Los Castle (Vernon & Irene) y James Reese Europe

Vernon & Irene Castle – Banda de James Reese Europe
Vernon & Irene Castle
Elisabeth Marbury
James Reese Europe’s Band
James Reese Europe & The Clef Club Orchestra
Castle by the Sea Night Club
Libro escrito por Irene Castle
Irene Castle – Portada del magazine británico Sketch del 17 de enero de 1923
Irene Castle
Los Castle (Vernon & Irene) y James Reese Europe

En la primera década del siglo XX se pusieron de moda unos bailes llamados de “animales” ya que tenían nombres como “Bunny hug” (El abrazo del conejo), “Turkey trot” (El trote del pavo), “Fox trot” (El trote del lobo) o “Grizzly bear” (El oso pardo). Estos bailes sexualmente sugestivos, acompañados por la sincopada música afroamericana, en locales de baile sin ningún tipo de restricciones y frecuentado por hombres y mujeres sin ningún tipo de control, desataban la ira y la desaprobación de la prensa conservadora, líderes religiosos,
profesionales de la medicina y de la élite social de la nación.
Sarah Kaufman, la responsable de los bailes del Washington Post, comentaba: “El baile siempre ha estado dirigido por la gente que ha buscado ejercer su control y todo se reduce al cuerpo. Y se necesita un poder supremo para controlar lo que el público quiere hacer con sus cuerpos”.
El baile inaugural por la elección del nuevo presidente de la nación, Woodrow Wilson, que se iba a celebrar en la primavera de 1913, fue cancelado por el temor a que los invitados bailaran el “turkey trot”, el “bunny hug” u otros bailes de ragtime y eso podría provocar un escándalo Nacional.
El estado de Nueva York prohibió el “grizzly bear”, turkey trot” y “bunny hug” por considerarlos inadecuados para las jóvenes trabajadoras del distrito de Manhattan. Los propietarios de las salas de baile que los permitieran serían arrestados por conductas desordenadas.
Los obispos católicos de Nashville y de Cincinnati advirtieron a sus feligreses de que bailar el “turkey trot” se podría convertir en un pecado de difícil absolución.
A pesar de todas esas prohibiciones estos bailes continuaron ejecutándose hasta mediados de los años veinte. (El charlestón pudo con todos ellos).
El escritor R.A. Adams en un libro escrito en 1924 y titulado “The Social Dance” comentaba: El ‘grizzly bear’ te estimula a mantener el más violento contacto psíquico con la finalidad de sentir el acto sexual. El ‘bunny hug’ es una danza que imita las relaciones sexuales entre los conejos machos y hembras. El ‘turkey trot’, ‘fox trot’, ‘horse trot’, ‘fish walk,’ ‘dog walk,’ ‘tiger dance, y el ‘buzzard lope’, son todo imitaciones de los animales en su vida sexual, su deseo sexual, su excitación sexual y su satisfacción sexual y todas esas cosas están en la mente de los bailarines que entienden el significado de los bailes de animales”.
¿Sería posible cambiar la negativa imagen de estos bailes populares y convertirlos en un saludable, sofisticado y sano pasatiempo en el cual todos y cada uno pudiera participar?

William Vernon Blyth nació en la ciudad de Norwich, Inglaterra, el 2 de mayo de 1887. Con 19 años viajó a Nueva York junto a su hermana Coraline y su esposo Lawrence Grossmith, ambos actores. En la ciudad que nunca duerme se estableció como actor, cantante, bailarín y prestidigitador. Adoptó el nombre artístico de Vernon Castle. Entre 1906 y 1911 participó en once musicales de Broadway. En 1910 conoció a Irene Foote.

Irene Foote nació el 7 de abril de 1893 en la ciudad de New Rochelle, New York. Participó como bailarina y actriz en varias obras de teatro de aficionados. En 1910 y en el New Rochelle Rowing Club conoció a Vernon y con su ayuda logró un pequeño papel como bailarina en la obra de Broadway, «The Summer Widowers» de 1910. Al año siguiente Vernon e Irene se casaron y decidieron formar parte del casting de un musical que se iba a representar en París. Esta obra no tuvo el éxito que sus productores esperaban y la compañía se disolvió. Los Castle tuvieron la inmensa suerte de que el director artístico del elitista y famoso Café de Paris les viera actuar y les contrató como pareja de baile. Vernon e Irene decidieron basarse en los bailes que estaban de moda en los EE.UU., pero “domesticando” al conejo, al pavo, al lobo, al oso y a cualquier animal de la selva. Con ello ofrecerían una performance menos agresiva sexualmente que la que se escenificada en el citado país, sin olvidarse de las síncopas afroamericanas, El éxito de los Castle fue fulgurante no solamente en el Café, sino que fueron contratados para ofrecer sus bailes en fiestas privadas de la alta sociedad parisina, mucho menos remilgada que la norteamericana.
En el año 1913, y estando los Castle actuando en el Café, les vio la agente teatral Elisabeth Marbury y les prometió que si volvían a los EE.UU. ella les haría famosos. El matrimonio aceptó.

Una vez en Norteamérica lo que primero necesitaron fue contratar a un compositor de música sincopada para bailar y que además fuese el director de la banda. Ese personaje fue el músico afroamericano James Reese Europe que se convirtió desde finales de 1913 hasta la mitad del año 1915 en su director musical.

James Reese Europe nació en la ciudad de Mobile en el estado de Alabama el 22 de febrero de 1881. Tanto su madre como su padre fueron músicos. A la edad de diez años la familia se trasladó a vivir a Washington D.C. y James Reese comenzó a recibir lecciones de violín de Enrico Hurlei, director de la Banda de la Marina estadounidense. Se apuntó a un concurso de composición y consiguió el segundo puesto. Su hermana Mary le arrebató el liderato.
Con 22 años se mudó a Nueva York donde continuó con sus estudios y para poder costeárselos se convirtió en el pianista de un club de Harlem llamado Baron Wilkin donde un niño de siete años llamado George Gershwin le escuchaba embelesado desde el bordillo de la acera situada frente al local.
A partir del año 1907 James Reese fue contratado como director musical de varias revistas escritas por compositores afroamericanos y en el año 1910 fundó una especie de asociación a la que denominó The Clef Club.
Los objetivos que persiguió Europe con la creación de ese club fueron únicos en su época ya que combinaba las funciones de un sindicato con las de las agencias de contratación musical. Su ámbito de actuación no sólo se circunscribió a su país, sino que también trabajó en circuitos de conciertos en el extranjero. Así mismo, el club contó con su propia orquesta denominada Orquesta Sinfónica del Clef Club dirigida evidentemente por James Reese Europe.

Los Castle solicitaron a Europe una audición privada para poder hablar de negocios. Realizada ésta, le contrataron como su director de orquesta pidiéndole además a su colaborador, el compositor Ford Dabney, que se convirtiera en su arreglista musical. Aparte de ello, Europe les compuso once temas específicos para sus bailes. Entre los más famosos están: «Castle House Rag», «Castle Maxixe». «The Castle Walk«, «Castles’ Half and Half«.

En 1914, Vernon e Irene abrieron una escuela de baile a la que llamaron “The Castle House” en la 46nd Street de Manhattan con el objetivo de convertirla en un centro social de esparcimiento donde todos los miembros de una familia pudieran aprender correctamente los bailes más en boga. Así mismo, erigieron un club nocturno con el nombre de “Castles by the Sea” en el paseo marítimo de Long Beach. De esta manera, la pareja enseñaba a bailar a la sociedad neoyorquina durante el día y por la noche le mostraba lo mucho que ambos sabían del tema. Los Castle se convirtieron en los bailarines de moda de Norteamérica, escribieron libros sobre el baile y figuraron en películas. Ese mismo año de 1914, protagonizaron el musical de Broadway titulado “Watch your step” con música y letra de Irving Berlin. Se estrenó el 8 de diciembre en el New Amsterdam Theatre y llegó a 175 representaciones. Esta obra popularizó más si cabe a la pareja.

Los Castle realizaban periódicamente giras que les llevaban a las ciudades más importantes del país y en algunos casos alquilaban un tren con tres vagones para visitar poblaciones más pequeñas, siempre con seis bailarines y los 18 músicos de James Reese Europe.

Elisabeth Marbury promocionó especialmente a Irene Castle convirtiéndola en un icono de la moda y del estilo norteamericano. Consiguió que sus fotos llenaran las portadas de los más famosos magazines del país y que fuera la imagen elegida por importantes corporaciones para las campañas publicitarias de sus productos, desde coches a cigarrillos.

Llegó el año 1915 y son tiempos de guerra que van a influir en la vida de los Castle y de Europe, aunque de manera muy diferente.
Para la pareja de baile la contienda significó el final de su andadura artística. Vernon sirvió como piloto en los Royal Flying Corps y durante unas maniobras realizadas en Benbrook Field, cerca de Fort Worth en Texas, su aparato se estrelló muriendo instantáneamente.
Para James Reese la guerra significó continuar con la música y llevarla al campo de batalla europeo. Su vida corrió el consabido peligro que producen todas las conflagraciones, ya que su unidad sufrió un ataque con gases y tuvo que ser hospitalizado.

Irene después del fallecimiento de Vernon, continuó con su vida artística prácticamente dedicada al séptimo arte. Entre 1917 y 1922 protagonizó una veintena de películas. En 1919 se casó con el banquero Robert Elias Treman, aunque su parte artística no sufrió cambio alguno. Se divorció de Treman en 1923 y se casó con su tercer marido, Major Frederic McLaughlin y se retiró completamente del show business. En 1944 se quedó viuda y se estableció en Arkansas comprando una granja donde se dedicó al cultivo de la fruta, además se convirtió en una dinámica activista en favor de los derechos de los animales. En 1964 fue honrada con el título de “The First Lady of Ballroom Dancing”. Falleció en 1969 a los 75 años de un ataque al corazón.

En 1939 se rodó el biopic de los Castle con el título de “The Histoty of Vernon and Irene Castle” con Fred Astaire y Ginger Rodgers en los papales de la pareja.

Irene Castle resumió de esta manera cómo lograron, ella y su marido, popularizar sus bailes en todo el país:

“Nosotros íbamos muy pulcros y presentables, éramos marido y mujer, cuando bailábamos no había nada que sugiriese algo de… “eso”. Nuestros bailes solo mostraban lo divertido que era practicarlos, y gradualmente conseguimos llegar a un término medio en el cual todo el mundo se encontró a gusto y lo aceptó”.

El “Charleston” está a vuelta de la esquina (1923) y otra vez otro baile – y las “flappers” – iba a llevar a los guardianes de la moral y de las buenas costumbres norteamericanas, fueran estos quienes fuesen, por la calle de la amargura. Podéis leer mi artículo al respecto: “James P. Johnson, The Charleston & The Stride Piano”.

Únase a la discusión

Subscribe