Coleman Hawkins En Cuerpo y Alma

Coleman Hawkins
Florencio Ramos ( el segundo sentado por la derecha) en La Vida Dance Hall, New Orleans – 1922
Frankie Trumbauer
William Claxton
Mamie Smith & Her Jazz Hounds

Fletcher Henderson

Fletcher Henderson Orch: el 2º y el 3º (empezando izq.) son Coleman Hawkins y Louis Armstrong
Louis Armstrong
Don Redman
Fletcher Henderson Orchestra
Django Reinhardt, Stéphane Grappelli, Coleman Hawkins – París – 1935
Coleman Hawkins
Coleman Hawkins
Coleman Hawkins
Manhattan Transfer
Coleman Hawkins
Coleman Hawkins En Cuerpo Y Alma

El belga, Adolphe Sax (1814-1894) estaba tratando de construir un clarinete metálico, cuando después de muchos ensayos, se encontró con que había creado un instrumento nuevo.
El Sr. Sax concibió el saxofón, principalmente, como un instrumento de banda militar. Su idea era que remplazara a los oboes y a los cornos franceses en las citadas formaciones. Lo presentó por primera vez en la Feria Industrial de París de 1844 y a las bandas militares, como había previsto Sax, les encantó el instrumento.
El saxofón entró de puntillas en la música clásica de la mano de compositor, Hector Berlioz (muy amigo de Adolphe Sax) con su obra, Chant Sacre, del año 1844.

Era el año 1873 y en la ciudad de Nueva York se iba a celebrar un gran desfile. Entre las bandas militares participantes se encontraba la dirigida por el compositor de origen irlandés, Patrick Gilmore, que fue el que logró que los sonidos de ese instrumento llamado saxofón llegara por primera vez a oídos de sus compatriotas.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por el Dr. Jack Stewart, de la Tulane University de Nueva Orleans, las primeras notas de un saxofón que se escucharon en la ciudad que vio nacer al jazz fueron tocadas por el músico mexicano Florencio Ramos en 1909 y según recientes testimonios podemos retrasar la fecha hasta 1884.
El siguiente saxofonista, que por su importancia aparece en la historia del jazz, es Frankie Trumbauer (1901 – 1956). Su instrumento fue el inusual C- Melody saxofón, pero las notas que surgieron de él influenciaron claramente a Lester Young y también se encontrarían en el movimiento “cool jazz” de los años 50.

El saxo tenor, hasta mediados de los años 20 era un “instrumento de banda”, quiere esto decir que los improvisadores del jazz no lo utilizaban. Pero uno de ellos tenía otras ideas y como era un virtuoso del instrumento lo situó de frente y en el centro del desarrollo del jazz. Y se convirtió en el primer gran saxofonista de toda la historia del jazz. Gracias a este músico el sonido del saxo tenor será con el más se identifica al jazz. Y este músico se llamó Coleman Hawkins.

“Los dos tocaban el saxofón. Usted no cree que sea un caso de asesinato, pero es una historia muy extraña. ¡El Saxofón! ¡Es una pista atractiva! ¿No cree que sea un instrumento que tiene mucho de humano? Tiene un sonido que a veces suena como sollozos o lamentos, aunque en otros momentos parece una carcajada. Cuesta imaginarse a un intérprete de saxofón cometiendo un asesinato. Si se tratase de un baterista… ¡Sería algo muy distinto! (G. R. Malloch – “Solo de Saxofón”).

Coleman Hawkins nació el 21 de noviembre de 1904 en la ciudad de St, Joseph, Missouri. Su madre era organista y le enseñó a tocar el piano cuanto tenía 5 años. Dos más tarde se decantó por el violonchelo. Cuando cumplió los nueve sus padres le regalaron un saxo tenor. Con 12 tocaba profesionalmente en los bailes de la escuela. Su período de instituto lo realizó en Chicago. Seguidamente estudió durante dos años armonía y composición en el Washburn College en Topeka, Kansas.

Hawkins obtuvo su primer contrato importante cuando le reclutó para su banda en 1922 la vocalista Mamie Smith. Esta cantante afroamericana estaba pasando, en esas fechas, por los momentos más dulces de su carrera. En agosto de 1920, había grabado el tema “Crazy Blues” y había conseguido vender entre su comunidad un millón de discos en el trascurso de un año.
Hawkins permaneció junto a Mamie hasta mediados de 1923 y en ese período de tiempo entró por primera vez en un estudio de grabación. Sería a principio de ese mismo año cuando los músicos: Garvin Bushell o Bob Fuller, clarinete; Bubber Miley, corneta; Curtis Mosby, batería; Everett Robbins, piano; Jake Green, trombón; Leroy Parker o George Bell, violín y Coleman Hawkins, saxo tenor, grabaron el tema “Let’s agree to disagree” composición de Mamie Smith, Chris Smith, Jimmy Durante.

Todos los estudiosos del jazz están de acuerdo en que Fletcher Henderson fue una de las grandes figuras del jazz, inicialmente como un líder de banda dotado de un talento especial para la elección de sus músicos y más adelante como un gran arreglista y compositor.
Henderson fundó su orquesta a mediados de 1921. Desde un principio todos los músicos que contrató eran expertos lectores de partituras y los arreglos orquestales estaban inspirados en los que interpretaban las bandas de jazz blancas como la de Paul Whiteman o Vincent Lopez. En sus tempranas grabaciones la banda sonaba “parecido” a estas formaciones bancas y por ello vendía sus discos tanto a consumidores blancos como negros.
En el año 1923, Henderson contrató a Coleman Hawkins para que formara parte de su orquesta y el saxofonista permaneció en ella hasta 1934. Su primera grabación se produjo a los pocos meses de su contratación (agosto o septiembre) y sus compañeros fueron: Elmer Chambers, corneta; Teddy Nixon, trombón; Don Redman, clarinete, saxo alto; Coleman Hawkins, saxo tenor, clarinete; Fletcher Henderson, piano; Charlie Dixon, banjo; Kaiser Marshall, batería. Uno de los temas que interpretaron fue “Dicty Blues” composición de Fletcher Henderson y T. Lyons.

En septiembre de 1924, Henderson llamó a Louis Armstrong para que se convirtiera en su principal solista para las actuaciones que tenía concertadas en Nueva York. Al trompetista le pareció que esta era una buena oportunidad para desarrollar sus ideas musicales y tomó un tren en Chicago que le llevó a Nueva York.

Louis Armstrong relató cómo se desarrolló su incursión en la banda de Henderson:

Bien, yo sabía que no podía leer música a la velocidad que lo hacían los demás músicos y Fletcher nunca me dejó que cantara. Yo pasaba la mayoría del tiempo esperando mi “solo” de 8 compasas o quizás 16.  A principio era así, pero un día se volvieron más exigentes y yo también. Entonces los músicos se pusieron de pie aplaudiendo y diciendo ¡hurra! Para mí fue una noche más, ya sabes, pero es un buen feeling saber que ellos están satisfechos que tú estés entre ellos”.

Don Redman, el principal arreglista de la banda de Henderson, aparte de ser el primer saxo alto, comentó lo siguiente:

“Louis, con su estilo y con su feeling, cambió totalmente las ideas musicales de la orquesta. Cualquier líder de banda hubiese querido contratar entonces a un trompetista solista como Armstrong, desde Paul Whiteman a Duke Ellington. Únicamente había un músico de entre todos los de la banda que tenía el suficiente potencial como improvisador de jazz para seguir los pasos de Armstrong y este no era otro que saxofonista tenor Coleman Hawkins”.

 De acuerdo con el musicólogo, Jeffrey Magge, la influencia de Armstrong dejó una profunda huella en Hawkins. Él se quedó anonadado de la solidez de su música y se esforzó en adaptar ese estilo en el saxo tenor. Esta influencia quedó patente en el “solo” de Hawkins en la canción “The Stampede” grabada el 14 de mayo de 1926 con la orquesta de Henderson: “En ese “solo” Hawkins despliega ahora un legato con fluidez en lugar del duro staccato de sus tempranos estilos”.

Louis Armstrong perteneció a la banda de Henderson desde octubre de 1924 a noviembre de 1925. En ese período de tiempo dejó alrededor de 40 temas grabados. Uno de ellos fue el titulado “Shanghai Shuffle” composición de Larry Conley y Gene Rodemich grabado el 13 de octubre de 1924.

Como he comentado anteriormente, Coleman Hawkins continuó en la banda de Fletcher Henderson donde grabó alrededor de 160 canciones, pero no fueron con los discos con los que consiguió fama y prestigio sino en las actuaciones en directo en locales como el Roseland Ballroom neoyorquino donde la banda permaneció tocando sobre sus escenarios durante diez años. O bien, en sus visitas al Savoy Ballroom de Harlem. El público que llenaba estos salones u otros de baile fue el que convirtió a Coleman Hawkins en una gran estrella.

En el año 1934, Coleman Hawkins abandonó la banda de Fletcher Henderson y a los pocos meses se embarcó rumbo a Europa. En el viejo continente permaneció hasta el año 1939. En Inglaterra le contrató la banda de Hylton; como músico freelance participó en un buen número de grabaciones con diferentes formaciones y en varios países europeos. En Paris, el 2 de marzo de 1935, Coleman Hawkins junto a Stephane Grappelli tocando el piano, Django Reinhardt la guitarra, Eugène d’Hellemmes el contrabajo y Maurice Chaillou la batería, grabaron el standard de Hoagy Carmichael titulado “Stardust”.

En 1939, Coleman Hawkins volvió a los EE.UU. y me voy directamente al 11 de octubre de ese mismo año que fue cuando grabó la canción “Body and Soul” (Cuerpo y alma).

En 1930 y en Londres, el compositor norteamericano Johnny Green escribió la canción “Body and soul” (con letra de Edward Heyman, Robert Sour y Frank Eyton) como un encargo para la cantante y actriz británica Gertrude Lawrence, que no debió de gustarle mucho ya que nunca formó parte de su repertorio. La primera grabación del tema la realizó la inglesa “Ambrose and His Orchestra” el 8 febrero de 1930, junto al vocalista Sam Browne.

Coleman Hawkins empezó a interpretar “Body and soul” a finales de los años treinta en sus actuaciones en directo y normalmente con una duración que pasaba de los diez minutos.
El ejecutivo del sello RCA, Leonard Joy convenció a duras penas a Hawkins para que grabara una versión reducida de la canción de forma que pudiera editarse en un disco de 78 rpm. El saxofonista al final aceptó.
El 11 de octubre de 1939, los siguientes músicos entraban en el estudio de RCA en Nueva York: Coleman Hawkins, saxo tenor; Gene Rodgers, piano; William O. Smith, contrabajo; Arthur Herbert, batería; Joe Guy y Tommy Lindsay, trompetas; Earl Hardy, trombón; Eustis Moore y Jackie Fields, saxo alto. Grabaron cuatro temas entre los que estaba “Body and soul”.

El disco conteniendo “Body and soul” llegó a las tiendas en febrero de 1940 y en los primeros seis meses consiguió vender 100.000 unidades. Esto representó un inesperado éxito, sobre todo para un tema instrumental de jazz donde, además, la melodía está totalmente difuminada.

Coleman Hawkins dijo sobre “Body and soul”:

«Cuando empecé a tocarla mucha gente me decía que yo tocaba notas equivocadas. A mí me hacía gracia y solía reírme de esas cosas. Yo no lo podía entender. Como cuando la toqué por primera vez después de que saliera el disco, todo el mundo, incluyendo al saxofonista Chu Berry me dijo que tocaba notas falsas».

La razón por la cual la gente y los músicos le decían que tocaba notas equivocadas era que Coleman Hawkins fue un pionero experimentando con lo que se conoce como “acordes sustitutos”. Coleman en varias partes de la canción en vez de tocar (por ejemplo) un acorde mayor de séptima menor como estaba en la partitura lo substituía por otro que estaba tres tonos más alto (un tritono) y al hacerlo aparecían dos notas que no formaban parte del acorde original. Y al tocar Hawkins esas dos notas, estas se convertían en falsas o equivocada para músicos y aficionados.
El recurso armónico de los “acordes sustitutos” lo utilizaron de forma recurrente los músicos del be bop, convirtiéndose en una de sus señas de identidad en sus improvisaciones. Y esta es la razón por la cual musicólogos e historiadores definen a Coleman Hawkins como un músico puente entre el jazz clásico y el moderno.

Coleman confesó tiempo después:

“Es gracioso cómo se convirtió “Body and soul” en un tema clásico. Le gustaba a cualquier tipo de gente. Es la primera y única grabación que yo he escuchado que convierte a todo el mundo en un aficionado al jazz y no entiendo por qué o cómo… y tampoco es que me haya puesto a averiguarlo”

En el año 1979, el grupo vocal Manhattan Transfer sacó el álbum titulado “Extensions”. De los nueve cortes del disco el quinto fue “Body and Soul” en el que le rindieron un homenaje a Coleman Hawkins al cantar nota a nota su versión del 11 de octubre de 1939.

Joachim E. Berendt en su libro “El Jazz: De Nueva Orleans a los años ochenta” refleja su opinión sobre Coleman Hawkins:

“Coleman Hawkins, el rapsoda extrovertido de sonido voluminoso, duro y cautivador en sus piezas rápidas y eróticamente expresivo en las lentas, pero vitalmente arrebatador en todas, sin reparar en esfuerzo con tal de generar una gran expresividad y una gran cantidad de notas: Un Rubens de la música de jazz”.

 Coleman Hawkins mantuvo el cetro de mejor saxofonista tenor durante unos diez años. Al cabo de los cuales, otro saxofonista tenor – cinco años más joven que él – fue merecedor de adjudicarse ese cetro y lo consiguió en buena lid. Fue un 18 de diciembre de 1933 en Kansas City. El músico que logró realizar tal hazaña fue Lester Young. (Podéis leer mi artículo al respecto pinchando aquí).

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