Dizzy Gillespie: Segunda Parte (1946 – 1993)

Dizzy Gillespie
Arturo Sandoval
Kenny Haggod
Dizzy Gillespie
Cab Calloway
Mario Bauzá
Chano Pozo
Chano Pozo Y Dizzy Gillespie
Lorraine y Dizzy Gillespie
Dizzy Gillespie
Adam Clayton jr.
Dizzy Gillespie
Lalo Schifrin
Dizzy Gillespie & Lalo Schifrin
Dizzy Gillespie
Dizzy Gillespie: Segunda Parte (1946 -1993)

En la primera parte del artículo dedicado a Dizzy Gillespie dejamos al trompetista en el año 1945. 

La canción titulada Whispering fue compuesta en 1920 por John Schonberger y Vincent Rose con letra de Richard Coburn. La versión que realizó la orquesta de Paul Whiteman, el 23 de agosto de 1920 en los estudios del sello Victor de New Jersey, la catapultó al Olympo de la Música Popular vendiendo dos millones de copias y permaneciendo en el nº1 de ventas durante once semanas. 

En el año 1945, estando Dizzy Gillespie visionando una película protagonizada por el actor Yakima Canutt se quedó cautivado por una melodía que escuchó en su banda sonora. Esa canción resultó ser “Whispering”. El trompetista se apropió de sus movimientos armónicos y la convirtió en el tema Groovin’ High uno de los estandartes del be bop Según el vocalista y director de banda, Billy Eckstine, su alumbramiento sucedió mientras Dizzy formaba parte de su orquesta. 
Dizzy grabó su tema Groovin’ High el 9 de febrero de 1945. Los músicos que le acompañaron fueron los siguientes: Frank Paparelli, piano; Murray Shipinski, contrabajo; Shelly Manne, batería; Chuck Wayne, guitarra; Dexter Gordon, saxo tenor. La discográfica Savoy retrasó la salida de este disco al mercado, de forma que la grabación que realizó Dizzy, junto a Charlie Parker, el 28 de febrero llegó antes a las estanterías de las tiendas de discos. 

En el año 1994, el trompetista cubano, Arturo Sandoval – alumno aventajado de Dizzy – sacó al mercado un C.D. denominado Danzón. Uno de sus cortes es “Groovin’ High” en el que el trompetista me sorprendió por el difícil scat que realizó. Además, en el cuadernillo que acompaña al disco podemos leer: 

 «En todas mis grabaciones yo trato de presentar mis respetos a Dizzy, y lo seguiré haciendo mientras viva. Él ha estado siempre presente en todo lo que he hecho como músico, por su influencia en todos nosotros y personalmente por todo lo que hizo por mí. Él no solo me abrió sus puertas, me abrió mis ojos. Y me dio las mejores lecciones que he recibido como músico. Era un genio. Nunca existirá alguien como él”. 

En la autobiografía de Dizzy, titulada To Be or not to Bop de 1979, podemos leer cómo surgió el término “be bop” para definir a la música que estaban desarrollando Dizzy y Cia: 

Cuando estábamos actuando en el Onxy Club (alrededor de 1945) tocábamos muchas melodías originales que no tenían título. Escribíamos solamente una introducción y un primer “chorus”. Yo decía: “Dii-da-pa-dan-de-bop…” y allí íbamos. Cuando la gente quería pedir uno de esos temas, y no sabía el título, pedía simplemente “be bop”. Y la prensa se quedó con esa palabra y comenzó a llamarlo “be bop”. El término apareció impreso la primera vez cuando estábamos tocando en el “Onyx Club”. 

Kenny Hagood (1926 – 1989) fue un cantante norteamericano de jazz, que no es demasiado conocido. Debutó con 17 años en la orquesta de Benny Carter. Seguidamente fue Dizzy quién le contrató para su big band donde permaneció por espacio de dos años, de 1946 a 1948. Hagood fue un especialista del “scat” prodigándose menos en el canto de baladas. En este último apartado hay que destacar su colaboración con Thelonious Monk – un músico que contrató únicamente a tres vocalistas en toda su carrera – en la sesión del 2 de julio de 1948, donde se grabaron siete canciones. Hagood fue el vocalista en dos de ellas. He elegido ese magnífico tema titulado All the things you are (1939) salido de la inspiración de Jerome Kern y al que puso letra Oscar Hammerstein II. 

En 1946, Dizzy organizó su segunda big band donde entre sus filas habitaron músicos de la talla del pianista, John Lewis; del contrabajista, Ray Brown, del saxo tenor, James Moody, del vibrafonista, Milt Jackson o del saxo barítono, Cecil Payne. Y también el vocalista, Kenny Hagood. 
El 22 de agosto de 1947, la orquesta de Dizzy Gillespie entró en los estudios de la RCA Victor para grabar cuatro temas. Uno de ellos lleva el curioso título de Oop-Pop-A-Da Es una composición de Dizzy junto al vocalista de “be bop”, Babs Gonzalez. En ella escuchamos cantar a Dizzy junto a Kenny Hagood y además nos muestra que el “be bop” y el humor pueden conjugarse perfectamente. No sabemos qué nos cuenta la canción, ya que toda ella está llena de sonidos onomatopéyicos (scat), pero una sonrisa aparece en nuestros labios al escucharla.  “Oop-Pop-A-Da» salió en un single en 1948 y se convirtió en un atípico éxito de Dizzy vendiendo un montón de discos. 

En otoño de 1947, Dizzy Gillespie se planteó llevar a la práctica una idea que venía de los tiempos de cuando tocaba con Cab Calloway y conoció al trompetista cubano, Mario Bauza.  Se trataba de introducir en la banda a un percusionista cubano.  
Dizzy se puso nuevamente en contacto con Bauza y le hizo partícipe de su proyecto. Este le dijo que conocía al músico adecuado. Dizzy fue a verlo tocar en un local de la neoyorquina calle 111 y se dio perfectamente cuenta de que había encontrado lo que buscaba. El percusionista se llamaba, Chano Pozo. 
Mario Bauza lo recuerda así: 

Pues yo fui la causa de eso, de ese matrimonio, de esa integración. Hacía tiempo que Dizzy y yo hablábamos de eso. Cuando me preguntó si conocía a alguien, agarré a Chano Pozo, que era amigo mío, y a otro intérprete de bongó y les monté un ensayo con Dizzy Gillespie. Dizzy se entusiasmó y se quedó con Chano. 
Desde el momento en que Dizzy organizó la banda con Chano, Max Roach, el baterista, se ponía de los nervios tratando de adaptarse. La conga les molestaba ¿sabés? Pero descubrieron el enfoque apropiado, como el que tenemos ahora, para tratar de llegar a un entendimiento entre dos países. Son dos países, pero la cosa es la misma. Todos los ritmos vienen de África y de una u otra forma, todos los negros vienen de ahí”. 

Chano Pozo nació en La Habana en 1915. Su familia practicaba la religión “abakwa” (de origen nigeriano) y desde niño descubrió los diferentes ritmos africanos a través de sus ritos religiosos. Esta experiencia le marcó a la hora de tocar los ritmos de la música cubana y le convirtió en un percusionista diferente y muy apreciado por los músicos que le rodeaban. Pasó una juventud muy tumultuosa con sociedades secretas de por medio y sus amigos le recomendaron que abandonara Cuba si quería conservar su vida. Se embarcó con destino Nueva York y se instaló en al barrio de Harlem. 

Dizzy Gillespie y Chano Pozo grabaron cinco álbumes en los dos años de mutua colaboración antes de que una bala lo matara en un bar de Harlem por una discusión sobre una bolsa de marihuana vacía que le había vendido su asesino.  

A finales de 1947, Chano Pozo se presentó ante Dizzy y le dijo que tenía una idea para una melodía. Y no solo eso, sino que ya tenía pensado qué iba a hacer el contrabajo, cómo iba a arrancar y cómo iban entrar después los saxos. También los trombones y las trompetas. 
Dizzy se percató de que si dejaba así la canción esta habría sido exclusivamente afrocubana y el jazz norteamericano no tenía ninguna presencia, así que compuso un “puente” (una segunda parte) de 32 compases. 
A la canción le pusieron el título de Manteca. Dizzy lo recuerda así: 

“Manteca” es en realidad una mezcla de la música afrocubana y el jazz. Esa fue la primera ruptura definitiva con el antiguo ritmo. Es dinamita. Y fue por Chano Pozo, el gran compositor e instrumentista cubano. Chano era realmente un adelantado a su tiempo. En realidad, los intérpretes de conga actuales no se han apartado de su estilo. Hacen cosillas diferentes, claro, pero fue Chano Pozo el que fijó las bases fundamentales. Tampoco hay que pasar por alto el papel que tuvo el gran arreglo que escribió, Walter Fuller, y por ello también figura como compositor”. 

El 30 de diciembre de 1947, la orquesta de Dizzy Gillespie grabó, entre otras, el tema “Manteca” que salió en un single de 78rpm convirtiéndose en una de las melodías más vendidas de Dizzy en toda su carrera. 

El 6 de enero de 1953, Dizzy Gillespie se encontraba en el club Snookie’s de la neoyorquina Calle 52 donde actuaba junto a sus músicos. Era un lunes – el día de la semana que el trompetista libraba – pero su presencia en el club se debía a que había organizado una fiesta, ya que esa fecha coincidía con el cumpleaños de su esposa, Lorraine. A esa celebración se apuntaron un buen número de músicos y de gente del espectáculo, ya que Lorraine era bailarina. En un momento de la noche se presentó el humorista y presentador radiofónico, Henry Morgan, y le preguntó a Dizzy si podía concederle una entrevista para su programa que se emitía desde un hotel que estaba a la vuelta de la esquina del “Snookie’s”. El trompetista accedió y cuando volvió a la fiesta vio que su trompeta, que él la había dejado perfectamente colocada sobre su soporte en el escenario, estaba en el suelo con la campana totalmente levantada. Como era el cumpleaños de su esposa no quiso dar ningún espectáculo y esa noche tocó con la trompeta totalmente torcida y lo curioso es que el sonido le gustó. Él lo contó así: 

 «Al día siguiente me enderezaron la trompeta, pero yo seguía dándole vueltas al sonido de esa noche. Recordé cómo este había salido. El oído lo podía apreciar con más rapidez, al menos el mío, el del intérprete. Y un ángulo de cuarenta y cinco grados está más cerca que uno de noventa. Me puse en contacto con Martin Company e hice que Lorraine, que era una artista, me dibujase una trompeta con la campana formando un ángulo de 45 grados. Se lo envié a Martin Company diciéndoles que quería una trompeta como esa. Me trataron de loco. Yo les contesté que posiblemente lo estaba, pero que quería una trompeta como la del dibujo. Me fabricaron una y esa es con la que tocado desde entonces”. 

Más adelante, Dizzy se enteró de cómo rompieron su trompeta. Uno de los invitados a la fiesta fue el dúo formado por los bailarines de claqué, humoristas y actores conocidos como Stump and Stumpy. Se produjo en un momento de la noche una discusión entre ellos, se subieron al escenario donde siguieron peleándose. Uno le empujó al otro y este último cayo de espaldas sobre la trompeta de Dizzy, causando el destrozo conocido. 

En el año 1956, el primer congresista afroamericano elegido por el distrito de Nueva York, Adam Powell le propuso al presidente Eisenhower realizar una serie de misiones culturales promovidas por el Departamento de Estado que recorrerían el mundo mostrándole el arte por excelencia norteamericano: el jazz. El presidente de la nación aceptó la sugerencia de Powell y este nombró al primer representante de la primera misión que iba a recorrer países de África, Oriente Próximo, Oriente Medio y Asia. Ese músico fue: Dizzy Gillespie. 
El Departamento de Estado se ocupó de todo: desde contratar a los músicos a toda la logística que suponía una gira de ese calibre.  

 «Por ahí fuera hicimos una labor excelente, la que teníamos que hacer: intentar unir a la gente. Para promocionar la gira realicé muchas cosas, como ir a tocar a un parque con encantadores de serpientes y repartir entradas para conciertos gratuitos. Claro, me halagaba mucho haber sido elegido el primer músico de jazz que representaba a Estados Unidos en una misión cultural y me lo pasé muy bien. En la banda teníamos un completo “surtido americano” de negros, blancos, hombres, mujeres, judíos y gentiles”. 

Las siguientes misiones culturales que precedieron a la de Dizzy incluyeron músicos como Benny Goodman, Duke Ellington, Earl Hines o Herbie Mann. 

A principio de los años sesenta del siglo pasado, Dizzy Gillespie emprendió una gira, junto a su big band, por varios países sudamericanos. En Brasil, como no podía ser de otra manera, se enamoró de su música, de la bossanova. En Argentina conoció a un músico que en unos años se iba a convertir en uno de los mejores compositores de su país: Lalo Schifrin. 

Lalo Schifrin nació en Buenos Aires el 21 de junio de 1932. Realizó sus estudios musicales en el Conservatorio de París. A mediados de los cincuenta regresó a su país y organizó una banda que se movía entre el “swing” y el “be bop”. A finales de 1960 conoció a Dizzy Gillespie: 

“Conocí a Dizzy en Argentina cuando vino de gira con su big band. Yo tenía una banda y tocamos para él una madrugada. Éramos 16 y la formación era bastante buena. Era la única del país que tocaba jazz y actuaba por toda América Latina. No hacíamos música latina, nuestro estilo estaba entre el de Dizzy y el de Count Basie. A Dizzy le gustó y me ofreció un puesto como arreglista y pianista si me desplazaba a los Estados Unidos. No me lo podía creer. No creía que fuera en serio”.  

Al cabo de unos meses, Lalo se presentó en Nueva York y Dizzy, como le había prometido, le contrató como pianista y arreglista para su quinteto. En él permaneció hasta finales de 1962. Fruto de esa colaboración fueron dos álbumes, aparte de sus actuaciones en directo. El primero de ellos se tituló An Electrifying Evening with the Dizzy Gillespie Quintet (1961) en el que todos sus cortes fueron composiciones de Dizzy. El segundo, New Wave, se grabó en tres sesiones de 1962: dos en julio (Nueva York y Juan-les-Pins, Francia) y la tercera en mayo en Nueva York. La peculiaridad de este disco es que, por primera vez, Dizzy interpretó música brasileña. De los ocho temas que grabaron, cuatro eran de compositores brasileños. He elegido el tema de One note samba de Antonio Carlos Jobim y Newton Mendoça. Los músicos fueron: Dizzy Gillespie, trompeta; Lalo Schifrin, piano; Chris White, contrabajo; Rudy Collins, batería; Pepito Riestra, percusión; Elek Bacsik, guitarra; Leo Wright, flauta, saxo alto. 

Con esta grabación de bossanovas que realizó Dizzy Gillespie queda en el aire quién fue el primer músico de jazz que mostró a la audiencia norteamericana esa música brasileña. Es bien cierto que Stan Getz junto al trío de Charlie Byrd grabó el L.P. titulado Jazz Samba, el 13 de febrero de 1962, unos meses antes que Dizzy, pero ¿quién fue el músico que la introdujo primero en los USA? 
Dizzy dice lo siguiente en su autobiografía: 

“En Estados Unidos fuimos los primeros en tocar esa música brasileña, dentro de un contexto de jazz. Stan Getz me daba la tabarra todo el rato para que le pasara alguna de esas melodías. Yo tenía intención de dárselas, no es que intentara ocultarle esa música, pero mientras yo estaba allí, él no se movió de aquí. Al final se hizo con ella y tuvo un gran éxito. No importa quién la tocó primero, porque Stan hizo un buen trabajo, pero, a pesar de todo, yo fui el primero en tocar esa clase de música en los EE.UU.”. 

No puedo dejar que Lalo Schifrin abandone estas páginas sin recordar su canción más conocida que, desde 1966 hasta 1973, fue lo primero que se escuchaba cuando se sintonizaba con la serie de televisión titulada: Misión: Imposible. Durante sus 171 episodios esa reiterativa melodía escrita en un enérgico compás de 5/4 sonó en los hogares de medio mundo. 
En el año 2000, Lalo Schifrin sacó un C.D. al mercado titulado Jazz Goes to Hollywood en el que los 14 cortes eran melodías famosas que él había escrito para películas y series de televisión. Se grabó en directo, el 16 de octubre de 1999 en el Philharmonic Hall Cologne, Germany. Sus intérpretes fueron: Lalo Schifrin, piano y dirección junto a The WDR Big Band arropada por importantes músicos de jazz como invitados: Sanda Booker, voz; Ernie Watts, saxofones; Nils Landgren, trombón; Wolfgang Haffner, batería. El séptimo tema que interpretaron fue Mission: Impossible  (Una auténtica gozada).

A partir de los años setenta, y a modo telegráfico, Dizzy recibió en 1972 el Handel Medallion que le concedió la ciudad de Nueva York. En 1977, realizó una gira por Cuba, vulnerando el embargo comercial. En 1978 actuó en la Casa Blanca invitado por el presidente Carter. En 1979, publicó su autobiografía (junto a Al Fraser) titulada ToBeOrNotToBop. En 1989, comenzó con una gira que le llevaría a 27 países y a 100 ciudades norteamericanas. En 1992, se vio obligado a suspender su aparición en el concierto organizado en el Carnegie Hall con motivo de su 75 aniversario por motivos de salud. El 6 de enero de 1993, dejó de soplar su torcida trompeta para siempre. 

El 19 de diciembre de 1959, tres grandes improvisadores se juntaron en un estudio de Nueva York para una sesión auspiciada por el sello Verve: Dizzy Gillespie y los saxos tenores, Sonny Stitt y Sonny Rollins. La sección rítmica estuvo formada por el pianista, Ray Bryant, el contrabajista, Tommy Bryant y el baterista, Charlie Persip. Grabaron cuatro canciones y la primera fue el standard titulado On the Sunny Side of the Street (1930) compuesta por Jimmy McHugh con letra de Dorothy Fields (o quizás por Fats Waller que les vendió los derechos de la canción ya que andaba en las últimas, económicamente hablando). 
De los cientos de versiones que los músicos de jazz han interpretado de ese standard al cabo de los años, esta, que os propongo, será sin duda una de mis favoritas. Además, le escuchamos a Dizzy tocar la trompeta y cantar, respetando más o menos la letra original y añadiéndole unos toques de ese humor del que hizo gala toda su vida. 

La excelente discografía que existe de Dizzy Gillespie junto a Charlie Parker, la he dejado a un lado para que aparezca cuando escriba un artículo sobre el gran saxofonista alto. 

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