900 – 1910 (5); 1911 – 1920 (11); 1921 – 1930 (19); 1961 – 1970 (1); 1971 – 1980 (3); 1981 – 1990 (1); 1991 – 2000 (1).

Una zona del futuro «Theater District» a principios del siglo XIX

A principios del siglo XIX, el área que hoy ocupa el “Theater District” era una zona medio salvaje donde un puñado de granjeros cultivaba algunos pedazos de tierra. En 1863, el alcalde Cornelius Van Wyck Lawrence construyó la 42nd Street llegando hasta esa zona prácticamente despoblada e invitó a los neoyorquinos a moverse del centro de la ciudad a esa nueva ubicación para poder disfrutar de un aire puro y limpio. Varias familias pudientes neoyorquinas hicieron caso de la sugerencia de su alcalde y comenzaron a construir segundas lujosas viviendas para pasar temporadas lejos del bullicio de la city. Pero Nueva York seguía creciendo y en unos cuantos años esa zona de aire puro fue absorbida por la metrópoli y se convirtió en parte de la misma.
Para el año 1868, la citada zona estaba conectada con el centro de Nueva York a través de una línea de tranvías tirados por seis caballos. Así mismo existía otra conexión por medio del Weehawken Ferry que tenía una de sus paradas en un muelle situado en la 42nd Street.

Victoria Theatre y Oscar Hammerstein I (foto)

El empresario, productor teatral y compositor Oscar Hammerstein I nació en la ciudad de Stettin, Prusia (hoy Szczecin, Polonia) el 8 de mayo de 1846 en el seno de una familia de origen judío. Aunque sus padres intentaron que se convirtiera en un matemático, Oscar tenía muy claro que la música era su vida. Estudió piano, flauta y violín. Con dieciocho años vendió su violín que le reportó el suficiente dinero para poder desplazarse a los EE.UU. En el año 1864 se estableció en Nueva York.

En 1899, Hammerstein I inauguró el “Victoria Theater” sito en la esquina noroeste de la 42nd Street y la Seventh Avenue (hoy en día forma parte de Times Square) con un aforo para 1000 espectadores. Así mismo, en el tejado del edificio construyó un mirador que denominó “Paradise Roof Garden” que fue visitado por multitud de neoyorquinos. Al día siguiente de la presentación un periodista del New York American escribió: “The Victoria”, a vista de pájaro, se parece a una titilante perla, toda ella blanca y dorada con los ópalos electrificados formando un copioso broche… Preciosas alfombras, espléndidas salas y todo ello con una ultra-elegancia que la metrópoli amaría que se viera por todas partes”.

El amor por la ópera, que presidía los sentimientos musicales de Hammerstein, fue su mayor acicate para erigir su teatro. En los próximos cuatro años estrenaría quince óperas cómicas. Sin embargo, ninguna de ellas cosechó el suficiente éxito como para consolidar una sólida reputación a un teatro de reciente creación. En 1904, Oscar Hammerstein I dejó el “Victoria Theater” en manos de su hijo Willie (para dedicarse a la gran ópera) que realizó un cambio drástico en cuanto a la producción del mismo. A partir de esa fecha, el vodevil se adueñó de sus escenarios estrenando shows originales que obtuvieron un extraordinario éxito.

En 1915, Hammerstein vendió el teatro al empresario Samuel Roxy Rothfel que lo convirtió en un lujoso cine donde se pudieron visionar las mejores películas mudas. En 1935, el “Victoria Theatre” se demolió y fue reemplazado por tiendas, oficinas y un pequeño teatro.

Oscar Hammerstein I está considerado como uno de los primeros empresarios teatrales de importancia que impulsó la creación del “Theater District” neoyorquino.

Estatua de George M. Cohan en Duffy Square y Cohan en su papel en el musical «The Merry Malones» de 1927 (foto)

George M. Cohan fue la primera super estrella que iluminó Broadway y bien podría decirse que consiguió convertirse en uno de los más grandes cantantes y bailarines de la historia americana. Sobradamente conocido como “el hombre que mandaba en el «Theatre District”, influyó grandemente en definir la naturaleza y el estilo de Broadway incorporando en ellos la música y las tradiciones literarias irlandesas adaptándolas al nuevo teatro americano.

George Michael Cohane nació el 3 de julio de 1878 en la ciudad de Providence, Rhode Island, en una zona conocida como Fox Hill-Corkie Hill que era donde se concentraba la colonia de origen irlandés. Jerry, el padre de George, trabajó en varios minstrel shows, con la cara pintada de negro y con el nombre artístico de “Jerry, the Gaelic Harper, Irish Filder and Sweet Singer”. Escribía sus propias canciones y se inventaba los pasos de baile. Jerry se casó con Helen en junio de 1874 y tuvieron dos hijos: Josephine (1875) y George (1878).
Cuando George contaba con una edad de ocho años, los cuatro miembros de la familia formaron un grupo llamado “The Four Cohans” con la finalidad de trabajar en el vodevil produciendo sus propios sketches. George solía presentarse de este modo a la audiencia: “Señoras y señores, voy a ofrecer ahora para su aprobación mi propio concepto del difícil arte del “tersicorean” conocido comúnmente como la rápida danza con zapatos de madera que combina el estilo irlandés de los zuecos con complejos ritmos africanos con pasos como el “shuffle” y el “slide”. Quiero llamar su atención del hecho de que los pasos son de mi propia invención y de que no existe bailarín vivo que pueda realizar con maestría el mismo número”.

 Durante cinco años “The Four Cohan” formaron parte de varias compañías de vodevil con las que participaron en giras recorriendo el país de punta a punta. En el año 1899, George se casó con la cantante cómica Ethel Levey que se unió al grupo. A finales de 1900 y estando actuando en Nueva York, el productor L.C. Behman contrató a los Cohan para que actuaran en el Savoy Theatre de Broadway. George se encargó de componer la música, escribir el libreto, las letras de las canciones y ser el protagonista de un musical que se tituló “The Governor’s son”. Se estrenó el 25 de febrero de 1901 y fue el comienzo de la larga y exitosa carrera de George en Broadway.

Al cabo de tres años, exactamente el 7 de noviembre de 1904, se estrenó el musical “Little Johnny Jones” en el Liberty Theatre. George se había ocupado de todos los aspectos del mismo, música, libreto y letras. Sobre sus escenarios sonaron por primera vez las canciones tituladas “Yankee Doodle Boy” y “Give me my regards to Broadway” que a la postre se convertirían en las de mayor éxito de George. (Las podéis escuchar en la recreación que realiza la The Paragon Ragtime Orchestra una banda actual especializada en versionar temas de finales del siglo XIX y principios del XX).

Desde 1904 a 1940, George Cohan actuó en cerca una treintena de musicales y su nombre aparece en más de un centenar de obras si contamos su faceta como productor, compositor o escritor.

La estatua de bronce que representa a George M. Cohan y que está situada en Duffy Square fue obra del escultor Georg John Lober y del arquitecto Otto Langman. La obra fue inaugurada el 11 de septiembre de 1959 y fue costeada por George M. Cohan Memorial Fund. En el pedestal de granito que la sostiene se puede leer en su parte sur: George M. Cohan – 1878-1942. Y en letras más pequeñas: “Give my regards to Broadway”. En el este “Forty-five minutes from Broadway”, “Yankee Doodle Boy”. En el norte: “You’re a grand old flag”, “Over there”. En el oeste: “Mary’s a grand old name”, “Harrigan”. Todas estas referencias son títulos de canciones escritas por Cohan.

La estatua de George es la única que se encuentra en “The Theare District y que está dedicada a un artista de Broadway.

Una parte del cartel del musical «Ziegfeld Follies of 1917» y Lorenz Ziegfeld rodeado de sus coristas (foto).

En el libro: «The Devil’s Playground: A Century of Pleasure and Profit in Times Square” de James Traub, podemos leer:

“De lo que Broadway carecía, en el cambio de siglo, era de una figura que pudiera fusionar la desenfadada sexualidad que se observaba en las calles, en los salones y en los shows de variedades con la apropiada elegancia social, alguien que pudiera tratar al sexo con encanto y con humor. De lo que carecían era de una persona como Florenz Ziegfeld”.  

 Florenz Ziegfeld, jr. nació en Chicago el 15 de marzo de 1867. Su padre era el director del College of Music de Chicago por lo que la familia gozó de un relativo confort. En el año 1893, su progenitor abrió un night club con el nombre de “El Trocadero” en el que ofrecía conciertos de música clásica mezclados con números de variedades. Esa inusual mezcla no funcionó y fue entonces cuando Florenz contrató a Eugene Sandow – al que podríamos considerar el primer culturista de la historia – y le preparó una performance en la que ejecutaba diferentes poses, así como demostraciones de fuerzas rompiendo cadenas que le rodeaban su cuerpo. Sandow se convirtió en pocas semanas en la principal atracción del club, lo que le salvó de declararse en bancarrota. Florenz y Eugene también realizaron giras por el país en el que el primero se ocupaba de la publicidad y el segundo era el artista. Esta asociación duró dos años, al cabo de los cuales Florenz se dirigió a Nueva York a probar suerte como productor en Broadway.

Florenz Ziegfeld realizó un viaje a París en 1906 – para entonces ya había producido una docena de musicales en Broadway – y fue un espectador de excepción, durante varios días, del espectáculo que ofrecía el cabaret “Folies Bergère”. Allí, se percató de que las que sostenían el show eran la “vedette” y el coro de bonitas chicas con piernas largas y no demasiado ropa. En un segundo plano estaban los cantantes (salvo que fuera un invitado famoso) y los sketches cómicos.
Ziegfeld volvió a Nueva York sabiendo perfectamente lo que tenía que hacer: montar un “Folies Bergère” en Broadway y pelearse con los censores sobre la ropa de las coristas. A su espectáculo lo llamó “Ziegfeld Follies”.
Estos musicales abrieron sus puertas al público norteamericano en 1907 y no las cerraron hasta 1931 con un paréntesis del año 1928 al 30.

Los “Ziegfeld Follies” estuvieron sobre los escenarios de varios teatros ofreciendo sus espectáculos durante veinticinco años y consiguieron alcanzar tal popularidad que se convirtieron en un icono de la cultura popular americana. En la notable parcela que estas revistas tienen reservada en la historia de los musicales de Broadway se hace hincapié en sus lujosas y glamurosas producciones donde las “vedettes” y las chicas del coro adquirieron una importancia que no tenía precedentes, sin olvidarse de la espectacularidad del vestuario. La elaborada puesta en escena del “estilo Folies” ejerció una gran influencia en las revistas que le precedieron.
Músicos como Albert Von Tilzer, Victor Herbert, Jean Schwartz, J. Turner Layton, Sigmund Romberg, Jerome Kern o Irvin Berlin escribieron exprofeso más de 450 canciones que gozaron del reconocimiento del público cuando las escuchaba sobre el escenario, pero prácticamente ninguna superó el paso de los años. Una vez terminadas las representaciones las canciones desaparecían con ellas. Muy pocas fueron grabadas y poquísimas formaron parte de la banda sonora de alguna película.
Si exceptuamos a Fanny Brice, Barbara Stanwyck, Nora Bayes o Ruth Etting, pocas fueron las “vedettes” que triunfaron en el show business después de convertirse durante unos meses en iconos de belleza y sensualidad gracias a Lorenz Ziegfeld.

Partitura de Ol’ Man River y Oscar Hammerstein junto a Jerome Kern

Florenz Ziegfeld posee el reconocimiento por parte de los estudiosos de la historia de Broadway de ser uno de sus más grandes e importantes productores. Esa distinción no se debe solamente a que fue el primero que logró presentar con elegancia y equilibrio unos espectáculos donde la sensualidad se paseaba por el escenario y por la mente de los espectadores. Ziegfeld logró algo más importante que fue cambiar la estética del musical tal como se representaba por entonces y lo consiguió produciendo una obra basada en la novela de Edna Ferber titulada “Show Boat”.

Edna Fever (1885 – 1968) fue una escritora de novelas estadounidense que recibió el Premio Pulitzer por su obra “So big” en 1924. Por medio de sus protagonistas femeninas, mujeres fuertes que desafiaban los comportamientos sociales de una época (años 20-30) de un machismo exacerbado, expresaba sus propias ideas convirtiéndose en una pionera del feminismo. Muy crítica también por cualquier tipo de racismo (ella lo sufrió como mujer y judía) se sirvió de sus libros para condenar esa lacra social.
Una persona como Edma, cuando Florenz Ziegfeld (a quien ella conocía por sus musicales de Broadway como “Ziegfeld Follies”) le pidió que le cediera los derechos de su obra “Show Boat” para convertirlo en un musical, el no fue rotundo. Sin embargo, Ziegfeld se guardaba un par de ases escondidos en la manga: el excelente libreto escrito por Oscar Hammerstein II (nieto de O. Hammertein I), las inspiradas canciones que había compuesto Jerome Kern y las letras de las mismas escritas así mismo por Hammerstein. Cuando Edna fue consciente del gran trabajo que ambos habían realizado basándose en su novela, el sí fue rotundo.

“Show Boat” fue el primer musical que integró los diálogos con las letras de las canciones logrando una especie de ópera “made in USA” y es por ello por lo que se le considera el primer musical moderno de Broadway.
El argumento de la obra, con un fuerte contenido racial y crítica social, narra la historia de tres generaciones de personajes. Se desarrolla a bordo del “showboat” de nombre “Cotton Blossom” que recorre las aguas del río Mississippi. La acción está situada entre 1880 y 1920.

“Show Boat” se estrenó el 27 de diciembre de 1927 en el Ziegfeld Theatre y se mantuvo en cártel durante 572 representaciones. (El teatro de Ziegfeld fue construido en 1927 y se mantuvo representando musicales hasta 1965. En 1966 se demolió).

Al día siguiente de la première, el New York Times escribió entre otras cosas lo siguiente: “Con la novela, las letras y las canciones llenaríamos una ristra de adjetivos laudatorios uno detrás de otro. La atmosfera que se respira en la puesta en escena es perfecta, el vestuario conserva el estilo de cada período y hay un acabado y un pulido que conserva la esencia de la obra, desde que se sube el telón, moviéndose con una inusual suavidad. En “Show Boat” hay un gran número de bellas canciones algo que Jerome Kern no conseguía desde hacía algunas temporadas. Y sobre todas ellas destaca sobremanera la titulada “Ol’ Man River”.

El barítono afroamericano Jules Bledsoe (1898 – 1943) interpretó el tema “Ol’ Man River” en las dos veces que este aparece en el musical. En el primer acto es la tercera canción y la novena en el segundo. Este artista, que hoy está prácticamente olvidado, fue el primero de su raza que consiguió un trabajo estable en las producciones de Broadway. Al hilo de este comentario debemos señalar que “Show Boat” fue uno de los primeros musicales en el que actores blancos y negros pisaron juntos el mismo escenario de un teatro de Broadway.

“Ol’d man river” será uno de los grandes standards de la música norteamericana que lo han hecho suyos artistas como Ray Charles, Frank Sinatra, Bing Crosby, Sammy Davis jr., Louis Armstrong… En el año 2008 y en un álbum titulado “Blues & Beyond”, el vocalista Joe Williams junto a la alemana “WDR Big Band” reforzada con el pianista Cedar Walton, el contrabajista John Clayton y el baterista Jeff Hamilton interpretaron en directo, entre otros, el tema “Ol’ Man River”. Lo que hace que esta versión sea diferente es que está interpretada en un tempo de “Swing – Medio” en vez presentarse como una lenta balada que es como lo concibió Jerome Kern.

«Broadway, Broadway, donde todo el mundo está alegre y feliz. Donde la noche es más brillante que el día. Donde las parejas se visten de domingo para ir teatro. Tómate tu tiempo para divertirte, ahí, ahí, arriba a lo largo de Broadway”.

 Estas líneas son parte de la letra de la canción titulada “Broadway” que los músicos Wilbur H. Bird, Teddy McRae y Henri Wood dedicaron a la meca del “show business”.

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