Tuxedo Junction: Una Bella Cancion, Una Muy Curiosa Historia.

Edificio del Tuxedo Club
Nuevo Tuxedo Club
LLegada de la orquesta de Duke Ellington a Southampton (Inglaterra 1933)
Sonny Greer – Aquarium Club – New York – 1946]
Erskine Hawkins
The Erskine Hawkins Orchestra – New York – 1934.
Glenn Miller en San Diego – California Chesterfield Moonlight Serenade – Pacific Square Ballroom
Glenn Miller Orchestra
Glenn Miller
Manhattan Transfer
Tuxedo Junction: Una Bella Canción, Una Muy Curiosa Historia.

En septiembre de 1885, el multimillonario Pierre Lorillard y su arquitecto Bruce Pierre se encontraban estudiando unos terrenos situados a las afueras de la ciudad de Tuxedo, ubicada al sur del estado de Nueva York, con el objetivo de construir un club social. El lugar les convenció y en ocho meses el proyecto estaba acabado: Sede social, campo de golf (uno de los más antiguos de los USA), pistas cubiertas de tenis y una piscina, por nombrar lo más suntuoso. A todo ello le llamaron “Tuxedo Club”.
El Sr. Brown Potter, socio fundador del club, y que se le caían los dineros como a su amigo, Lorillard, propuso a sus miembros la confección de una elegante chaqueta destinada exclusivamente para las cenas, con la intención de poder desembarazarse del incómodo frac. El diseño de la misma era una variación de una chaqueta que Potter le había visto lucir al Príncipe de Gales – que reinaría como Eduardo VII – en uno de sus viajes a Londres. A los socios les pareció una excelente idea y todos se confeccionaron la elegante vestimenta.
Los miembros del club decidieron que fuese en la celebración del primer baile de otoño, octubre de 1886, el día en que todos deberían ir acicalados con tan elegante y sofisticada prenda. Y esa es la fecha oficial que rememora la primera aparición en público de esa chaqueta a la que le pusieron el nombre de “tuxedo” y por aquí se le llamó “esmoquin”.
El Tuxedo Club siguió su andadura hasta que en 1926 derribaron la original sede social y construyeron una gran mansión que estuvo lista para 1928. Para esas fechas el “tuxedo” ya se había puesto de moda en casi todo el mundo y no sólo entre las clases altas. Uno de los miembros más eminentes de este último colectivo que gustaba lucir el “tuxedo” fue el Príncipe de Gales (que llegaría a reinar – poco – como Eduardo VIII). Este personaje, como su antepasado, influyó en el “tuxedo” ya que diseñó una nueva camisa, con un novedoso cuello, que entre otras innovaciones se plegaban sus puntas y que se convirtió en el complemento perfecto para la chaqueta. Eduardo VIII reinó sólo un año ya que, como sabéis, se enamoró de una divorciada norteamericana, la Sra. Wallis Simpson. Los mandamases de Reino le dijeron que no podía casarse con ella, salvo que dejara de ser rey, y él les dijo: “Pues vale” y les regaló la corona. A un tipo como éste le tenía que gustar el jazz, como así fue. Hay una docena de anécdotas al respecto. Voy a referirme a una.

El 2 de junio de 1933 la orquesta de Duke Ellington se embarcó en el “Olimpic” para cruzar el Atlántico por primera vez. Su primer destino era Londres.
Duke Ellington: “En el “London Palladium” fuimos acogidos a lo grande. Ivie Anderson se metía al público en el bolsillo cada vez que cantaba “Stormy Weather”. Una vez terminada nuestra audición en el “Palladium” fuimos invitados a tocar en una gran fiesta privada que organizaba Lord Beaverbrook, propietario de los principales periódicos londinenses y en la que asistieron el príncipe de Gales y el duque de Kent. Nuestro baterista, Sonny Greer, tuvo una relación personal con el príncipe de Gales”.
Sonny Greer: “Tan pronto como terminamos de montar nuestros instrumentos el príncipe de Gales vino y se sentó al estilo indio a mi lado. Me dijo que sabía tocar la batería, le respondí que ¡adelante! Tocó un ritmo sencillo de charlestón y luego se pasó gran parte de la noche sentado a mi lado y al de la batería. La gente no hacía más que venir y decirle “alteza”, pero él no se movía. Al final estábamos un poco achispados por efecto de las copas. Empezó a llamarme “Sonny” y yo le correspondí tratándolo de “galés”.

 El Nixon Building, que se encuentra situado en la intersección de la Ensley Avenue y la 20th Street de la ciudad de Birmingham en el estado de Alabama, es hoy en día un edificio anodino que no llama la atención por ningún motivo arquitectónico. Si sus paredes pudiesen hablar nos contarían que allí hubo antes que ellas otras que cobijaron un salón de baile con restaurante y pegado a él una tienda de ropa de alquiler. Las personas que, hoy en día, se pasean por sus alrededores dicen que se escuchan sonidos entrecortados de música de jam-session: “hot jazz”, “cool blues” o “sizzling swing”. Que se perciben olvidados aromas de perfumes de mujer, que se reconoce el sudor típico de las noches de verano y se distinguen olores de apetitosos platos de comida recién cocinados.
Desde la mitad de los años veinte hasta mediados de los años cincuenta estuvo ubicado un local, en lo que es hoy el edificio Nixon, al que se le conocía simplemente como “Junction”, ya que cerca de él se encontraba un empalme de trenes. Este establecimiento era el único donde, los vecinos de las comunidades negras que habitaban los barrios de Ensley, Fairfield, Wylam, Bush Hills y Pratt City, podían disfrutar de una buena comida y de un elegante salón de baile para poder divertirse. Sin embargo, el propietario del mismo impuso unas rígidas normas de etiqueta a sus clientes si éstos querían que sus pies fuesen felices en su salón de baile. Mientras que la ropa de trabajo era aceptada para degustar una buena comida, para bailar había que ir correctamente vestido. Sabedor el dueño del “Junction” de los problemas económicos de su público, abrió una tienda de alquiler de ropa junto al local. Allí se podían alquilar por horas, elegantes vestidos de noche arropados por blancos collares de perlas para las señoras, seductores vestidos largos llenos de lentejuelas que brillaban bajo los focos de la pista de baile para las más atrevidas y elegantes “tuxedos” para los caballeros. Por más de treinta años el “Junction” se convirtió en la meca para sus parroquianos tanto desde un punto social como de entretenimiento.

El 26 de julio de 1914 nació en Birmingham, Alabama, Erskine Hawkins. Su padre fue un soldado que perdió la vida combatiendo en la I Guerra Mundial. De niño su máxima ilusión era tocar la batería. Con siete años cambió de opinión y se apuntó al trombón. Al cumplir los trece parece que por fin acertó con su instrumento ya que eligió la trompeta y con ella se quedaría durante toda su vida artística.
Estudió música en la Industrial High School de Birmingham y tuvo la suerte de contar con un excelente profesor de nombre J.T. “Fess” Whatley que entre sus alumnos tuvo a Louis Armstrong o Duke Ellington.
Continuó sus estudios musicales en Alabama State Teachers College ubicado en la ciudad de Montgomery. Allí creó un grupo al que puso de nombre “Bama State Collegians”. A principios de los treinta la formación marchó a Nueva York. El mejor salón de baile de todo Harlem, el Savoy Ballroom, les invitó a actuar en sus escenarios y lograron que el experimentado público les aceptara y aplaudiera. Esto les abrió las puertas del sello discográfico “Vocalation” dedicado a la música negra y grabaron su primer 78rpm en agosto de 1936. Los temas fueron “I can’t escape from you” – Richard Whiting (M) & Leo Robin (L) – y “Until The Real Thing Comes Along” – Mann Holiner (M), Alberta Nichols (M), Saul Chaplin (M), Sammy Cahn (L). En ambos casos el vocalista fue Jimmy Mitchelle.

En el año 1939, Erskine Hawkins quiso rendirle un más que merecido homenaje a ese local ubicado en su ciudad y de nombre “Junction” componiéndole una canción junto al arreglista de su orquesta, Bill Johnson y al saxo Julian Dash. La titularon “Tuxedo Junction” y la grabaron el 18 de julio 1939. La Erskine Hawkins Orchestra consiguió llevar el tema al puesto séptimo de la lista de las canciones más vendidas ese mismo año.

Hacia finales de 1939, Glenn Miller se encontraba junto a su orquesta actuando en la Maxwell Air Force Base, cerca de Montgomery, y escuchó el tema “Tuxedo Junction” por la formación de Erskine Hawkins. No dudó ni un segundo en que sería perfecto para su formación. En las primeras semanas de 1940 ya tenía el arreglo listo para su banda. La interpretó por primera vez en el famoso programa de radio de la CBS “Chesterfield Show” el 1 de febrero. Dos días más tarde se celebró en el Hotel Ambassador de Nueva York una fiesta que conmemoraba el quinto aniversario del programa radiofónico “Make Believe Ballroom” dirigido por Martin Block (se dice que fue el inventor del término “disk-jockey”) para la WNEW Radio. Allí quedó constancia de la banda de Miller interpretando “Tuxedo Junction”.
El 5 de febrero en los estudios del sello Victor en Nueva York la orquesta de Glenn Miller grabó cuatro temas, entre los que se encontraba “Tuxedo Junction”. Miller se percató muy rápido de que esta canción era idónea para su banda, pero ni en sus sueños más fantasiosos pudo imaginarse en lo que esta se iba a convertir para él y para su banda. Nada más salir al mercado vendió 115.000 copias que se convirtieron en un millón al cabo de un año y esa cifra se mantuvo durante tres más. “Tuxedo Junction” fue una de las canciones que más acompañó a los soldados americanos que lucharon en Europa en la II Guerra Mundial.

A todo esto, Erskine Hawkins, aparte de hacerse de oro con los royalties de “Tuxedo Junctión, continuó en los 40 y 50 con su orquesta, pero con la mente puesta en encontrar a jóvenes talentos, tanto instrumentistas como vocalistas, e incluirlos en su banda hasta que podían volar por su cuenta. Tras un paréntesis de varios años el grupo se volvió a reunirse en 1971 y grabaron un álbum al que titularon “Live at Club Soul Sound” con temas como “Love is here to stay” de George e Ira Gershwin.
Erskine Hawkins se fue de este mundo en la ciudad de Willingboro, New Jersey a una edad de 79 años. En la ciudad que le vio nacer, Birmingham, hay un parque que lleva su nombre donde se celebran anualmente eventos musicales. También hay una escultura que lo inmortaliza y todo ello es, en gran medida, gracias a unos millonarios que inventaron una chaqueta y a un local que las alquilaba. “Tuxedo Junction”.

Pero la historia de la canción todavía no ha terminado. Buddy Feyne le escribió una letra que dice:
Camino del Sur, en Birmingham / Y digo bien Sur, en Alabama / Hay un viejo local / donde la gente va a bailar a las noches / Hay una “junction” donde los amigos se reúnen / Y con sus mejores galas te darán cada noche la bienvenida / Ellos viajan o van andando desde muy lejos / para sentir el “blues” / al estilo sureño, un tanto triste / él conseguirá que lo bailes esa noche / “Tuxedo Junction” / es donde quiero estar.

Yo me quedé un tanto sorprendido (gratamente) cuando apareció a mediados de los años 70 un grupo vocal norteamericano con toda la estética propia de los años del swing. Había retrocedido cuarenta años. Su música, su vestimenta, su “performance” era como si nos encontrásemos a mediados de los años treinta. Hoy en día me sigue encantando.
El disco que lleva por título el nombre del grupo “Manhattan Transfer” fue lanzado en abril de 1975. Y aunque en los EE.UU. fue muy bien recibido, creo que en Europa lo fue más. Aquí fue toda una novedad, en los USA no tanto, aunque a lo largo de su carrera – que aún no ha terminado – «Manhattan Transfer» ha sido merecedor de una docena de premios Grammy.
El primer corte del álbum – y posiblemente el que más fama consiguió – fue “Tuxedo Junctión” con la letra de Buddy Fayne. El tema de Erkstine Hawkins tuvo un exitoso “revival” 36 años después de su nacimiento. Eso lo logran pocos temas. Para conseguirlo hay que estar hecho un pincel, aunque sea con un traje de alquiler.

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