British Jazz: Un Vistazo

Jack Hilton Orchestra
Nat Gonella
Nat Gonella
LLegada de la orquesta de Duke Ellington a Southampton (Inglaterra 1933)
Spike Hughes
Spike Hughes
Spike Hughes
Benny Carter
Ronnie Scott
Pete King
Zoot Sims
Buddy Rich
Ronnie Scott
British Jazz: Un Vistazo

The Original Dixieland Jazz Band – el primer grupo que grabó un disco de jazz en 1917 – fue también de los primeros que visitó Gran Bretaña y realizó una gira por el país en 1919. Sin embargo, sus canciones no consiguieron atraer a los músicos británicos. Debemos esperar hasta principios de los años treinta para que estos últimos desarrollasen un verdadero panorama local con respecto al jazz. A imagen de lo que sucedía en los EE.UU. se formaron orquestas de baile que actuaban en los más elegantes hoteles de Londres desde donde sus espectáculos eran radiados diariamente a todo el país generalmente por la BBC. Bandas dirigidas por músicos como Jack Hilton, Jack Paine, Henry Hall, Lew Stone… consiguieron sus momentos de gloria y que los británicos bailaran al ritmo del swing. Su área de actuación se correspondía normalmente a su propio país, algunas giras por países europeos y raramente atravesaron el Atlántico.

El 14 de julio de 1932, Louis Armstrong junto a su mujer Alpha y su manager Johnny Collins arribaban al puerto inglés de Plymouth. Esta era la primera visita del trompetista a tierras británicas y lo hizo sin sus músicos. Sus homólogos de este país le tenían preparadas varias bandas que le acompañarían en su gira por las principales capitales británicas que duró tres meses.
En este viaje Armstrong conoció a su imitador británico, el trompetista y cantante Nat Gonella, y entre ellos nació una amistad que perduró durante años.

Nat Gonella nació en la ciudad inglesa de Islington el 7 de marzo de 1908. Aprendió a tocar la trompeta en la escuela y con 16 años se incorporó a la banda Archie Pitt’s Busby Boy’s Band. En ella permaneció durante cuatro años durante los cuales conoció la música y la personalidad de Louis Armstrong que le subyugó totalmente.
Nat Gonella empezó a transcribir los solos de Armstrong y a tocarlos de memoria. Imitaba también su forma de cantar, incluyendo el scat. Estas habilidades las empezó a mostrar formando parte de varias bandas hasta que en 1934 – y gracias a su popularidad – consiguió crear su propia formación a la que llamó The Georgians. Esta denominación fue una especie de homenaje a la canción de Hoagy Carmichael “Georgia on my mind” de 1930.
Nat Gonella & The Georgians grabaron el tema de Carmichael el 15 de mayo de 1934. Y esta vez Gonella no le pudo imitar a su admirado Louis Armstrong ya que este último la grabó el 12 de diciembre de 1956.

Nat Gonella & The Georgians se disolvieron con el estallido de la II Guerra Mundial en 1941.

Con motivo del revival de la música de Nueva Orleans de mediados de los cincuenta Nat Gonella y su banda volvieron a ser populares y lo siguieron siendo hasta la aparición del pop británico de los sesenta.
Nat Gonella falleció a los 90 años y para muchos que le conocieron fue el primer héroe del jazz británico.

El 2 de junio de 1933 la orquesta de Duke Ellington se embarcó en el “Olimpic” para cruzar el Atlántico por primera vez. Su primer destino era Londres.
Después de celebrar sus conciertos programados en el London Palladium los periodistas especializados le pidieron a Ellington que realizara una actuación especial en el cine Trocadero, el de mayor aforo de Europa. El evento fue organizado por la revista Melody Maker y el público estuvo enteramente formado por músicos venidos de todo el país y miembros de la prensa. La persona que movió todos los hilos fue Spike Hughes, compositor, director de banda, escritor y amigo de Duke Ellington.

Spike Hughes nació en Londres en 1908. Con 16 años viajó a Viena a estudiar música clásica durante tres años. De vuelta a la ciudad del Támesis asistió a una representación de la revista “all black” “Blackbirds” con música de Jimmy McHugh y letra de Dorothy Fields. Su protagonista era la extraordinaria cantante y actriz Florence Mills, a la que Duke Ellington le dedicó la canción “Black Beauty” (1928). (Antes de que “Blackbirds” se presentara en Broadway en 1928, después de anunciarse a bombo y platillo, Florence Mills partió de este mundo, con 31 años, en noviembre de 1927 por una apendicitis. Fue sustituida por Adelaide Hall).
El musical “Blackbirds” le abrió a Spike la puerta al mundo del jazz y empezó a interesarse por esta música escuchando discos de Duke Ellington, Fletcher Henderson o Red Nichols.
Hughes había pasado la mayor parte de su juventud escuchando a las mejores orquestas sinfónicas, asistiendo a los mejores teatros de ópera, estudiando los instrumentos clásicos y ahora sus oídos se estaban habituando al jazz, a esa música sincopada, a esa música donde cada músico tenía la oportunidad de improvisar, a esa música donde cada músico era un compositor.
Spike Hughes se percató de que su meta era convertirse en un compositor. Sin embargo, lo primero que hizo fue aprender a tocar el contrabajo para poder formar parte de un grupo de jazz.
En 1930, el director musical de Decca Records, Philip Lewis le pidió a Hughes que formara un grupo de jazz con la finalidad de grabar discos con standards norteamericanos. De 1930 a 1932, Spike lideró tres formaciones con los nombres de “Spike Hughes and his Decca-Dents” “… and his Dance Orchestra” y “… his Three Blind Mice”, que dejaron un centenar de canciones en el catálogo de Decca Records.

En 1933, Spike Hughes viajó a Nueva York con la finalidad de conocer el mundo del jazz de primera mano. El productor John Hammond se convirtió en su guía personal y le mostró toda la música que encerraba Harlem, del Cotton Club al Savoy Ballroom, del Apollo Theatre al Café Society. Hammond le presentó a los principales músicos de jazz que triunfaban en aquellos momentos, así como a importantes compositores del Tin Pan Alley.
Spike Hughes se quedó fascinado de todo lo que vio, escuchó y conoció en la ciudad que nunca duerme. Se puso en contacto telefónico con Decca en Londres y les propuso a sus dirigentes la idea de formar una big band con músicos afroamericanos a la que llamaría “Negro Orchestra” y grabar con ella temas compuestos por él y unos pocos standards norteamericanos. La discográfica aceptó y en tres sesiones, que se produjeron en abril y mayo de 1933, dejaron listas 14 canciones. Entre los músicos que participaron se encontraban Coleman Hawkins, Benny Carter, Luis Russell, Dickie Wells, Chu Berry, Henry “Red” Allen, Wilbur De Paris. Spike Hughes fue el arreglista y el director de la banda en todos los temas. No tocó el contrabajo. Ernest Hill fue el encargado hacerlo.

En el segundo libro autobiográfico de Spike Hughes titulado “Second Movement. Continuing the Autobiography” podemos leer:

“Después de las sesiones en Nueva York, yo ya nunca toqué el contrabajo. Únicamente lo toqué durante cuatro años en cinco países diferentes y por varias incompatibles razones. Lo toqué la primera vez y la última por la única razón de divertirme y estar alegre, lo mismo que como compositor, como director de banda y como intérprete. Dejé al jazz detrás de mí en el momento en que más me estaba divirtiendo, en el momento en que eso que tanto amas debe terminar. Volver a Europa y tratar de seguir con el jazz después de cómo lo dejé en Nueva York habría sido un desatino y una imposibilidad. Cuando a finales de mayo yo embarqué en el Aquitania con destino a Southampton tiré al mar con mucho cuidado todas las cartas de Georgina, la muchacha inglesa con quien había mantenido un romance en Nueva York. Figuradamente también tiré al mar el jazz”.

 Una vez en Londres, Spike Hughes volvió a su primer amor: la música clásica. Escribió libros sobre jardinería, el bridge, la cocina y la ópera. De su música todo el mundo se olvidó.
Desde hace unos años, los estudiosos del jazz británico le han dado el tratamiento que se merecía nombrándole “el primer compositor de jazz británico”. Salvando todas las distancias posibles Spike Hughes fue, durante un tiempo, el Duke Ellington británico, aunque su música durante los años en que vivió permaneció solo en su memoria.
Su composición titulada “Donegal Cradle Song” fue una de las que grabó con su “Negro Orchestra”.

En el año 1935, la British Musician’ Union (el sindicato de músicos) aprobó una draconiana resolución por medio de la cual prohibía a los músicos americanos trabajar en su país. Esta norma estuvo funcionando hasta mediados de los cincuenta. Esto representó que el jazz británico se quedara aislado virtualmente del resto del mundo. Formulada como una estratagema autoprotectora, evitó de manera efectiva cualquier intercambio de ideas musicales. El único contacto con la música norteamericana tuvo lugar a través de un goteo de ventas de discos, ya que muchas discográficas norteamericanas no disponían de una sucursal en Gran Bretaña.
La historia nos cuenta que mediante triquiñuelas algunos músicos de EE.UU. pudieron actuar en la isla. Sirva como ejemplo, la gira que Coleman Hawkins realizó en 1939 como “empleado” de la compañía de saxofones Selmer. O Benny Carter que disfrutó de una larga temporada en Londres, de 1936 a 1938, como asesor musical de la BBC. También se cuenta que Fats Waller y Art Tatum consiguieron pasar por el férreo control del sindicato de músicos.

Durante la II Guerra Mundial, y una vez que los EE.UU. entró en ella a finales de 1941, muchos soldados de ese país fueron enviados a bases norteamericanas en Gran Bretaña. A las citadas bases llegaban las mejores big bands (incluidas bandas femeninas, que poco se habla de ellas) para ofrecer sus conciertos a los soldados. Estas performances eran radiadas por la AFRTS (Armed Forces Radio Stations) y también por la BBC. Así mismo la AFRTS emitía las 24 horas del día música swing (muchas veces en directo) mezclada con noticias y entrevistas de famosos artistas norteamericanos.
Después de varios años de sequía jazzística los británicos pudieron escuchar a las mejores big bands e intérpretes de jazz tanto vocalistas como instrumentistas.

Al terminar la contienda los norteamericanos montaron una emisora de radio en Alemania Oriental conocida como “American Force Network”. La AFN con un alcance a toda Europa programaba lo mejor del jazz, sobre todo con pinchadiscos como Ralph Moffet que era seguido por miles de oyentes de diferentes países. Para muchos británicos la AFN fue el medio por el que se toparon por primera vez con Bird, Dizzy y compañía.
A finales de 1957, la British Musician’ Union llegó a un acuerdo con su homóloga norteamericana para un intercambio de banda por banda y músico por músico. A pesar del enorme esfuerzo de los músicos locales, los discos que desaparecían de las estanterías de las tiendas siguieron siendo los de los músicos de jazz norteamericanos. En unos pocos años explotó la beatlemanía y todo cambió.

El club de jazz más importante de Gran Bretaña, y de los más prestigiosos a nivel europeo, está ubicado en Londres y se llama “Ronnie Scott’s Jazz Club”.

Ronnie Scott nació al este de Londres el 28 de enero 1927 en el seno de una familia judía. En la Central Foundation Boys’ School aprendió a tocar el saxo tenor. A los 16 años ya estaba soplando su instrumento en pequeños clubs de Londres. Tres años más tarde se incorporó a la banda de jazz que actuaba a bordo del trasatlántico “Queen Mary” que cubría la ruta de Southampton a Nueva York. En ella perteneció, con pequeñas intermitencias, de 1946 a 1950. Cuando el barco llegaba a su destino, permanecía amarrado en el puerto durante 48 horas antes de volver a zarpar. La mayor parte de esas horas, Ronnie Scott y sus compañeros – instrumento en mano – transcurría en los clubs de jazz de la calle 52, donde actuaban los mejores músicos del be bop y de otros estilos. Conocieron a muchos de ellos y participaron en las “jam sessions”. Pocos músicos ingleses, por no decir ninguno, pudieron disfrutar y ponerse al día de las nuevas tendencias jazzísticas que se cocían en esos clubs, que los miembros de la banda del “Queen Mary”.

En el año 1951, Ronnie consideró que ya estaba lo suficientemente preparado para formar una banda y lideró “The Ronnie Scott Quartet”: Tommy Pollard, piano; Lennie Bush, contrabajo; Tony Kinsey, batería y Scott, saxo tenor. Su primer disco lo grabaron el 28 de febrero de ese mismo año. Entre los temas de su primera sesión en un estudio estaba “September song” de Kurt Weill compuesta en 1938.

Entre el año 1951 a 1959, Scott grabó unos 25 discos como líder y una cifra similar como acompañante.
En ese año de 1959, Ronnie Scott vio cómo se convertía en realidad un sueño que llevaba doce años compartiéndolo con su almohada: Poseer su propio club de jazz.
El 30 de octubre de 1959, Ronnie Scott junto a su amigo, el también saxofonista Pete King, abrieron las puertas del “Ronnie Scott’s Jazz Club”, sito en el 39 de Gerrard Street en el Soho londinense.
Durante los dos primeros años, los mejores músicos de jazz británico fueron recibidos con los brazos abiertos en el club. Pero Ronnie y Pete querían contratar a músicos norteamericanos, pero el sindicato de músicos no lo permitía. Pete King decidió entrevistarse con los jefes de la British Musician’ Union y tras muchas discusiones consiguió contratar por cuatro semanas al grupo liderado por el saxofonista Zoot Sims para que actuara en el club. A su vez, King debería de lograr que la formación británica “The Tubby Hayes Quartet” fuese contratada por el mismo período de tiempo por el club neoyorquino “Half Note”. No existió ningún problema. Este intercambio de músicos se produjo en noviembre de 1961.

A Zoot Sims le siguieron otros importantes músicos de jazz norteamericanos que actuaron en el club de Ronnie con el aforo lleno a rebosar en todos los eventos. Visto lo visto, Ronnie y Pete se embarcaron en la búsqueda de un local mayor y lo encontraron en el 47 Frith Street. En el verano de 1965, ya estaba en pleno funcionamiento y llenándose de aficionados en cada actuación.
En la primavera de 1968 se les presentó la posibilidad de comprar el local de al lado y llenos de euforia ampliaron el club lo que les permitió alcanzar un aforo de 250 personas. El renovado local estuvo listo en octubre de 1968 y fue reinaugurado con la orquesta del baterista Buddy Rich.

“Ronnie’s Jazz Club” alcanzó una excelente reputación que sirvió para que en él se filmaran bastantes videos musicales, apareciera en películas y en shows de la T.V. y de la radio.
En 1981, Ronnie Scott recibió la Orden del Imperio Británico por sus servicios al jazz. El 23 de diciembre de 1996, Ronnie Scott falleció de una forma repentina, dando lugar a muchas especulaciones.

Los que no son aficionados al jazz, pero sí de The Beatles, conocerán a Ronnie Scott ya que fue el saxofonista que tocó en el tema de Paul McCarney “Lady Madonna”.

Tras el fallecimiento de Ronnie, su amigo Pete cuidó del club de forma excelente durante nueve años. En 2005 lo vendió a la empresaria teatral Sally Greene, que realizó unas reformas en el mismo que finalizaron en junio de 2006. Desde entonces hasta ahora todo aquel que quiera conocer “Ronnie’s Scott Jazz Club” ya sabe que se encuentra en perfecto estado de salud musical jazzera en Londres en la 47 Frith Street.

Voy a despedirme de Ronnie Scott, escuchándole en su club tocando el saxofón en el precioso tema de Jerome Kern de 1939 titulado “All the things you are”. Los músicos que le acompañaron son: John Critchimson (p), Ron Mathewson (b), Martin Drew (d), Dick Pearce (tp). La grabación en directo en el “Ronnie’s Jazz Club” se produjo en octubre y noviembre de 1990.

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